
Artroscopia

La artroscopia es una técnica quirúrgica poco invasiva que permite diagnosticar y tratar problemas en las articulaciones. Este procedimiento es especialmente útil en pediatría, ya que reduce el daño en los tejidos, acelera la recuperación y minimiza los riesgos asociados a las cirugías tradicionales.
¿Qué es la artroscopia?
La artroscopia es una cirugía poco invasiva que se realiza en las articulaciones (zonas donde hay movimiento entre los huesos) como, por ejemplo, la rodilla o el hombro.
En niños, esta operación ayuda a los médicos a diagnosticar y tratar problemas en las articulaciones sin tener que abrirlas y, por lo tanto, sin tener que hacer un corte grande en la piel.
¿En qué consiste la artroscopia?
Para realizar la artroscopia se utiliza un instrumento pequeño y delgado llamado artroscopio.
Este instrumento tiene una cámara y una luz en un extremo y se introduce en la articulación a través de un corte pequeño en la piel. La cámara envía imágenes a una pantalla, permitiendo al médico ver dentro de la articulación.
Imagen de las partes de la artroscopia de rodilla. Fuente elaboración propia.
A través de otros cortes pequeños, se pueden introducir instrumentos especiales para arreglar las partes del interior de la articulación que están dañadas.
Una vez terminada la operación, los cortes se cierran con puntos o tiras adhesivas y se cubren con vendajes.
La intervención se realiza con anestesia, que puede ser local, regional o general en función de las características del caso.
Las ventajas de la artroscopia respecto a la cirugía convencional son:
- Los cortes que se deben realizar son más pequeños y se lesionan menos los tejidos de alrededor.
- El interior de la articulación se ve mejor.
- El paciente necesita estar menos tiempo ingresado en el hospital.
- Hay menos dolor postoperatorio y menor riesgo de infección de la herida o de pérdidas de sangre.
- La recuperación del paciente es más rápida y con menos cicatrices.
¿En qué problemas de salud se recomienda?
La artroscopia se usa en niños para tratar determinados problemas en las estructuras de las articulaciones como, por ejemplo, lesión de ligamentos o tendones, fracturas de los huesos que afectan a la articulación o lesiones de los cartílagos.
En ocasiones, también se realiza una artroscopia cuando las articulaciones tienen algunos problemas de crecimiento o desarrollo.
¿Qué debe tenerse en cuenta cuando se realiza este tratamiento?
En general, la artroscopia se considera una cirugía segura pero, como cualquier procedimiento quirúrgico, conlleva ciertos riesgos que habitualmente se solucionan de manera adecuada.
Seguramente, el niño necesitará descanso y evitar ciertas actividades por un tiempo. Por regla general, se han de seguir las mismas precauciones que en cualquier otra intervención quirúrgica.