Lactancia materna: frecuencia, duración de las tomas y extracción de leche
En este artículo resolvemos algunas de las dudas principales relacionadas con la lactancia materna como son la frecuencia y duración de las tomas, cómo asegurar una extracción de leche con éxito y cómo almacenar la leche.
Frecuencia y duración de las tomas
¿Cada cuándo y cuánto tiempo debe darse el pecho?
Frecuencia: cada bebé tendrá su ritmo de tomas. Después del nacimiento, los recién nacidos presentan un periodo de "somnolencia" conocido como período de letargo, pudiendo durar hasta diez horas o más. Durante este período debemos respetar si el bebé no quiere amamantar aunque el pecho se debe ofrecer con frecuencia (cada tres horas aproximadamente) y recordar a las madres los signos de hambre. Una vez superado el período de letargo, los lactantes realizan entre 8-12 tomas en 24 horas repartidas en función de sus necesidades sin un horario fijo.
Duración: es muy variable de un niño a otro. No hay que limitar el tiempo de la toma, se considera aceptable entre cinco y veinte minutos pero debería finalizar cuando el bebé quede relajado y deje él espontáneamente el pecho.
¿Cómo se puede saber si las tomas están siendo correctas y suficientes?
Hay una serie de signos tanto del bebé como de la madre que nos pueden estar indicando si la lactancia materna está siendo efectiva o no.
Los signos que nos indican que las tomas están siendo efectivas son:
Durante la toma, el lactante relaja progresivamente brazos y piernas y suelta espontáneamente el pecho al finalizar la toma.
La frecuencia de micciones y deposiciones en recién nacido es normal.
Al finalizar, se identifica humedad alrededor de la boca del bebé.
La madre nota signos de eyección, el pecho se ablanda progresivamente e incluso sale leche del otro pecho.
Por el contrario, son signos que nos deben hacer pensar en tomas no eficientes:
Durante la toma, el bebé se muestra intranquilo y exigente, suelta y coge el pecho intermitentemente.
Globalmente el recién nacido realiza menos de ocho tomas al día.
Frecuencia de micciones y deposiciones en recién nacido no normal.
La madre nota dolor o molestias en el pecho o en el pezón y no refiere signos de reflejo de eyección. Además, el pecho está rojo, hinchado o dolorido.
Afianzamiento
Independientemente de la posición utilizada, el punto clave en la consolidación de la lactancia materna es conseguir un buen agarre (afianzamiento). Para conseguir un buen afianzamiento hay que colocar el cuerpo del recién nacido frente a la madre, con la cabeza bien alineado en el pecho. Hay que introducir gran parte de la areola en la boca del bebé.
Para saber que la postura es correcta, la barriga del bebé debe estar en contacto con la de la madre, posición de ombligo con ombligo, la boca debe estar bien abierta, el labio inferior hacia fuera, las mejillas redondeadas cuando succiona (no hundidas) y la nariz y el mentón pegados al pecho. Siempre la areola debe ser más visible por encima de la boca. No es aconsejable que la madre separe con los dedos, la nariz del pecho ni que haga maniobras de "pinza" con el pecho, a menos que sean pechos de gran tamaño y obstruyan la nariz del bebé. Este es el principal temor de las madres, tener el recién nacido muy pegado al pecho materno y la sensación que puedan asfixiarlo mientras lo amamantan, pero es esencial para una buena técnica. Imprescindible que el recién nacido no tire del pezón para evitar la aparición de grietas.
¿Cuándo son recomendables las pezoneras? ¿Son siempre la solución?
La utilización de las pezoneras a veces puede ser la solución de determinados problemas relacionados con la lactancia materna, tales como el dolor durante la lactancia o las dificultades en conseguir un correcto afianzamiento. Hay varias causas de dificultades en conseguir un buen afianzamiento. Por un lado encontraríamos las variantes anatómicas de los pezones (pezones planos o invertidos) que dificultan este afianzamiento.
Otras veces el afianzamiento puede ser dificultoso por causa del recién nacido, como por ejemplo en recién nacidos prematuros o inmaduros con dificultad de conseguir una succión adecuada o dificultades en la apertura de la boca. Hay pezoneras de diferentes tipos. Las que han demostrado un cierto beneficio por su facilidad son las de silicona fina, por su fácil agarre y por resultar ser más agradables a la hora de succionar, porque son más blandas.
Su utilización debe considerarse como un recurso de emergencia y de uso transitorio, no debe mantenerse en toda la lactancia, ya que:
Reducen la transferencia de leche y requieren más potencia de succión.
Crean adicción y pueden impedir una estimulación adecuada.
Requieren capacitar a la madre en la colocación y en la valoración de la adecuada transferencia de leche.
Requieren vacío.
Es importante la elección del tamaño adecuado para que sean efectivas.
Aunque se coloquen las pezoneras se debe prestar atención a la técnica de lactancia, una buena posición y una correcta adherencia . En caso de grietas, puede que las pezoneras alivien inicialmente pero sino se corrige la posición, las lesiones pueden agravarse aún más.
Una vez indicadas y colocadas las pezoneras se debe realizar un seguimiento estrecho y valorar el momento de retirarlas antes del mes de vida. Por ello, es importante que te dejes asesorar y guiar por un grupo de apoyo especializado en lactancia materna.
El tamaño de los pechos no influye en la cantidad de leche que se produce. Todos los pezones suelen ser válidos para amamantar. En caso de duda, consulta con tu profesional referente.
Extracción de leche materna
A veces y por diferentes motivos, un recién nacido no puede realizar tomas directas en el pecho materno o si las hace, éstas no son efectivas y no extrae suficiente cantidad de leche o de calostro.
En estos casos, la propia madre puede extraerse tanto la leche como el calostro mediante diferentes técnicas: manual o con extractor eléctrico. Se puede optar por una o por otra, aunque si se hace de forma combinada el vaciamiento de la mama mejora y en consecuencia aumenta la producción de leche. De forma general se recomienda iniciar la extracción manual unas ocho o diez veces al día durante los tres primeros días y posteriormente un mínimo de ocho veces al día con extractor eléctrico. Se puede recomendar un descanso nocturno de cuatro y cinco horas, manteniendo un mínimo de ocho extracciones al día.
En el caso del uso de sacaleches eléctricos, es importante informar a las madres que la extracción con sacaleches no debe hacer ningún daño. Una de las causas más frecuentes de que la extracción sea dolorosa es la utilización de un embudo no adecuado para el tamaño de cada areola.
¿Cómo se extrae la leche de forma manual?
En primer lugar, es necesario que la madre esté tranquila, cómoda y en un lugar confortable, y si es posible, en contacto directo con su bebé.
Después de realizar una higiene de manos adecuada, se inicia un masaje manual suave y circular, abarcando toda la superficie del pecho. Se puede hacer con los nudillos, con los dedos o con algún utensilio como por ejemplo un peine. ¡Nunca debe ser doloroso! Inicialmente, se realizan círculos recorriendo radialmente todo el pecho y luego masajes en línea recta hacia la areola, en forma de rayos de sol, se repetirá el proceso en ambos senos durante unos tres a cinco minutos. Recalcar las zonas induradas. También es muy recomendable sacudir el pecho varias veces.
Después del masaje se puede iniciar la técnica de extracción manual: la madre debe colocar la mano en forma de "C" a unos tres cm de la base del pezón, haciendo presión hacia las costillas, se comprime el pecho con los dedos sin deslizar, quedando el pulgar por encima de la areola y el resto de dedos por debajo. Repetir cada dos o tres horas el movimiento de forma rítmica durante unos cinco o diez minutos cada pecho o hasta que dejen de salir gotas.
Para recoger las gotas de calostro o la leche se puede utilizar una jeringa, cuchara o vaso. En nuestro centro la madre dispondrá de un kit de recogida. Es normal que durante los primeros días se extraigan pequeñas cantidades de calostro. Por poca cantidad que se extraiga, el calostro es una sustancia rica en anticuerpos por lo que es recomendable su administración al bebé, sea cual sea la cantidad.
¿Cómo se debe almacenar la leche?
Es importante un correcto almacenamiento y conservación de leche/calostro extraído. Como norma general hay que seguir las siguientes recomendaciones:
Se utilizarán potes de almacenamiento específicos para la lactancia materna.
Se deben rotular con fecha antes de almacenar.
Si se necesita leche para administrarla al recién nacido, siempre se utilizará leche fresca preferentemente. Tras su obtención, tanto el calostro o la leche es preferible almacenarla en la nevera, aunque es posible dejarlas a temperatura ambiente entre 27 a 32ºC.
Si la leche no se necesita inmediatamente, se podrá enfriar en la nevera o en el congelador si no se tiene pensado utilizar en las siguientes horas.
Si se refrigera o congela, es mejor guardar la leche en la parte central de la nevera o del congelador (la temperatura es más constante).
Antes de administrar la leche y el calostro se comprobará la temperatura. Si es necesario se podrá templar bajo agua tibia.
Tabla 1. Tiempo máximo de conservación de la leche según método de almacenamiento.
Lugar
Temperatura
Tiempo
Temperatura ambiente
19 - 26ºC
4 - 8 horas
Bolsa térmica
15ºC
24 horas
Nevera
4ºC
3 - 8 días
Congelador dentro frigorífico
-15ºC
2 semanas
Congelador con puerta separada
-18ºC
3 - 6 meses
Baúl congelador
-20ºC
6 - 12 meses
¿Cómo debo manejar la leche previamente refrigerada o congelada?
Para una correcta utilización de la leche que previamente ha sido refrigerada en la nevera o en el congelador se recomienda:
Utilizar la leche refrigerada a temperatura ambiente. Si es necesario, templar bajo agua tibia.
Mezclar la leche antes de administrar y probar temperatura, nunca agitar.
Una vez descongelada puede mantenerse 24 horas refrigerada en el frigorífico, siempre y cuando no haya sido calentada. Si se descongela en agua caliente se puede usar en las próximas cuatro horas. Nunca volver a congelar.
Se puede guardar la leche si no se ha calentado.
La información recogida en este documento se ha elaborado con el objetivo de informar y capacitar a familias y pacientes. En ningún caso sustituye la consulta con el equipo asistencial. Ante cualquier duda, consulta con tu especialista.
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