¿Qué es el eritema infeccioso?
El eritema infeccioso, conocido como enfermedad de la bofetada, es una infección viral frecuente en la infancia provocada por el parvovirus B19. Se manifiesta con una erupción roja característica en las mejillas, pero que también puede extenderse a otras partes del cuerpo.
Se trata de una enfermedad contagiosa, si bien cuando aparece la erupción ya ha dejado de serlo y, por tanto, no es necesario el aislamiento del niño en su casa y puede asistir a la escuela o guardería.
¿Cuáles son sus síntomas?
En personas sanas la enfermedad se caracteriza inicialmente porque produce fiebre, síntomas catarrales leves, malestar general y dolor de músculos y articulaciones.
Al cabo de pocos días, a estos síntomas se une la aparición de una erupción de color rojo intenso en la piel que comienza en las mejillas y produce en el niño el aspecto de haber recibido una bofetada (aspecto de “niño abofeteado”).
Posteriormente, se extiende al resto del cuerpo, donde las manchas suelen ser de un color más tenue. Con el paso del tiempo, las manchas se van aclarando en su zona central, lo que da a la erupción un aspecto de “encaje”. Esta erupción puede agudizarse con el calor ambiental, el ejercicio físico o la exposición al sol.
Como complicaciones, ocasionalmente puede producir inflamación de articulaciones (muñecas, rodillas y tobillos) o anemia.
Dado que el virus tiene especial afinidad por las células precursoras de los glóbulos rojos de la sangre, en pacientes con anemia hemolítica crónica puede producir crisis de anemia.
En pacientes con inmunodeficiencias puede producir disminución de los niveles de glóbulos blancos en sangre de forma transitoria.
En el caso de que la infección se produzca en una mujer embarazada, el parvovirus B19 puede transmitirse al feto a través de la placenta y afectarlo de forma grave.
Por eso, si bien es una enfermedad propia de la infancia, si existe sospecha de contagio en alguno de estos casos, es importante un seguimiento estrecho por sus correspondientes especialistas.
¿Cómo se diagnostica?
No existe una prueba diagnóstica rápida de la enfermedad. En caso de dudas sobre la causa, o si la presentación de la enfermedad no es la típica, se puede valorar la presencia de los anticuerpos frente al virus en sangre. Por tanto, el diagnóstico se realiza mediante la entrevista clínica, en que se evalúan los síntomas acompañantes y la evolución, y la exploración física, en que se valoran las características de la erupción.
¿Cuál es su tratamiento?
La erupción generalmente no pica y desaparece sin tratamiento en pocas semanas. Por eso, el tratamiento es únicamente sintomático, del malestar y la fiebre.