El hecho de que tu hijo tenga asma no debe interferir en su diversión. Pero, cuando se vaya de viaje, deberá estar preparado. Se deberá asegurar de que lleva todos sus medicamentos para el asma y de que sabe cómo debería actuar si tuviera algún problema respiratorio lejos de casa.
Cuando hagas las maletas, deberías incluir en su equipaje más cantidad de medicamentos de la necesaria. El niño debería tener sus medicamentos a mano en todo momento, independientemente del medio de trasporte en que viaje: siempre en su bolsa de mano. Es muy importante para que los pueda utilizar cuando los necesite.
Si tu hijo utiliza un medidor de flujo espiratorio máximo para comprobar cómo se encuentra, asegúrate de que también lo incluye en su equipaje. También debería llevar consigo una copia de su plan de acción contra el asma, donde se indica qué debe hacer cuando tenga problemas respiratorios.
Hospedarse lejos de casa
Aunque no siempre se puede controlar dónde va a dormir uno, es mejor intentar mantener las mismas normas ambientales habituales, como dormir en una habitación soleada y seca y que esté lejos de una piscina. Si los animales le desencadenan el asma, debería dormir en un lugar donde nunca haya entrado un animal. También debería ser un lugar donde no se pueda fumar.
Si tu hijo va a dormir en casa de unos amigos o parientes, asegúrate de que saben cuáles son los desencadenantes de su asma antes de su llegada para que puedan preparar y adecuar el entorno. En lo que se refiere al tabaco, nadie debería fumar a su alrededor. Debería salir al exterior para hacerlo.
Al aire libre
Si tu hijo va a pasar mucho tiempo al aire libre, deberá tener en cuenta sus desencadenantes, evitando andar mucho o hacer excursiones cuando la polución ambiental o los registros de polen sean elevados (en caso de ser alérgico) o cuando haga mucho frío.
Si va de acampada, debería sentarse lejos de la hoguera. Siempre que vaya a la naturaleza, debería llevar encima su medicamento de rescate.
Viajar sin los padres
Si tu hijo va a viajar solo, deberá asumir más responsabilidad en relación a su asma. Deberías informar a los adultos que lo acompañen sobre su asma, explicándoles qué medicamentos toma y cuándo necesita tomarlos.
También les podrías pedir que le recuerden cuándo se debe medicar o que le guarden la medicación en un lugar seguro.
Te conviene entregarles una copia del plan de acción contra el asma de tu hijo. Este plan contiene información sobre los desencadenantes del asma, instrucciones sobre cómo actuar y teléfonos de emergencia.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
En la mayor parte de las familias llega un momento en el que los más pequeños empiezan a pedir insistentemente una mascota, frecuentemente a partir de los cuatro años. Si tu hijo ya ha pronunciado la frase "¡Quiero un perro!", ha llegado la hora de analizar todo lo que supone introducir un animal de compañía en casa.
Los asmáticos bien controlados y aquellos que realizan las medidas preventivas de la crisis de asma de esfuerzo muy difícilmente sufrirán la crisis de asma de esfuerzo o bien esta será muy leve.
El asma es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, y el uso de un inhalador para el asma a menudo es un primer paso hacia la autonomía médica para un niño que lo padece.
Es frecuente confundir los síntomas de una infección respiratoria con los de una alergia respiratoria, por lo que hay que observar el inicio y la evolución de los mismos para diferenciarlas.
El asma es una de las enfermedades crónicas mas frecuentes en la infancia. Aproximadamente el 10% de los niños pueden tener asma en países como España, por lo que posiblemente tu hijo no sea el único niño de su clase que tenga este problema.