Llegan las vacaciones de Navidad. Y ahora, ¿qué hacemos?

Los más pequeños aguardan las vacaciones navideñas con entusiasmo y alegría. Les llena de emoción imaginar los regalos que tendrán para disfrutar durante su tiempo libre, lejos de las aulas. Sin embargo, para las familias, esta época suele ser un periodo intenso, repleto de compromisos que requieren poner en práctica soluciones creativas y eficaces de conciliación en "modo experto".

A menudo nos autoexigimos proponer actividades especiales para nuestros hijos e hijas, acorde con el espíritu de estas fechas, que les resulten estimuladoras y por supuesto educativas, de modo que las búsquedas en Internet sobre “actividades a realizar con niños estas vacaciones”, se multiplican y tomar una decisión puede ser abrumador. 

Sin embargo, hay muchas cosas que hacer en un día que también pueden ser especiales. ¿Y si simplemente las hacemos, saboreándolas y disfrutándolas juntos? Muchas actividades cotidianas para nuestros hijos no lo son tanto como nos pensamos. 

Por ejemplo, independientemente de lo que celebréis en casa - los Reyes Magos de Oriente, Papá o Madre Noel, Olentzero, la bruja Befana - o que simplemente tenéis tiempo de estar en familia, es posible que recibáis amigos y familiares y posiblemente os hagáis regalos entre vosotros. Estas dos tradiciones de Navidad nos ofrecen otras actividades perfectas para disfrutar con niños:

1. Preparar las mesas para las comidas familiares. Explorar con figuras de origami en las servilletas, creando anillos, pintando y recortando los rollos de papel de cocina. También podéis diseñar pegatinas para las copas de los invitados.  

2. Recuperar una costumbre perdida: escribir y recibir postales. Habrá, pues, que escribir o dibujar las postales, indicar el nombre de la persona a la que se le envía, su dirección, poner el sello y llevarla al buzón… Puede ser una actividad muy especial si no se ha hecho nunca o se hace solo por fechas escogidas.

3. Ayudar a los niños y niñas a escoger lo que desean como regalo. Es también una gran oportunidad de aprendizaje. Seguro que ya corren por casa largas listas de deseos y catálogos llenos de crucecitas señalando lo que piden. Ahora habrá que decidirse y elegir para convertir la lista de la compra en una carta de deseos irresistible. Una misión muy difícil para un niño, así que humor y paciencia. Aquí os dejamos algunos trucos: 

   • Empieza la elección. A menudo los niños y niñas piden lo que han visto en televisión, o en alguna red social, pero nunca lo han visto y tocado. Resulta muy ilustrativo ir a alguna tienda, algún día de poca afluencia, y mirar y comprobar si lo imaginado es lo que realmente es. Si tenéis alguna ludoteca cerca también es una buena manera de probar el juego o el juguete y también lo es invitando a jugar en casa a algún amigo o amiga que ya lo tenga. Así tendréis dos actividades en una: una tarde de juego en compañía y el hábito de probar el juguete antes de pedirlos y comprarlos.

   • Escribir una carta de deseos y no una lista de la compra. ¿Y cuál es la diferencia? A continuación, os proponemos unos consejos dirigidos directamente a los niños para que puedan entender la diferencia:

     • Empieza pidiendo aquellos juegos o juguetes que más ilusión te hagan, no vaya a ser que quien lea la carta se canse de leer y no lleguen hasta el final... ¡Las cartas muy largas no se terminan leyendo!

     • Explica con el máximo detalle que puedas por qué ese juego o ese juguete te hace tanta ilusión. Si lo argumentas bien, es muy posible que te llegue. Quien lea la carta seguro que le gustará y valorará mucho saber cosas de ti, tus gustos, deseos…

     • Si lo que pides es muy grande o de mucho valor, un truco que quizá te funcione es que lo pidáis toda la familia. Esta es una buena manera de aprender a llegar a pactos, negociar y ceder.

     • Pide cosas para toda la familia, no solo para ti. De esta forma facilitas interesarte por los deseos e ilusiones de los demás.

     • Escribe sobre ti mismo, cómo harías sobre un amigo o amiga: cómo te va el cole, las novedades de casa, tus hobbies...

     • Sé agradecido. No olvides contar que un regalo no es algo que nos hayamos ganado. Quien regala lo hace sin esperar nada, a cambio, por tanto, podemos expresar nuestros deseos, pero debemos estar dispuestos a recibir lo que el otro esté dispuesto a regalarnos con agradecimiento. ¡Este es el trato!

• • ¡Y ahora sí, ya tenéis una carta ganadora y varios días de actividades organizados! Para tener todo a punto, una última actividad:

    • Preparad la casa para la llegada de nuevos juegos y juguetes. ¿Habéis intentado ordenar aquellos cajones o armarios de juguetes que nunca se ordenan? Los niños descubrirán juegos que ya no recuerdan que tienen y quizás quieran volver a jugar con ellos. Quizás para despedirse. No olvidéis que para que entren nuevos juguetes en casa, quizás algunos tendrán que salir. Y esta elección también la podemos realizar juntos.

Un consejo los adultos de la familia: no es necesario regalarlo todo. Seguro que habéis visto imágenes de niños y niñas rodeados de juguetes diciendo: me aburro. El número de juguetes es inversamente proporcional a las ganas de jugar. Vuestra compañía y otros niños y niñas con los que jugar son un magnífico regalo para ellos.

Hay muchas otras actividades a realizar para disfrutar en familia:

• Los parques siguen disponibles en invierno. Quizás una buena actividad de una mañana de fin de semana aprovechando el sol y el aire libre para correr, saltar y columpiarse.

• La cocina es una fuente de recursos: limpiar y cortar las verduras, hacer las bolitas de las albóndigas, rebozar la carne o el pescado…

• ¿Qué tal un pícnic, de pizzas hechas en casa, el viernes a la hora de cenar, en el comedor de casa?

• ¡Intercambio de niños! ¿Qué tal organizarnos con algún familiar o familia de la escuela? Un día en casa de uno y unos días en casa del otro…

• Las ciudades y pueblos también nos ofrecen actividades especiales que podemos disfrutar.

• ¿Y un ratito de lectura compartida, acompañada de unos boniatos hechos en el horno de casa?

• La tarde de cine con palomitas en el sofá no puede faltar.

• Unas partidas a juegos de mesa. A partir de los 3 años encontrará para todos los gustos, empezando por partidas cortas de reglas muy sencillas.

Y claro, hacerlo jugando regalándolos estos espacios y momentos. Porque nuestros hijos e hijas lo necesitan, pero nosotros también. Disfrutando juntos con amor y humor. ¿Jugáis? 

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