La varicela: situación actual, cómo reconocerla y cómo tratarla
La varicela es una enfermedad muy contagiosa de distribución mundial. Las epidemias anuales tienen lugar durante el invierno y el principio de la primavera. La prevalencia varía según el grupo de edad, las condiciones geográficas, y la cobertura vacunal de cada zona.
Es una enfermedad benigna, típica de la infancia, que en algunos pocos casos puede complicarse (en adultos y personas con enfermedades de base). Normalmente se contrae entre los 5 y los 9 años de edad y más del 90% de los casos se producen antes de los 20 años. En el 10%-20% de los casos, la varicela va seguida años más tarde de herpes zóster, erupción vesicular dolorosa que se distribuye siguiendo los dermatomas. La mayor parte de los casos de herpes zóster se producen después de los 50 años de edad o en personas inmunodeprimidas.
¿Qué hay de nuevo? Situación actual
El virus de la varicela-zóster (VZV) muestra poca variación genética y no tiene ningún reservorio animal (vive exclusivamente en el humano). Aunque es posible modificar los casos individuales mediante tratamientos específicos (inmunoglobulina contra la varicela-zóster, fármacos antivíricos como el Aciclovir), la varicela solamente se puede combatir con la vacunación en gran escala.
Desde 1974 se comercializan vacunas contra la varicela basadas en la cepa Oka atenuada del VZV. Esta vacuna ha demostrado en estudios que es segura y eficaz, justificando la introducción de estas vacunas en los programas de inmunización infantil de varios países industrializados.
Antes de que estuviera disponible la vacuna en Estados Unidos (antes del 1997) cada año se registraban alrededor de 4.000.000 de casos de la enfermedad. De ellos, unos 10.000 necesitaron hospitalización y 100 fallecieron. Posteriormente, la vacuna redujo en un 70% la incidencia de la varicela en todos los grupos de edad, pero principalmente en la infancia, siempre que se alcanzasen coberturas del 80% (es decir, que la mayoría de niños susceptibles estuviesen vacunados).
En España se describen aproximadamente 400.000 casos anuales con 1.000 hospitalizados y 5-6 muertes cada año por esta enfermedad. Tras la introducción de la vacunación contra la varicela también se ha comprobado un descenso del número de infecciones de forma global, un descenso de las hospitalizaciones relacionadas con sus complicaciones (infecciones cutáneas, neumonía, encefalitis por varicela) y un descenso de la incidencia de varicela neonatal. Además, la mortalidad antes de la vacunación era de 3 muertes por cada 100.000 casos, y en la era post-vacunal ha descendido a 0,1 muertes por cada 100.000 casos. En cuanto al herpes zóster, la información disponible indica que probablemente la vacunación no incremente la incidencia, pero se necesitan más estudios para comprovarlo. Por todos estos motivos, los principales comités científicos (OMS, AEP) siguen recomendando la vacunación.
¿La Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja vacunar de la varicela?
La AEP recomienda la vacunación de todos los niños contra la varicela. Se inicia la vacunación a los quince meses de edad (también es aceptable a los doce meses) y se administra la segunda dosis entre los tres y cuatro años. Esta es la pauta que aplican actualmente (financiados por la seguridad social) todos los calendarios infantiles españoles (desde el año 2016). Anteriormente la vacuna se administraba únicamente en el mercado privado, es decir los padres tenían que comprarla.
Existen varios tipos de vacunas disponibles, todas ellas basadas en la cepa OKA/Merk de VVZ vivos atenuados. Para niños 12-15 meses (Varivax (MSD) ®, Varilrix (GSK)®), y combinadas (Proquad (MSD)® varicela + sarampión + rubéola + parotiditis, Priorix-Tetra (GSK) ® varicela + sarampión + rubéola + parotiditis), y para adultos (Zostavax (MSD) ®). La efectividad de la vacuna es prácticamente global. Como en todas las vacunas, existen algunas situaciones en las que no se recomienda su administración (por ejemplo, alergia a algún componente, embarazo, infecciones activas, inmunodeprimidos). En los centros de vacunación se dispone de toda esta información y se individualiza cada caso.
¿A qué grupos de edad afecta?
La varicela es una enfermedad de carácter benigno y toda la población es susceptible. Aunque cuando afecta a los menores de un año (sobre todo menores de tres meses), a las mujeres embarazadas, a los mayores de quince años y a los pacientes con enfermedades de base (inmunodeprimidos, cáncer) el cuadro clínico se puede complicar. En estos casos, se requiere atención médica inmediata. En el caso de las embarazadas, si se contrae la varicela durante los dos primeros trimestres del embarazo, existe el riesgo de que el feto sufra el síndrome de varicela congénita.
Por ese motivo, en el caso de contacto accidental de una embarazada que no ha pasado la varicela con algún individuo infectado, se recomienda contactar urgentemente con su ginecólogo para que evalúe su caso y la necesidad de tratamiento con la administración de anticuerpos protectores.
¿Cómo reconocerla?
El período de incubación es de unos 15 días, en los que uno puede ser contagioso y no presentar las lesiones típicas en la piel. A la semana del contagio, el niño presenta fiebre moderada (de 37,7º C a 38,8º C) tras los dos y cuatro días que siguen al inicio de la erupción y del malestar general. Puede tratarse de una varicela leve si hay menos de 50 lesiones cutáneas (ampollas), y moderada, si aparecen entre 50 y 500 ampollas en su cuerpo. Con más de 500, se considera una varicela grave. Las lesiones pueden aparecer por todo el cuerpo, incluídas zonas como el cuero cabelludo, los genitales y la boca.
¿Cuáles son sus complicaciones?
La complicación más frecuente es la infección de la piel secundaria al rascado de las lesiones. Suele ser benigna y de tratamiento fácil con antibióticos tópicos u orales. En ocasiones precisa ingreso para tratamiento endovenoso.
Otra complicación sería la neumonía (vigilar si además de la fiebre alta existen signos de dificultad respiratoria, tos frecuente). Menos frecuente pero importante, sería detectar complicaciones en el sistema nervioso (por ejemplo la encefalitis), en la que el niño está muy adormilado, especialmente decaído, no puede caminar bien y pierde el equilibrio, y tiene poca respuesta a estímulos. Es muy importante conocer y detectar estas complicaciones y acudir a la valoración por un pediatra lo antes posible.
¿Cómo cuidar al niño con varicela?
No existe ningún tratamiento curativo de la varicela. A pesar de ello, sí se puede controlar la enfermedad a base de medicamentos antitérmicos (para disminuir la fiebre), antivíricos específicos (como el Aciclovir, sólo indicados en situaciones especiales, consultar al pediatra para su recomendación) y antihistamínicos para controlar el picor de las lesiones de la piel.
Sin embargo, a continuación encontrarás unos consejos para ayudarle a pasar la varicela:
- Mantén la piel del niño siempre limpia. Báñalo a diario con jabón de avena o loción de calamina, esto le aliviará el picor.
- Córtale y límpiale las uñas para evitar lesiones del rascado e infecciones.
- Vístele con ropa amplia y de algodón.
- Evita que tu hijo esté expuesto al sol directo. No obstante, que esté al aire libre es bueno para que cicatricen antes las ampollas.
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