Flotadores, manguitos y otros inflables: consejos de seguridad en niños pequeños
Cuando llega la temporada de baño, aumenta el riesgo de accidentes, principalmente los ahogamientos. Según la Asociación Española de Pediatría, los ahogamientos suponen el 13% de las principales causas de mortalidad infantil (de 0 a 14 años). Por ello, es prudente seguir unas recomendaciones de seguridad en el agua, especialmente con los flotadores, manguitos y otros inflables.
En primer lugar, hay que recordar que no existe ningún dispositivo para el agua que pueda sustituir la supervisión de un adulto. Por ello, es indispensable un control permanente del niño y estar cerca en todo momento, pudiéndole alcanzar con el brazo.
En cuanto a los dispositivos de flotación, es preciso ser muy cautos. En primer lugar, hay que evitar el uso de flotadores o manguitos de aire, puesto que dan una falsa sensación de seguridad. Cabe destacar que, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que los flotadores hinchables como barcos, unicornios, flamencos y flotadores llamativos suponen un peligro para los niños, ya que no son elementos de seguridad, sino juguetes, y no están obligados a cumplir las normas básicas de flotabilidad.
En cuanto a los manguitos de aire, existe riesgo de que se salgan de los brazos fácilmente o de que se pinchen y se puedan deshinchar. Con los flotadores de aire también existe el riesgo de pinchazo y de que el niño pueda resbalar por dentro del flotador, sumergiéndose en el agua.
Los flotadores de poliestireno son mucho más adecuados cuando los niños no saben nadar ni flotar. Actualmente, existen en el mercado una gran variedad de dispositivos de poliestireno: manguitos, cinturones o churros. En cuanto a los manguitos y cinturones, tienen la particularidad de poder regular el número de piezas, colocando más o menos en función de la capacidad de flotación del niño. Así, a medida que van aprendiendo a nadar, se pueden ir retirando piezas.
Los churros también son una buena opción cuando los niños están aprendiendo a nadar. Existen anillas que pueden unir los dos extremos del churro para así obtener un círculo que se puede colocar alrededor de la cintura. En caso de utilizar el churro sin ningún otro accesorio, lo más adecuado sería colocarlo por debajo de los dos brazos (perpendicular al cuerpo) o un extremo entre las piernas y el otro extremo en las manos (como un caballito). En cualquier caso, es importante que el adulto esté siempre presente y pudiéndole alcanzar con el brazo, como ya hemos comentado anteriormente.
Otras recomendaciones en cuanto a seguridad en el agua son en referencia a la piscina propiamente:
Los ahogamientos de los pequeños suelen ser en piscinas privadas, por lo que se recomienda poner vallas suficientemente altas alrededor, así como disponer de dispositivos de rescate (pértiga, salvavidas).
Debemos prestar especial atención a los drenajes de piscinas, pues todos ellos deben estar cubiertos con rejillas. Así impediremos el riesgo de succión y de que se quede atrapado el pelo u otra parte del cuerpo.
También es aconsejable recoger los juguetes de agua después de haberlos utilizado, para evitar que el niño pueda caerse al agua con el fin de jugar con ellos.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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