Hoy en día es difícil no haber oído hablar del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). De hecho, suele ser uno de los principales motivos de consulta para pediatras, psiquiatras y psicólogos/as.
El TDAH es un trastorno de base neurobiológica y de sintomatología persistente durante la vida de la persona. Según el DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders 5), podemos clasificar el TDAH en tres subtipos:
Combinado (inatención e hiperactividad-impulsividad).
Hiperactivo-impulsivo (hiperactividad e impulsividad).
Inatento (inatención).
Sin embargo, cuando pensamos en el TDAH, a muchas personas les viene a la mente un niño o niña que se mueve excesivamente, que molesta, que no acata las normas o, como muchos padres y educadores verbalizan, un niño o niña que es “como si tuviera un motor dentro”.
Es cierto que muchos de los niños y niñas diagnosticados de TDAH pueden encuadrarse en un perfil con estos síntomas, pero no todos forman parte de este subtipo de TDAH. De hecho, según algunos estudios, el TDAH de predominio inatento en edades escolares es más frecuente que los otros dos subtipos (hiperactivo-impulsivo y combinado). Sin embargo, dado que el subtipo hiperactivo-impulsivo y el combinado no suelen pasar desapercibidos, son más frecuentemente derivados para realizar una evaluación (Willcutt, 2012).
Si mi hijo es tranquilo, ¿puede tener TDAH?
La respuesta es sí. Aunque el subtipo inatento es el menos conocido, puede llegar a provocar las mismas consecuencias si no se diagnostica a tiempo que un TDAH combinado o hiperactivo: fracaso escolar, baja autoestima, problemas de conducta y/o problemas emocionales.
Según algunos estudios, el fracaso escolar es aún más frecuente en el TDAH inatento que en el TDAH hiperactivo, donde los problemas de conducta suelen ser más importantes que los académicos (García Pérez & Magaz Lago, 2007).
¿Y cuál es el perfil del TDAH inatento?
Habitualmente se trata de niños y, sobre todo, de niñas que pasan inadvertidos/as, son responsables y que con frecuencia consultan por dedicar mucho tiempo al estudio sin que su esfuerzo se vea reflejado en las notas y por tener un rendimiento por debajo de lo esperado en la escuela.
Esta situación, habitualmente los lleva a tener una baja autoestima y alta frustración por tener la sensación de que son “tontos/as”, que no son capaces de tener un buen rendimiento como el resto o que “no sirven para estudiar”. También se puede tener de ellos la falsa percepción de que son gandules y que no se esfuerzan lo suficiente. Y no solo eso, sino que también pueden mostrarse irascibles respecto a los aprendizajes o incluso mostrar rechazo por ellos.
¿Cuáles son los síntomas?
El problema suele radicar en que, por su menor eficacia atencional, tienen más dificultades para atender a los detalles; comprender y relacionar conceptos; discriminar entre estímulos relevantes e irrelevantes; percibir de manera selectiva detalles poco importantes; olvidar conceptos; distraerse con frecuencia; perder el hilo conductor de las explicaciones; cuando se les da más de una consigna, es fácil que recuerden una, pero olviden el resto, etc.
¿En qué me tengo que fijar para detectar si mi hijo o alumno es TDAH inatento?
Existen una serie de síntomas que nos pueden hacer sospechar tales como:
Pierden detalles importantes de la información que leen o escuchan, como si presentaran dificultades de memoria;
Requieren de más tiempo para captar la información, es decir, tardan en procesar lo que se les explica;
Pierden el hilo de las explicaciones;
Parecen estar atendiendo, pero cuando se les pregunta, no han entendido o no pueden concretar la idea principal;
Cuando cuentan con más tiempo, pueden elaborar respuestas que sorprendan por eficaces;
Cometen errores en la ejecución de tareas mecánicas tales como operaciones matemáticas u ortografía por falta de atención (Por ejemplo, no fijarse en el signo de las operaciones u olvidarse acentos) y pueden tener un rendimiento variable (sensación de que un día saben hacer algo y al día siguiente no); entre otros.
¿Y qué podemos hacer si vemos que esto le pasa a nuestro hijo o alumno?
Si observas en tu hijo o hija o alumnos algunos de estos síntomas, es importante consultar con un especialista que evalúe y confirme o descarte la presencia de un TDAH de tipo inatento, antes de que siga pasando desapercibido y tenga repercusiones negativas en los diferentes ámbitos de su vida.
Por otro lado, según los estudios y la práctica clínica, los métodos que combinan una reeducación psicopedagógica y farmacológica son los que han demostrado más eficacia en el tratamiento de este trastorno.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Muchos neuropediatras, neuropsicólogos, psicólogos, suelen oír demasiadas veces como los padres expresan su preocupación porque vayamos a etiquetar a sus hijos.
Si hay una patología que soporta un gran número de prejuicios, esta es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Uno de los mitos más extendidos es que el TDAH no existe.
Un nuevo estudio demuestra que el ejercicio físico también actúa como factor de protección de la salud mental y puede prevenir la aparición de trastornos como la ansiedad, la depresión o el TDAH.
Grabación del webinar sobre los motivos por los que se debe confiar en el diagnóstico de los profesionales y perder el miedo frente al tratamiento farmacológico para el TDAH en la infancia. De la mano de Conchita Fernández y Montse Arellano, neurólogas pediátricas de la Unidad de Trastornos del Aprendizaje Escolar (UTAE) del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.