Llagas o aftas orales en niños: qué las causa y cómo acabar con ellas
Las llagas, aftas orales en lenguaje médico, son lesiones inflamatorias que afectan a la mucosa de la boca y producen úlceras superficiales dolorosas. Pueden ser únicas o múltiples y localizadas a cualquier nivel.
¿Porqué aparecen aftas en la boca?
Existen múltiples causas que pueden provocar la aparición de aftas en la boca.
En muchas ocasiones se trata de llagas únicas, localizadas en la cara interna de las mejillas, en la mucosa de las encías o en los bordes de la lengua y que son de presumible origen traumático, por roce con los dientes o pequeños traumatismos.
En otras ocasiones las aftas pueden producirse por infecciones víricas, lo cual es típico en niños durante la primera infancia. En este caso las aftas son múltiples, se extienden por toda la mucosa de la boca y la garganta y se acompañan de fiebre.
Si la fiebre es elevada y dura varios días, el niño presenta mucho dolor, rechazo de la alimentación y de la ingesta de líquidos (por el dolor intenso), el cuadro es sugestivo de infección por el virus del herpes (gingivoestomatitis herpética).
Se trata de una infección autolimitada, que cura habitualmente sin secuelas pero que produce mucho malestar y dolor y durante su curso puede presentar como complicación la deshidratación producida por la disminución de la ingesta.
Si no presentan fiebre elevada tan prolongada y aparte de las aftas orales presentan una erupción de pequeños granitos o ampollas por todo el cuerpo, pero sobre todo localizados en manos, pies y boca, el episodio es sugestivo de infección por virus de la familia Coxsackie, responsables de la enfermedad boca-mano-pie.
Posibles tratamientos
En los niños que presentan episodios únicos o muy esporádicos de aftas orales la causa infecciosa es la más frecuente. Dado que se trata de infecciones víricas, y por tanto autolimitadas, su único tratamiento es el sintomático y consiste en:
- Tratar el dolor con analgésicos de forma pautada, programada (ibuprofeno o paracetamol en dolor leve, metamizol en casos de dolor más intenso).
- Tratamiento tópico, local, de las llagas, con ácido hialurónico (en gel, spray o enjuagues, según la edad y la localización de las llagas) o carbenoxolona (Sanodin Gel®) y sólo en casos seleccionados y bajo prescripción médica con anestésicos locales como la lidocaína viscosa al 2% (fórmula magistral).
- Dieta blanda, de fácil masticación y deglución. Es recomendable evitar alimentos muy duros, calientes, salados, picantes y ácidos para facilitar la alimentación y evitar la desnutrición.
- Hidratación oral abundante. Si no son capaces de alimentarse, si la ingesta de alimentos está muy reducida o si presentan vómitos o diarrea (más frecuente en la enfermedad boca-mano-pie) se recomienda la ingesta de soluciones de rehidratación oral que aporten azúcares y sales minerales necesarias para el funcionamiento correcto del organismo.
Algunos niños pueden presentar aftas en la boca de forma recurrente. Es decir, que tienen episodios repetidos, con mayor o menor periodicidad. En la mayoría de los niños con aftas recurrentes no se encuentra ninguna causa aparente, forma que se conoce como estomatitis aftosa recurrente.
No obstante, en estos niños es importante descartar que no se deban a un déficit de vitaminas del complejo B, entre ellas el ácido fólico, hierro o zinc, o a una enfermedad crónica y que las aftas orales sean sólo una de sus manifestaciones, como en la neutropenia cíclica, la enfermedad de Behcet, la enfermedad de Crohn o el síndrome PFAPA.