Enfermedad de Lyme
Entre las enfermedades que pueden trasmitir las garrapatas se encuentran la enfermedad de Lyme, sin duda la más preocupante, pero también Tibola o Debonel y la fiebre botonosa mediterránea entre otras.
¿Qué es la enfermedad de Lyme?
La enfermedad de Lyme es una infección trasmitida por algunas garrapatas. En los últimos años el cambio climático ha contribuido a su expansión, encontrándose en zonas que tradicionalmente no eran su hábitat. Aprende cómo protegerte de las garrapatas y eliminarlas.
Es una enfermedad causada por diferentes variantes de una bacteria, la Borrelia burgdorferi, que en nuestro medio se adquiere mediante la picadura de la garrapata Ixodes ricinus. La Borrelia burgdorferi (BB), se encuentra inactiva en el intestino de la garrapata, activándose tras exposición mantenida (mínimo 36 horas) con sangre del huésped y pudiendo ser transmitida a través de la picadura.
El riesgo de contraer la enfermedad de Lyme es bajo (entre el 1 y 3%) y sólo es posible si la garrapata portadora se ha adherido a la piel. Este riesgo se incrementa significativamente a partir de las 72 horas.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los pacientes pediátricos que resultan infectados, pueden presentar a los pocos días y como máximo a las 3 semanas una pápula rojiza (sobre-elevación de la piel en el punto de la picada), que se expande por los bordes y se aclara por el centro. Esta lesión recibe el nombre de eritema migrans es la forma clínica más frecuente y característica de la fase precoz de la enfermedad de Lyme.
El eritema migrans tiene un tamaño mínimo de 5 cm que lo diferencia de otras lesiones por picaduras y puede acompañarse de otros síntomas como febrícula, astenia o artralgias.
El eritema desaparece espontáneamente en semanas o meses, aunque el paciente no reciba tratamiento. Algunos pacientes es posible que tras la picadura de una garrapata infectada no se desarrollen el eritema o que éste pase desapercibido.
Tras esta fase precoz, si no se ha realizado el tratamiento correcto la infección puede diseminarse y el paciente puede presentar:
-
Manifestaciones neurológicas, como la meningorradiculitis linfocitaria (en niños es más frecuente la parálisis facial).
-
Contracturas musculares dolorosas (por afectación radicular de las extremidades).
-
Afectación cardiaca (bloqueo A-V), generalmente asintomática.
-
Afectación de las articulaciones, con menor frecuencia.
-
En España, al igual que en otras zonas de Europa, son poco frecuentes las manifestaciones tardías de la enfermedad tipo encefalomielitis, síndromes esclerosis múltiple-like, demencia, artritis crónica recidivante o acrodermatitis crónica atrófica.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la enfermedad de Lyme requiere del antecedente epidemiológico de exposición a garrapatas en una zona endémica, acompañado del desarrollo de las manifestaciones clínicas típicas de la enfermedad y la constatación de infección por B. burgdorferi mediante pruebas microbiológicas validadas. El antecedente de eritema migrans es altamente sugestivo de la enfermedad, aun cuando la detección de anticuerpos resulte negativa (fase precoz).
Por otro lado, no está indicado realizar pruebas microbiológicas a los pacientes con astenia, artralgias, insomnio u otras manifestaciones, si no presentan antecedentes epidemiológicos, ni previamente clínica sugestiva de enfermedad.
¿Cuál es su tratamiento?
Los pacientes con diagnóstico positivo deben recibir antibióticos según las pautas establecidas. En pacientes pediátricos el tratamiento se realiza con amoxicilina, cefuroxima y aquellos mayores de 9 años con doxiciclina, durante 10 o 14 días según el antibiótico utilizado.
¿Qué otras cosas hay que tener en cuenta?
Entre las enfermedades que pueden trasmitir las garrapatas se encuentran la enfermedad de Lyme, sin duda la más preocupante, pero también Tibola o Debonel y la fiebre botonosa mediterránea entre otras.
-
Tíbola o Debonel: es una enfermedad emergente causada por la garrapata Rickettsia slovaca. La picadura se localiza en el cuero cabelludo en la gran mayoría de casos y, tras un periodo de 1 a 15 días, aparece en el lugar de la picadura una escara (úlceras) y puede estar rodeada por un eritema. Aparecen adenopatías regionales dolorosas y los pacientes pueden presentar fiebre o febrícula.
-
Fiebre botonosa mediterránea: El patógeno responsable es también una rickettsia, en nuestro medio habitualmente R. Connorii. Característicamente, el paciente presenta fiebre con cefalea, artralgias, mialgias, fotofobia, conjuntivitis. A los 3 o 5 días del comienzo de la fiebre suele iniciarse una erupción cutánea fundamentalmente en extremidades, palmas y plantas. Los pacientes deben ser explorados para buscar una “mancha negra” que corresponde al punto de picadura de la garrapata.