Llega el invierno y con él las infecciones de las vías respiratorias. Se trata de infecciones muy frecuentes que afectan especialmente a los niños en esta época del año. Están producidas por virus.
La infección vírica produce una inflamación de las vías respiratorias que puede afectar desde la nariz hasta los bronquios (dentro del pulmón) y que es la responsable de los síntomas molestos y por todos conocidos: la mucosidad y la tos.
A continuación se describen las infecciones respiratorias más frecuentes en niños:
Infección respiratoria de vías superiores
También conocida como constipado, es la infección más frecuente. Los principales síntomas son:
Mucosidad nasal que inicialmente puede ser clara y posteriormente se vuelve más blanquecina e incluso amarillenta. Esta evolución es la esperable y no supone la presencia de ninguna complicación. Este síntoma resulta muy molesto para los lactantes pequeños puesto que habitualmente respiran por la nariz y cuando ésta se encuentra obstruida les genera malestar o disconfort e interfiere con la alimentación que puede ser más dificultosa. La mucosidad nasal puede durar unos siete días aproximadamente.
Tos, seca o productiva, que puede durar hasta dos semanas. Cuando la tos se acompaña de afonía o ruido como un silbido (estridor) en el momento de coger aire (inspiración) hablamos de laringitis.
La fiebre no siempre está presente, siendo más probable en los niños más pequeños. Puede durar entre tres y cuatro días.
Gripe
La gripe es también una infección producida por un virus (Influenzae). Produce unos síntomas parecidos al constipado, tos y mucosidad, pero suele ir siempre con fiebre elevada que puede durar unos cinco días y que suele acompañarse de dolores generalizados (mialgias). En los bebés puede cursar únicamente con fiebre. Una de las medidas más efectivas para protegerse de la gripe es intentar evitar el contacto con un posible enfermo que presente fiebre y síntomas respiratorios. Otras medida recomendables son el lavado de manos y la vacunación, especialmente si el niño pertenece a algún grupo de riesgo.
Los bebés realizan tomas al pecho muy cortas o no se terminan los biberones. Cuando un lactante respira más rápido que habitualmente, se le marcan las costillas y hunde la barriguita, debemos sospechar que tiene dificultad para respirar y tenemos que consultar urgentemente con el pediatra.
¿Cuál es el tratamiento de las infecciones respiratorias?
Estas enfermedades, incluyendo la gripe, no precisan de ningún tratamiento específico como por ejemplo los antibióticos y curan solas.
Sí podemos realizar algunas medidas para que los niños se encuentren más confortables:
Si el niño tiene fiebre se pueden dar antitérmicos (por ejemplo paracetamol según la dosificación que indique el pediatra). No se recomienda alternar distintos antitérmicos.
Asegurar una buena hidratación que contribuya a que las secreciones y los mocos sean más fluidos. Existen en el mercado productos para reducir la tos y facilitar la expectoración de los mocos pero no se recomiendan porque no han demostrado ningún beneficio.
Realizar lavados nasales para disminuir la dificultad para respirar y mejorar la alimentación.
¿Cómo debemos realizar un buen lavado nasal?
Para realizar un buen lavado nasal se necesita suero fisiológico (unos 10 ml para cada fosa nasal) y una jeringa. Debemos colocar al niño estirado y mejor de lado para que no se atragante. Con la jeringa cargada con 10 ml de suero fisiológico se aplica en la narina y se introduce el suero (mínimo 5 ml en cada fosa) de forma continua logrando un flujo constante sin excesiva presión para no dañar, pero suficiente como para movilizar los mocos.
Posteriormente se realiza el mismo procedimiento en la otra narina. Con unas gasas o paño húmedo se retiran las secreciones. Los lavados nasales pueden realizarse las veces que sea necesario y se recomienda hacerlo especialmente antes de las tomas.
El pediatra nos indicará los signos a los que debemos estar atentos y ante los que debemos volver a consultar si fuera necesario, como por ejemplo fiebre mantenida, dificultad para respirar y/o estado general afectado con decaimiento.
Cómo prevenir las infecciones respiratorias
Es habitual que los niños, especialmente los menores de dos años, cada invierno sufran unas cuantas infecciones no complicadas. Esto es algo natural y no implica que tengan ningún problema de defensas (sistema inmunitario). No existe ningún tratamiento preventivo. Las recomendaciones para intentar reducir la transmisión de los virus y así disminuir el contagio entre personas son:
Usar pañuelos de papel y desecharlos inmediatamente a la basura tras ser usados.
Lavado de manos frecuente.
Ventilar a diario las habitaciones.
Evitar espacios cerrados con aglomeraciones de gente.
Recuerda: ante cualquier duda, acude a urgencias o visita a tu pediatra de referencia.
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Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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