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Niña flotando en la piscina

Niños y piscinas: consejos de salud para un verano más seguro

Niña flotando en la piscina

Llega el verano y, con él, las ganas de descansar y aprovechar las oportunidades de ocio que nos ofrece el buen tiempo. Una de las opciones más deseables para los niños son los baños en las piscinas, en la playa o en el río.

 

Estas opciones ofrecen una oportunidad para ellos de pasarlo bien y de realizar actividad física al aire libre al mismo tiempo. Pero, por otra parte, comporta algunos riesgos que es necesario conocer para prevenir ciertas consecuencias en la salud de los niños.

 

¿Son frecuentes los ahogamientos?

El ahogamiento es una de las 10 principales causas de muerte en niños y jóvenes en casi todas las regiones del mundo. En Europa, suponen la segunda causa de muerte accidental entre los 0 y los 19 años.

 

Las tasas de defunción varían según la edad y el género, siendo más frecuente en niños menores de 4 años y en los adolescentes de entre 15 y 19 años. Estos accidentes se deben fundamentalmente a la falta de precaución de los padres, de los propios jóvenes y de las autoridades.

 

 

¿Por qué se producen los ahogamientos?

En menores de 5 años se producen sobre todo en las piscinas particulares o de comunidades privadas, donde se ha demostrado que se pueden llegar a disminuir las muertes por ahogamiento hasta un 95% con una simple valla reglamentaria, obligatorias en las piscinas públicas.

 

Una circunstancia habitual es cuando las familias llegan a los lugares de veraneo, y mientras los padres trasladan el equipaje a la vivienda, los niños se dedican a explorar los alrededores donde puede haber una piscina no protegida y ahogarse.

 

En niños mayores, los ahogamientos suelen suceder en pantanos, lagos, mar, ríos o canales, donde tienen lugar deportes y juegos relacionados con agua.

 

En el adolescente, el 25% de los casos de muertes por ahogamiento se asocia a consumo de alcohol o drogas.

 

En las playas, la falta e ignorancia de señalización o vigilancia aumentan también el riesgo.

 

¿Cuándo se debe aprender a nadar?

Las clases de natación y enseñar a sobrevivir en el agua pueden disminuir la tasa de ahogamiento en niños. Existen estudios que afirman que iniciar las clases entre los 1 y 4 años disminuye el número de ahogamientos. Sin embargo, la decisión debe ser individualizada.

 

Se debe tener en cuenta la frecuencia de exposición al agua, la madurez emocional, limitaciones físicas y otras cuestiones de salud como las infecciones.

 

¿Qué estrategias son efectivas para prevenir los ahogamientos?

La estrategia esencial es supervisión de los niños pequeños, entendiendo como tal que el menor esté a una distancia de una brazada del cuidador.

 

  • Presencia de un socorrista en lugares públicos. Pese a la presencia de uno de ellos, no dejar de vigilar a los niños y evitar situaciones que puedan distraer como hablar por teléfono.
  • Nunca dejar solo al niño o bajo la vigilancia de otro menor cuando esté en la bañera, piscina, spa o cerca de cualquier boca de riego.
  • Cerrar el perímetro completo de las piscinas. La valla debe ser suficientemente alta para evitar que el niño pueda trepar o saltarla y la distancia entre el borde inferior y el suelo debe ser inferior a 10 cm para impedir que los niños se cuelen por debajo. El mango de la puerta debe estar a 134 cm o más, para evitar que los más pequeños la puedan abrir.
  • Cualquier piscina particular o comunitaria debería estar equipada con dispositivos de seguridad: cierre de protección, alarmas en el interior para detectar movimientos, lona o estructura rígida que soporte el peso de un adulto para tapar la piscina en época de invierno o otoño.
  • Prohibir echarse de cabeza si la profundidad es inferior a 1,80 metros. Siempre es preferible que los niños se tiren a la piscina de pie.
  • Iniciar clases de piscina entre los 1 y los 4 años disminuye la tasa de ahogamiento. No son una garantía para prevenir los ahogamientos, pero sí una estrategia más.
  • Aconsejar a los padres que deben enseñar a sus hijos que nunca naden sin la supervisión de un adulto.
  • Los niños no deben llevar flotadores hinchables (como los manguitos), por el riesgo que supone si se desinflan. Son preferibles los chalecos salvavidas.
  • Utilizar dispositivos personales de flotación (chaleco salvavidas) cuando se navega en cualquier tipo de embarcación recreativa.
  • Entrenamiento en maniobras de reanimación, tanto en padres como en adolescentes y niños mayores.
  • Recomendar el vaciamiento de cualquier recipiente de agua después de su utilización, como por ejemplo los cubos de fregar.
  • Los adolescentes deben conocer el riesgo que supone el consumo de alcohol o drogas cuando se bañan o están cerca del agua.

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  08/07/2024 Última modificación:  08/07/2024
piscina · seguridad · verano · ahogamiento
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José Carlos Fernández
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