Infección urinaria en niños: causas, síntomas y tratamiento
La infección urinaria en niños es común y puede afectar tanto a niñas como a niños, especialmente en los primeros años de vida. Esta afección se produce cuando las bacterias ingresan al sistema urinario. Los síntomas varían según la edad y la ubicación de la infección. El diagnóstico se basa en pruebas de orina, y el tratamiento implica antibióticos. Prevenir la infección urinaria implica mantener una buena higiene genital y una adecuada hidratación, especialmente en niños más pequeños.
Infección urinaria en la infancia: común y más frecuente en niñas
La infección de orina o infección del tracto urinario (ITU) es una de las infecciones bacterianas más frecuentes en la infancia. Ocurre por inflamación de cualquier parte del sistema urinario (uretra, vejiga, uréter o riñón) debido a la existencia de gérmenes que infectan la orina.
En general son más habituales en niñas, salvo en menores de 1 año que se presentan más frecuentemente en niños.
Causas de la infección urinaria
Las infecciones urinarias están causadas por bacterias de origen intestinal que se encuentran en la zona perineal, es decir, en la piel de alrededor del ano y los genitales. Dichas bacterias entran en el sistema urinario a través de la uretra, llegando a la vejiga y, a veces, al riñón.
En ocasiones algunos niños pueden presentar factores que les predisponen a tener infecciones urinarias de repetición, como son el reflujo vesicoureteral (retorno hacia los riñones de la orina que ya ha alcanzado la vejiga) u otras malformaciones uro-genitales.
Síntomas de la infección urinaria
Los síntomas que pueden sufrir los niños que presentan una infección urinaria dependen de la edad y de la vía urinaria a la que afecte.
En general, los síntomas que presentan los recién nacidos y lactantes no son tan evidentes como los de niños más mayores, pudiendo manifestarse con fiebre inespecífica, vómitos, rechazo de la ingesta, irritabilidad o escasa ganancia de peso.
Sin embargo, en niños más mayores es más frecuente que presenten síntomas más específicos como: orina turbia o maloliente, orina con sangre, necesidad urgente o frecuente de orinar, dolor o picor al orinar, dolor en la parte inferior del abdomen o en la zona lumbar.
En cuanto a la vía urinaria, las infecciones de orina se clasifican en:
- Infección de vías bajas (afecta a uretra y vejiga), también denominada cistitis. En general, los niños que la presentan suelen tener buen estado general y no tener fiebre, o tener fiebre de bajo grado.
- Infección de vías altas (afecta al riñón), también denominada pielonefritis. Es una infección más grave, y los niños suelen tener un estado general más afectado, con fiebre y/o escalofríos.
Diagnóstico de la infección urinaria
Para detectar la infección urinaria se necesita una muestra de orina. Existen pruebas de resultado rápido (tira reactiva o sedimento urinario) que muestran signos sugestivos de infección urinaria. Sin embargo, para el diagnóstico de certeza es fundamental obtener una muestra de orina estéril y mandarla a un laboratorio para realizar un urocultivo, cuyo resultado puede tardar unos días.
Para obtener la muestra de orina existen distintos métodos:
- En recién nacidos y lactantes, que no controlan esfínteres, se obtiene mediante la colocación de una bolsa recolectora, que se coloca sobre los genitales del niño previo lavado cuidadoso de la zona. Es el método menos invasivo, pero con más riesgo de contaminación de la muestra y, por tanto, de que ésta sea inválida. Otros métodos más fiables para recoger orina estéril, son el sondaje uretral o por una punción a través del abdomen recogiendo orina directamente de la vejiga (punción suprapúbica). Habitualmente, cuando una muestra de orina recogida mediante bolsa recolectora resulta alterada, se debe confirmar siempre el estudio con un método invasivo como el sondaje uretral (más frecuentemente utilizado) o la punción suprapúbica.
- En los niños que sí controlan esfínteres, se recoge directamente la orina en un bote a la mitad de la micción (chorro medio) y preferentemente a primera hora de la mañana, para que esté más concentrada.
Cabe añadir que en algunas ocasiones, sobre todo si se trata de niños pequeños o con infección de vías urinarias altas, es probable que se realice un estudio de imagen para descartar si existe alguna malformación que pueda favorecer las infecciones de orina (ecografía, cistografía) o si ha podido afectar al riñón (gammagrafía).
Tratamiento de la infección urinaria
La infección urinaria se trata con antibióticos. En casos de cistitis, y en niños mayores con buen estado general, se puede realizar tratamiento ambulatorio con antibiótico oral. Sin embargo, en lactantes pequeños o en casos de pielonefritis, se administrará de forma intravenosa, por lo que el niño necesitará ingreso hospitalario.
¿Cómo prevenir la infección urinaria?
Para intentar evitar que los niños tengan infecciones urinarias es importante:
- Mantener una buena higiene genital, con cambios frecuentes de pañales o limpiando siempre la zona genital de delante hacia atrás para no arrastrar bacterias del ano a la zona genital.
- Mantener una adecuada hidratación, dando el pecho con mayor frecuencia u ofreciendo mayor cantidad de líquido en niños mayores.
- En niños mayores, fomentar/enseñarles a ir al baño varias veces al día.