Cómo motivar a los niños
Se presentan a continuación 7 sencillos consejos útiles para promover la motivación en los niños:
1. Ten las expectativas adecuadas
Los niños son muy conscientes de cómo los padres los perciben y, muchas veces, ajustan sus expectativas según lo que piensen los padres. Por ello, si esperas que tu hijo triunfe, es muy posible que su motivación y probabilidades de éxito sean mucho mayores. Si tus expectativas son bajas, es muy probable que no consiga los resultados esperados.
Es importante fijar las expectativas adecuadas y acordes a cada niño. Para ello, sigue estos dos pasos:
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Habla con tu hijo: charla abiertamente con tu hijo sobre los campos de estudio que más le gustan y en los que más sobresale. Ofrece tu opinión sobre lo que también has observado. En general, si los dos coincidís en un área, es posible que en esta se fijen las expectativas más altas.
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Reevalúa cuando sea necesario: a medida que tu hijo crezca, los intereses y aptitudes cambiarán, por ello, es importante volver a ajustar las expectativas cada cierto tiempo.
2. Ayuda a tu hijo a fijarse metas
Es importante enseñar a tu hijo a establecer metas propias, que le ayudarán a estar más motivado y conseguir sus objetivos.
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Anotar las metas: alcanzar las metas será más fácil y motivador si se escriben en un papel. Puede ser muy útil colocar estas notas en un lugar visible de la casa para que tu hijo las recuerde cada día.
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Las metas deben ser específicas: por ejemplo, más que marcar como meta ‘el próximo semestre te irá mejor en matemáticas’, será mucho más efectivo si se concreta más: ‘repasarás los problemas de matemáticas 20 minutos todos los días’.
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Las metas deberán poder medirse: las metas tienen que ser cuantificables para valorar si se está progresando en su cumplimiento.
3. Encuentra maneras de mostrarle a tu hijo que la escuela es importante
Si mostramos a los hijos nuestro propio interés y entusiasmo por la educación, ellos adoptarán la misma actitud. Existen diversas maneras para fomentar este interés:
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Establece una relación con el profesor de tu hijo: comparte con el maestro las expectativas que esperas para tu hijo y pídele opinión al respecto.
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Apoya los programas de la escuela de tu hijo: asistir a acontecimientos organizados por la escuela, obras de teatro, etc., sirve para demostrar a tu hijo la importancia que le otorgas a la escuela y sus actividades.
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Crea un ambiente adecuado para hacer las tareas: asegúrate de que tu hijo dispone de un lugar tranquilo y bien iluminado en casa para hacer los deberes y estudiar. Préstale ayuda y colaboración con las tareas, pero nunca las hagas en su lugar.
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Conoce las tareas de tu hijo: aquello que está estudiando en cada asignatura, los trabajos y exámenes que debe hacer, etc.
4. Ten una actitud positiva hacia la escuela
Si tu hijo observa que percibes las tareas escolares de una manera positiva e interesante, él lo percibirá de la misma manera. Apoya el estilo de aprendizaje de tu hijo. Cada niño tiene una manera predilecta de estudiar y aprender, que es más natural y motivadora. Ayúdale a descubrirla y fomenta que la utilicen de la mejor manera posible. En general, existen tres tipos de estudiantes:
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Estudiante auditivo: aquel que aprende más fácilmente mediante actividades en las que tiene que escuchar. Aconséjale, por ejemplo, que grabe los temarios y luego los repase escuchándolos o que, si tiene que leer una novela, busque la versión de audiolibro.
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Estudiante visual: retendrá más la información mediante actividades visuales como, por ejemplo, leyendo un libro o analizando un gráfico. Recomiéndale que utilice diferentes colores para los apuntes y que elabore fichas didácticas con el temario y las cuelgue en la habitación.
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Estudiante quinesiológico: estará más motivado a aprender a través de ejercicios prácticos que teóricos. Suele tratarse de niños muy movidos y participativos. Para fomentar esta cualidad, anímale a realizar proyectos prácticos como participar en ferias científicas.
5. Utiliza un lenguaje que le anime
Alentar a los niños motiva mucho más que elogiarlos. La diferencia entre estas dos formas de motivación es que alentar implica que el niño se evalúe a sí mismo de manera positiva; con palabras de aliento reconocemos su esfuerzo.
El elogio se refiere más concretamente a los triunfos y se suele utilizar cuando los niños han actuado de la manera esperada, mientras que el aliento se puede ofrecer independiente del desempeño y resultados del niño, se trata más de animar a que la próxima vez se haga mejor.
6. El aprendizaje en casa y en la comunidad
Tus hijos deben percibir el aprendizaje como un acto divertido y no sólo como la tarea obligatoria y pesada de estar sentado detrás de un escritorio. Los estudiantes motivados ven el aprendizaje en cualquier parte y entienden que hay algunas actividades divertidas que a la vez también aportan conocimiento.
Existen diversas ideas para fomentar esta visión en tu hijo: cuando lea un clásico de la literatura infantil, podéis pasar a ver la versión en película, se pueden estudiar las diferentes culturas a las que no acude de forma regular (si le gusta el futbol, llevarlo al ballet, por ejemplo), o visitar museos sobre temas que esté estudiando.
7. Fomenta la fortaleza en su hijo
Los niños fuertes son más susceptibles a estar motivados, por ello, es importante promover la fortaleza en tu hijo. Si un niño no es fuerte internamente, su motivación disminuye mucho y ve pocas vías para salir adelante en medio de la adversidad. La fortaleza hace que estén preparados ante las adversidades y que se enfrenten a ellas y tengan capacidad de resolver muchos problemas, aprovecharan sus puntos fuertes y se darán cuenta de que todos cometemos errores y de que son oportunidades para aprender.
Para fomentar la fortaleza tu hijo sigue estos pasos:
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Identifícate con tu hijo viendo la situación desde su punto de vista antes de reaccionar.
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Ofrécele opciones razonables para elegir entre dos cosas.
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Cambia la forma de abordar una cierta situación cuando no da resultados. Por ejemplo, si tu hijo no presta atención, en lugar de seguir gritando, prueba con algo muy diferente como susurrarle.
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Fomenta los talentos e intereses de tu hijo. Por ejemplo, si tu hijo no tiene resultados positivos en la escuela, pero le gustan mucho las clases de teatro y es lo que más le anima, no le prives de estas actividades por el hecho que no saque buenas notas. Celebra sus talentos y no los prohíbas.
De este modo, como padres, tenéis un papel clave en la motivación de vuestros hijos a tener mayor rendimiento académico y, por tanto, vuestro apoyo y actitud serán de gran relevancia también en su futuro.