Ectasia piélica
La ectasia piélica en pediatría se refiere a la dilatación de la pelvis renal en el riñón. Puede ser causada por obstrucciones, reflujo vesicoureteral u otras anomalías. La mayoría de las veces, se detecta en ecografías prenatales y a menudo es asintomática. El diagnóstico se realiza con ecografía, y el tratamiento varía según la gravedad y la recomendación del médico, aunque a menudo es conservador. En general, la ectasia piélica tiene un buen pronóstico y no suele afectar la calidad de vida del niño con el seguimiento adecuado.
¿Qué es una ectasia?
En medicina, el término "ectasia" se refiere a la dilatación o ensanchamiento anormal de una estructura o un conducto en el cuerpo. Generalmente, este término se utiliza para describir la dilatación anormal de órganos o vasos sanguíneos que normalmente tienen un tamaño más pequeño.
¿Qué es la ectasia piélica?
La ectasia piélica es la dilatación de una zona del riñón llamada “pelvis renal”. La pelvis renal tiene forma de embudo y su función es recoger la orina formada en el riñón y enviarla al uréter, el conducto que lleva la orina hasta la vejiga.
La ectasia piélica en pediatría tiene diversas causas y su aparición puede estar relacionada con diferentes mecanismos como, por ejemplo:
- Obstrucción parcial o completa del flujo de orina desde los riñones hasta la vejiga. Es la causa más frecuente y se produce por malformaciones congénitas (de nacimiento) que dificultan el paso de la orina provocando un aumento de la presión en el riñón, lo que lleva a la dilatación de la pelvis.
- Reflujo vesicoureteral, que es una situación en la cual la orina fluye en dirección contraria desde la vejiga hacia los uréteres y, en ocasiones, hacia los riñones.
- Otras anomalías congénitas de la estructura de los riñones o del sistema urinario.
Se cree que la ectasia se encuentra en alrededor del 5% de los fetos durante las ecografías prenatales.
¿Cuáles son sus síntomas?
En la mayoría de los casos, la ectasia piélica se descubre durante una ecografía prenatal de rutina, habitualmente en la del segundo trimestre. Cuando no se descubre de esta forma, la ectasia puede evolucionar de manera asintomática y se puede descubrir casualmente en cualquier momento de la vida.
Es poco habitual, pero posible, que la ectasia se manifieste con síntomas como, por ejemplo: infecciones de orina, dolor abdominal, problemas o presencia de sangre al orinar o hipertensión arterial.
¿Cómo se diagnostica?
Para el diagnóstico de la ectasia piélica es suficiente con una ecografía.
En algunos casos, se podrán hacer otras exploraciones para determinar mejor la causa.
¿Cuál es su tratamiento?
En muchos casos, las ectasias piélicas leves y aisladas, que son las más habituales, no necesitan un tratamiento concreto. Se pueden solucionar de forma espontánea con el tiempo, posiblemente a lo largo de los primeros años de vida. Por esa razón, se aconseja seguir una estrategia conservadora: esperar y realizar controles periódicos.
En todo caso, el tratamiento de la ectasia piélica debe ser personalizado y la actuación dependerá de la gravedad o complicaciones del caso y de las recomendaciones del pediatra o especialista.
¿Qué otras cosas hay que tener en cuenta?
La ectasia piélica es una enfermedad que, en general, tiene muy buen pronóstico. Si se realizan seguimientos apropiados con profesionales y equipos expertos, la evolución suele ser positiva y sin impacto en la calidad de vida del niño.
Este mismo seguimiento facilitará que los casos más graves pueden ser manejados con éxito.
