Los bebés tienen muy poca vitamina K en el cuerpo al nacer y esto hace que tengan más riesgo de sufrir sangrados o hemorragias. Este problema se llama enfermedad hemorrágica del recién nacido o hemorragia por déficit de vitamina K y se puede prevenir con la administración de una inyección o vacuna de vitamina K durante las primeras horas de vida.
La vitamina K es un nutriente liposoluble (se disuelve en grasas y aceites, en lugar de agua) que ayuda al cuerpo a formar coágulos. Los principales nutrientes liposolubles son las vitaminas A, D, E y K. Estas vitaminas se absorben en el cuerpo junto con las grasas y se almacenan en el tejido adiposo, el hígado y los músculos para utilizarlas cuando sea necesario. La vitamina K, en concreto, produce unas proteínas en el hígado (factores de coagulación) que hacen que la sangre se coagule. Sin vitamina K, el hígado no podría producir los factores de coagulación y la sangre no se coagularía.
Los adultos y niños mayores obtienen la vitamina K de alimentos como las verduras de hoja verde, la carne, los productos lácteos y los huevos. Los bebés, en cambio, tienen muy poca vitamina K en el cuerpo al nacer y esto hace que tengan más riesgo de sufrir sangrados o hemorragias. Este problema se llama enfermedad hemorrágica del recién nacido y puede tener graves consecuencias.
Los bebés necesitan el aporte de vitamina K porque:
Durante el embarazo no reciben mucha vitamina K de la madre. Esto es así porque la vitamina K pasa con dificultad de la placenta en el feto.
El cuerpo del bebé todavía no puede producir suficiente vitamina K.
El riesgo de que pueda desarrollarse esta enfermedad en los bebés que no reciben vitamina K al nacer se alarga hasta los seis meses de vida. La leche materna aporta al bebé algo de vitamina K, pero no la cantidad suficiente. Así pues, los bebés que sólo son amamantados tienen más riesgo de desarrollar la enfermedad porque sus niveles de vitamina K son bajos.
Después, con la alimentación complementaria del bebé, ya empieza a producirse vitamina K en el intestino. Además, cuando el bebé sea lo suficientemente grande para empezar a comer alimentos sólidos, usualmente entre los 4 y los 6 meses de edad, las bacterias de su intestino empezarán a producir vitamina K.
¿En qué consiste la vacuna de vitamina K?
Afortunadamente, el sangrado o hemorragia por deficiencia de vitamina K puede prevenirse con una inyección o vacuna.
La vacuna de vitamina K consiste en una dosis única de 1 mg por vía intramuscular, en el muslo, durante las 6 primeras horas de vida. También puede darse de forma oral, en una dosis de 2 mg al nacer y, posteriormente, 1 mg cada siete días, durante doce semanas.
Así pues, existen diferentes formas de dar la vitamina K por vía oral, pero lo más importante en este caso es que se den varias dosis. Sin embargo, esta opción no es tan efectiva como cuando se pone una dosis única intramuscular.
Algunos padres pueden pedir vitamina K por vía oral en vez de la inyección. Pero los bebés no pueden absorber demasiado bien la vitamina K por vía oral, por lo que no actúa bien para prevenir la enfermedad. La inyección de vitamina K es la opción más segura y adecuada para todos los bebés.
¿En qué problemas de salud se recomienda?
Se recomienda poner la vacuna de vitamina K en el nacimiento del bebé para prevenir la aparición de la enfermedad hemorrágica del recién nacido.
La enfermedad hemorrágica del recién nacido puede presentarse en tres momentos diferentes:
Precoz (durante las primeras 24 horas de vida): Es importante saber que esta forma de la enfermedad no se puede prevenir poniendo la vacuna de vitamina K después del parto.
Clásica (del primer al tercer día del nacimiento): Se manifiesta en los primeros días de vida.
Tardía (de 2 a 12 semanas): Es especialmente peligrosa porque puede aparecer cuando el bebé ya está en casa, caracterizándose a menudo por sangrado o hemorragia intracraneal.
¿Qué otras cosas se han de tener en cuenta?
La inyección de vitamina K es muy segura. La vitamina K de la inyección se almacena en el hígado del bebé y se libera lentamente durante meses. Esto da al bebé la vitamina K que necesita hasta que pueda empezar a obtenerla de los alimentos sólidos que tome y a producirla por sí mismo.
Por lo general, en niños prematuros se ajusta la dosis al peso del bebé, asegurando su protección y sin que exista un exceso de vitamina. En cualquier caso, es importante seguir las recomendaciones del centro donde se ponga la vacuna.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Durante los primeros días de vida puede observarse una pequeña hinchazón de las mamas del recién nacido y en algunas ocasiones se acompaña de una secreción blanca. Su aparición se considera normal y desaparecen al cabo de pocos días; eso sí, hay que seguir una serie de recomendaciones para no empeorar los síntomas.
En el recién nacido existe una inmadurez en algunos de los sistemas de regulación del flujo de sangre a la piel. Por eso en los recién nacidos se dan algunos fenómenos curiosos que, aunque son benignos y temporales, pueden generar alarma y dudas en sus padres.
Grabación del webinar con recomendaciones sobre como conseguir una técnica de lactancia satisfactoria, que garantice la adherencia del bebé y que no sea dolorosa para la mujer.
