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Atresia intestinal

Recien nacido con atresia intestinal

La atresia intestinal es una malformación que bloquea el intestino. La mayoría de los pacientes tiene un buen pronóstico, aunque en algunos casos pueden surgir complicaciones manejables. Mantener un seguimiento médico es crucial para evaluar el progreso y abordar cualquier problema.

¿Qué es una atresia?

La atresia es la falta de perforación o la presencia de una oclusión en un orificio o conducto normal del cuerpo, lo que puede afectar al funcionamiento de los órganos. Esto puede suceder en diferentes partes del cuerpo, por ejemplo, en el sistema digestivo, en el sistema respiratorio o en el sistema reproductivo.

La atresia es un problema congénito, lo que significa que está presente en el momento del nacimiento. Durante el desarrollo fetal, algunas partes del cuerpo pueden formarse mal debido a alteraciones en la cantidad de sangre que llega a una determinada zona.  

¿Qué es la atresia intestinal?

La atresia intestinal es una malformación congénita del tubo digestivo en la que se produce una obstrucción completa del espacio interior del intestino que puede afectar a cualquier segmento del tubo digestivo: desde el duodeno hasta el recto.

Atresia intestinal

Aunque es una de las malformaciones digestivas más frecuentes, solo se produce en 2 o 3 casos por cada 10.000 recién nacidos.

No se conoce su causa exacta, pero se han identificado algunos factores de riesgo y posibles trastornos de origen genético, circulatorio o relacionados con medicamentos tomados durante el embarazo o asociados a otras enfermedades que pueda sufrir el recién nacido.

¿Cuáles son sus síntomas?

En muchos casos, la atresia se puede sospechar en las ecografías que se realizan durante el embarazo al observar una dilatación progresiva del intestino. Mediante la ecografía también se podrá descartar la presencia de otras malformaciones o enfermedades asociadas. 

El bebé con atresia intestinal no puede tragar el líquido amniótico (líquido que rodea al bebé en el útero durante el embarazo) y en algunas ocasiones puede acumularse en la bolsa amniótica dando lugar a polihidramnios (aumento excesivo de líquido amniótico) que se irá controlando a lo largo del embarazo.

Los síntomas de la atresia intestinal se presentan los primeros días de vida y pueden ser: distensión abdominal (abdomen hinchado), vómitos verdosos o incapacidad para tener deposiciones (defecar). Son síntomas evidentes y que alertan a los padres, aunque a veces, en atresias más leves, los síntomas son menos claros y tardan más tiempo en ser detectados.

La gravedad e intensidad de los síntomas dependerá del tipo y la localización específica de la atresia intestinal.

¿Cómo se diagnostica?

Ante la sospecha por estudio prenatal o por los síntomas que ya hemos mencionado, para confirmar el diagnóstico de la atresia intestinal realizaremos pruebas médicas, como radiografías simples y con contraste y ecografías.

Estas pruebas ayudan a comprobar la obstrucción del intestino y a determinar su localización a lo largo del tubo digestivo (duodeno, yeyuno, íleon o colon) y gravedad (si el intestino se dilata progresivamente puede perforarse).

¿Cuál es su tratamiento?

El tratamiento de la atresia intestinal es quirúrgico. El procedimiento consiste en explorar el abdomen mediante una incisión (laparotomía) o a través de una cámara en el ombligo (laparoscopia) para localizar el segmento atrésico. La parte anterior a la zona malformada se ha ido dilatando y precisará extirpación o remodelaje.

Finalmente, se unen las secciones intestinales mediante suturas (anastomosis). Hay que comprobar la permeabilidad de todo el tubo digestivo porque en algunas ocasiones puede haber más de una atresia y habrá que repararlas todas. La cirugía es compleja y debe ser realizada por un cirujano experto. 

Después de ser operado, habitualmente el paciente va a necesitar un período de recuperación prolongado.

¿Qué otras cosas hay que tener en cuenta?

Después de la cirugía, se requerirá tiempo, probablemente largo, para recibir cuidados especializados y garantizar una recuperación adecuada. Un intestino con atresia puede tardar un tiempo en ponerse en funcionamiento por lo que, al principio, llevará una sonda para recoger el jugo gástrico y luego la alimentación ha de ser lenta y progresiva.

Durante este tiempo necesitará nutrición por vena (nutrición parenteral) que se pone por unos dispositivos especiales que son catéteres centrales. En algunos casos, pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas adicionales para liberar adherencias que pueden formarse o si hay problemas con las suturas.

Por ello, es importante mantener una comunicación abierta con el equipo de profesionales y realizar un seguimiento regular para evaluar el progreso y abordar cualquier complicación. En general, el pronóstico de los pacientes con atresia intestinal suele ser excelente. La mayoría de los pacientes podrán llevar una vida completamente normal. 

Sin embargo, en algunos casos, pueden presentarse complicaciones o secuelas que normalmente son manejables. Por todo ello, los casos de mal pronóstico o de mal desenlace son excepcionales.

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  27/10/2023 Última modificación:  31/10/2024
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