Dermatomiositis juvenil
La dermatomiositis juvenil es una enfermedad autoinmunitaria poco común que afecta los músculos y la piel en niños. Sus síntomas incluyen debilidad muscular, erupciones cutáneas y dificultades para moverse. El diagnóstico se basa en pruebas médicas como análisis de sangre y biopsias. El tratamiento incluye medicamentos antiinflamatorios y terapia física. Cada caso es único, pero con el tratamiento adecuado, muchos niños pueden llevar una vida activa y saludable bajo la supervisión de profesionales médicos.
¿Qué es?
La dermatomiositis juvenil es una enfermedad poco frecuente o minoritaria y crónica que está causada por un problema autoinmunitario. Esto significa que el sistema inmunológico del niño, sus defensas, daña por error sus propios tejidos y órganos, especialmente los músculos y la piel.
¿Cuáles son sus síntomas?
A pesar de que se puede presentar de una manera muy variable, los síntomas más habituales suelen ser la debilidad muscular y las lesiones en la piel.
La debilidad muscular puede afectar principalmente al cuello, los hombros y las caderas, lo que puede producir dificultades para moverse, levantar objetos o subir escaleras.
Las erupciones cutáneas pueden aparecer de color rojo o púrpura en áreas como la cara, los párpados, las articulaciones, el pecho o la espalda. La erupción en los párpados, en particular, puede ser un signo característico de la enfermedad y se conoce como “heliotropo”.
También puede presentar otros síntomas como dolor muscular, fatiga, problemas al tragar o fiebre.
¿Cómo se diagnostica?
Además de la exploración por parte del profesional, para diagnosticar la dermatomiositis juvenil se realizan una serie de pruebas, principalmente análisis de sangre, electromiografía (para evaluar el estado de los músculos y de las células nerviosas), biopsia muscular y resonancia magnética de cuerpo entero.
Aunque la biopsia es la prueba que tiene mayor capacidad de orientar el diagnóstico, para confirmarlo se necesita combinar todas las pruebas efectuadas.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento tiene como objetivo controlar los síntomas y reducir la inflamación. Para ello se utilizan medicamentos antiinflamatorios (habitualmente derivados de la cortisona) y otros fármacos para disminuir la actuación dañina del sistema inmunitario en el propio cuerpo.
También es útil la fisioterapia y la terapia ocupacional, que ayudan al paciente a realizar las actividades diarias como vestirse y comer, a pesar de la debilidad muscular.
¿Qué otras cosas hay que tener en cuenta?
Cada caso de dermatomiositis juvenil es único y la efectividad del tratamiento y el pronóstico pueden variar de un paciente a otro.
En general y con el tratamiento adecuado, muchos niños presentan una mejora importante en sus síntomas y pueden llevar una vida activa y saludable. Para ello, se ha de seguir el plan de tratamiento tal y como propone el equipo de profesionales que atiende al niño, tener una buena comunicación con este equipo y mantener un estilo de vida saludable.