Ictericia del recién nacido
Se llama ictericia a la coloración amarillenta de la piel y las mucosas que se produce por el depósito de bilirrubina. Conoce los síntomas y cuándo buscar atención médica.
¿Cómo se detecta?
Se detecta cuando hay un aumento en la sangre de bilirrubina por encima del valor normal (> 5mg/dl). La bilirrubina es una sustancia que se produce por la destrucción de los glóbulos rojos y se encuentra en condiciones normales en nuestra sangre, pero en concentraciones bajas. Tiene acción antioxidante, pero en altas concentraciones puede causar toxicidad y daño a nivel neurológico. La bilirrubina se elimina principalmente gracias a la acción del hígado, excretándose en las heces y, en menor cantidad, a través de la orina. Hay una serie de situaciones en que su concentración puede aumentar por encima de los límites de la normalidad, dando lugar a la ictericia.
Ictericia neonatal fisiológica
Debido a un mayor número de glóbulos rojos y a la inmadurez del hígado, en los recién nacidos se produce, de forma natural o fisiológica, una elevación transitoria de los niveles de bilirrubina durante los primeros días de vida, lo que se conoce como ictericia fisiológica. Afecta a más del 50% de los recién nacidos, y es más frecuente en prematuros.
Suele manifestarse con la coloración amarillenta de la piel, de forma más evidente en la cara, los ojos y el tronco del recién nacido, sin otros síntomas asociados. Aparece a partir del segundo o tercer día de vida y desaparece progresivamente en 7-10 días (2 semanas en prematuros).
Generalmente en la ictericia fisiológica la elevación de los niveles de bilirrubina suele ser leve o moderada y no precisa ningún tratamiento. En estos casos, se recomienda mantener al bebé bien hidratado, y exponerle de forma indirecta a la luz solar (nunca al sol directamente), con control por su pediatra de atención primaria.
En una minoría de casos la elevación de la bilirrubina es mayor y precisa tratamiento para evitar el daño neurológico que pudiera producir. El tratamiento se basa en la fototerapia, aplicando una luz azul que favorece la degradación de la bilirrubina depositada en la piel. Para ello se coloca al recién nacido desnudo en la cuna, bajo una lámpara o sobre un colchón de luz azul. Se le coloca protección ocular con unos parches para evitar que la luz produzca daño en la retina. La fototerapia ha de realizarse durante el mayor tiempo posible a lo largo del día y puede mantenerse mientras la madre da el pecho.
La ictericia fisiológica, salvo en casos extremos excepcionales, no deja secuelas y no se relaciona con enfermedades del hígado ni de otro tipo.
Ictericia por lactancia materna
La ictericia por lactancia materna es un tipo de ictericia neonatal fisiológica. Se inicia a partir del tercer – quinto día de vida en recién nacidos alimentados exclusivamente con leche materna, pero se prolonga más lo habitual, incluso más de 3-4 semanas. Como es fisiológica, tampoco va asociada a ningún otro síntoma o enfermedad subyacente.
Este tipo de ictericia es debido a que la leche materna tiene una sustancia que interactúa en el metabolismo de la bilirrubina, disminuyendo su eliminación (o ralentizándola) a través de la acción del hígado.
En estos casos hay que asegurar siempre una buena hidratación, confirmando una correcta ganancia de peso del recién nacido, y haciendo seguimiento por el pediatra de atención primaria, con controles seriados de bilirrubina. Habitualmente tampoco requiere tratamiento, y en ningún caso se recomienda interrumpir la lactancia materna, ya que ésta no causa ningún daño al bebé, simplemente hace que la ictericia tarde más en resolverse.
Ictericia neonatal patológica
En una pequeña proporción de los recién nacidos, la ictericia puede ser la manifestación de alguna enfermedad, lo que se conoce como ictericia patológica.
Ésta aparece ya el primer día de vida, se asocia con niveles mayores de bilirrubina o dura más de dos semanas (habiendo excluido la ictericia por lactancia materna). También se suele acompañar de otros síntomas. Las causas más frecuentes de ictericia patológica son la incompatibilidad de grupo sanguíneo del recién nacido y la madre (isoinmunización AB0 o Rh), una elevada concentración de glóbulos rojos en sangre (poliglobulia), las infecciones, la hemólisis (destrucción masiva de glóbulos rojos) de otras causas y enfermedades del hígado.
En estos casos, la ictericia habitualmente se detectará en el hospital, antes del alta tras el nacimiento, por lo que será necesario continuar el ingreso y, además del tratamiento de su causa y de la fototerapia, pueden ser necesarios otros, como la exanguinotransfusión, para evitar el daño neurológico si los niveles de bilirrubina son muy elevados.
Es habitual que los pediatras, simplemente con la exploración del recién nacido, nos hagamos una idea de si la ictericia se asocia a niveles mayores o menores de bilirrubina. La ictericia avanza en sentido cráneo-caudal, es decir de la cabeza a los pies. Por ello, si solo afecta a la cabeza o a la parte superior del tronco, probablemente se trate de unos niveles de bilirrubina que no sean preocupantes. Sin embargo, siempre deberemos determinar el valor exacto de la bilirrubina.
Actualmente existen dispositivos (bilirrubinómetros transcutáneos) que, en casos de ictericia leve y moderada, permiten estimar con fiabilidad y de forma rápida e indolora, a través de un flash de luz blanca en la piel, los niveles de bilirrubina en sangre de un recién nacido, sin necesidad de realizar una analítica de sangre. Este método sólo es fiable en casos de niveles de bilirrubina inferiores a 15 mg/dl y de recién nacidos que no estén recibiendo fototerapia, por lo que en el resto de los casos siempre realizaremos la determinación de bilirrubina en sangre mediante una analítica.
Habitualmente, si el alta es precoz (24 horas tras el nacimiento), se citará al recién nacido en 24-48 horas con un pediatra o enfermera pediátrica para control de peso y de los niveles de bilirrubina. Ante la aparición en el recién nacido de cualquiera de los siguientes signos de alarma se recomienda valoración por un pediatra:
- Progresión del color amarillo, haciéndose más oscuro o con extensión hasta las piernas.
- Fiebre.
- Dificultad para la alimentación.
- Más sueño del habitual, letargia, con dificultad para despertar.
- Irritabilidad que llama la atención, de difícil consuelo.