Quiste tirogloso
El quiste tirogloso es un resto congénito del conducto tirogloso en el cuello. Generalmente es un bulto pequeño, blando y benigno, aunque puede causar molestias si se infecta o crece demasiado. El diagnóstico se basa en la exploración y pruebas como la ecografía. El tratamiento principal es la cirugía para extirparlo, preferiblemente realizada por un cirujano pediátrico. La cirugía es segura y efectiva, y el quiste rara vez reaparece después de la extirpación. Si su hijo presenta un bulto en el cuello, consulte a un pediatra para su evaluación.
¿Qué es el quiste tirogloso?
El quiste tirogloso es un resto congénito del conducto tirogloso (que va de la parte más posterior de la lengua hacia el cuello) situado en la parte central del cuello. Este conducto normalmente desaparece a lo largo del desarrollo embrionario.
Es el quiste congénito más común y suele manifestarse como un bulto, habitualmente pequeño, en la parte anterior y central del cuello, al lado de una estructura ósea, el hiodes. Suele aparecer en la primera década de vida. Es una lesión benigna. Sólo en casos excepcionales, cuando el quiste es de gran tamaño, puede malignizar.
¿Cuáles son sus síntomas?
El quiste tirogloso se manifiesta como un bulto pequeño, redondeado y blando en la parte delantera del cuello, en la línea media o ligeramente desviado hacia un lado que puede variar de tamaño. Se suele mover cuando el paciente traga.
Normalmente no suele ocasionar ninguna molestia; aunque, en algunos casos, puede presentar enrojecimiento, calor y cierto dolor si hay una sobreinfección.
Raramente, y en función de su tamaño o de su localización, puede producir problemas para tragar, hablar o respirar.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del quiste tirogloso lo confirma el médico al explorar al paciente cuando identifica un bulto de las características antes citadas.
Habitualmente se realizan un análisis de sangre y una ecografía para evaluar la función del tiroides y confirmar la textura y la localización del quiste.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento del quiste tirogloso es quirúrgico.
Estos quistes no desaparecen por sí solos, y es importante extirparlos para prevenir posibles complicaciones como la infección y la dificultad para tragar, hablar o respirar.
La cirugía para quitar el quiste tirogloso debe ser realizada por un cirujano pediátrico habituado a la anatomía del cuello en los niños y conocedor de la técnica quirúrgica adecuada.
En el caso de infección aguda se ha de tratar con antibiótico o/y desbridamiento quirúrgico (eliminación de tejido en mal estado) según la evolución y demorar la cirugía definitiva para disminuir la posibilidad de recurrencia (o que el quiste vuelva a salir).
Como toda intervención quirúrgica, la extirpación del quiste puede comportar algún riesgo, pero, como norma general, es un procedimiento seguro y relativamente simple, si la lleva a cabo un cirujano experto.
No es necesario realizar esta cirugía de forma urgente.
¿Qué otras cosas hay que tener en cuenta?
Si el niño tiene un bulto en la parte delantera del cuello, lo mejor es acudir a un pediatra para su evaluación. Si se confirma el diagnóstico de quiste tirogloso, es necesario que lo vea un cirujano pediátrico para que valore el posible tratamiento quirúrgico.
Con una adecuada técnica quirúrgica que le explicará el cirujano y, en ausencia de complicaciones, el problema queda resuelto y es muy raro que el quiste vuelva a reproducirse.