Artritis idiopática juvenil
La artritis idiopática juvenil es una enfermedad inflamatoria crónica de las articulaciones en niños y adolescentes. Los síntomas varían y pueden incluir dolor, rigidez e inflamación en diversas articulaciones. El diagnóstico requiere evaluación médica y análisis de sangre, y el tratamiento se adapta a cada paciente e incluye medicamentos antiinflamatorios y fisioterapia. La detección temprana y el seguimiento médico son clave para un manejo efectivo y una mejor calidad de vida.
¿Qué es?
La artritis idiopática juvenil engloba un conjunto de enfermedades con varios subtipos que producen una inflamación crónica de las articulaciones.
La palabra “idiopática” significa que se desconoce su causa exacta, aunque se cree que es una enfermedad autoinmune, es decir, que el sistema inmunológico del cuerpo (las defensas) atacan por error a las propias células y tejidos sanos.
Es una enfermedad relativamente poco frecuente o minoritaria, aunque es la forma más común de artritis en niños y adolescentes. Se cree que afecta a alrededor de 1 de cada 1.000 niños.
La mayoría de los casos se diagnostica en niños pequeños pero la artritis idiopática juvenil también puede afectar a adolescentes y a adultos jóvenes. Así, aunque el inicio de los síntomas se dé antes de los 16 años de edad, como enfermedad crónica que es, se padecerá toda la vida.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas de la artritis idiopática juvenil pueden variar ampliamente entre los diferentes pacientes y, sobre todo, entre los distintos subtipos de la enfermedad.
Esta enfermedad puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, aunque las articulaciones más comúnmente perjudicadas son las grandes articulaciones de las piernas, como las rodillas y los tobillos. También es común que se inflamen las articulaciones de las manos y los pies, así como las articulaciones de la mandíbula, la columna vertebral y el cuello. La afectación concreta de la enfermedad en cada paciente va a depender del subtipo de enfermedad que tenga.
La lesión de las articulaciones puede ser simétrica o asimétrica en función de si afecta o no a las mismas articulaciones en cada lado del cuerpo.
Los síntomas que se presentan en las articulaciones pueden ser:
- Dolor. El dolor puede manifestarse de manera constante o intermitente y ser más intenso por la mañana o después de períodos de inactividad. El dolor puede afectar a una o a varias articulaciones, pudiendo limitar el movimiento.
- Rigidez. Habitualmente, la rigidez es más intensa por la mañana o después de períodos de inactividad. Puede afectar a una o a varias articulaciones y durar varias horas.
- Inflamación. La inflamación puede provocar enrojecimiento, hinchazón y calor en la zona afectada. Esto ocurre especialmente en las articulaciones de las manos, pies, rodillas o tobillos.
- Fatiga. La fatiga es el resultado del dolor, la inflamación y el estrés emocional.
- Problemas de crecimiento. En algunos casos, en las formas más graves no tratadas o que necesitan dosis altas de corticoides, esta enfermedad puede afectar al desarrollo del niño, observándose un retraso en el crecimiento o presencia de deformidades óseas. Actualmente, esta situación es excepcional y casi no se ven estos casos.
Además de la afectación en las articulaciones y según el subtipo del que se trate, la artritis idiopática juvenil puede causar pérdida de apetito, fiebre (se da en un 5 al 10% de los casos con artritis idiopática juvenil sistémica) o, en algunos casos, también afecta a otros órganos, como la piel, el corazón, los pulmones o los ojos. En el caso de los ojos, la inflamación (uveítis), se puede observar hasta en el 20% de los niños (sobre todo en los subtipos de artritis idiopática juvenil oligoarticular y poliarticular), factor reumatoide negativo y entesitia relacionada con la artritis (es decir, inflamación de la entesis, la zona de inserción de un tendón, músculo o ligamento en un hueso, o zona de transición entre estas partes).
¿Cómo se diagnostica?
No existen unos síntomas totalmente característicos ni una prueba específica que pueda confirmar de manera definitiva la presencia de esta enfermedad, por lo que se necesita una evaluación cuidadosa por parte de un especialista experimentado en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
En general, el diagnóstico de la artritis idiopática juvenil suele ser complicado, puede llevar tiempo y necesitar varias visitas al médico. Es importante recibir un diagnóstico preciso y temprano para obtener un tratamiento adecuado y prevenir complicaciones a largo plazo.
El diagnóstico se basa en una combinación de la historia clínica, el examen físico y los resultados de los análisis de sangre. En algunos casos, se pueden realizar también estudios radiológicos.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento de la artritis idiopática juvenil tiene como objetivo reducir la inflamación, aliviar el dolor y la rigidez, y prevenir la deformidad articular y otros problemas a largo plazo.
Este tratamiento debe ser recetado por un especialista en reumatología pediátrica y ha de ser individualizado; es decir, que depende de cada paciente, del tipo de artritis idiopática juvenil que tenga o de la gravedad de los síntomas.
Los tratamientos más comunes incluyen medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (como el ibuprofeno) o medicamentos que regulan la respuesta inmunitaria (como los derivados de la cortisona). En la mayor parte de los casos, los corticoides se dan de manera intraarticular y, solo en los casos más graves, se dan de forma oral o endovenosa.
También existen otros medicamentos “modificadores de la enfermedad”, como los fármacos biológicos (entre ellos, los anti-TNF) o el metrotexato (que se da hasta en un 70% de los casos). Estos medicamentos son útiles, no sólo para controlar la inflamación, sino también para frenar la progresión de la enfermedad.
La fisioterapia o la terapia ocupacional pueden ser igualmente necesarias.
¿Qué otras cosas hay que tener en cuenta?
En realidad, la artritis idiopática juvenil la forman un grupo de enfermedades inflamatorias crónicas que afectan a las articulaciones y que se diagnostican en personas menores de 16 años. Dentro de este grupo, hay varios subtipos, que se clasifican según los síntomas, la edad del paciente y los resultados de las pruebas de laboratorio. Cada uno de estos subtipos tiene características y tratamientos concretos.
El pronóstico de la enfermedad puede variar ampliamente de un niño a otro y, en gran medida, depende del subtipo que tenga. Algunos pacientes pueden presentar una remisión (disminución) de la enfermedad, mientras que otros pueden tener una evolución crónica y progresiva.
Es importante destacar que la detección temprana y el tratamiento adecuado pueden ayudar a prevenir complicaciones graves y a mejorar el pronóstico a largo plazo. La atención médica y el seguimiento continuo con un reumatólogo pediátrico son esenciales para asegurar un manejo efectivo de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
Por ello, si un niño es diagnosticado de artritis idiopática juvenil, es importante que siga las recomendaciones de los profesionales que lo atienden y mantenga un estilo de vida saludable. Esto puede incluir hacer ejercicio regularmente, mantener una dieta saludable, descansar lo suficiente y evitar situaciones de estrés.