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Hermanos con móvil

Criterios a tener en cuenta antes de decidir comprar un teléfono móvil a nuestro hijo

Hermanos con móvil

¿Cuáles son las claves para obtener una educación digital saludable que garantice un uso maduro y responsable de las pantallas, donde se disfruten los beneficios de la tecnología y se minimicen los riesgos asociados? Dicho de otro modo, ¿cómo debo hacerlo con las pantallas y mis hijos/as? 

 

Dar respuesta a esta pregunta no es fácil, no porque se desconozca la respuesta, sino por la dificultad de sintetizar las ideas y hacer propuestas prácticas. Pero lo que está claro es la necesidad de un entorno que acompañe, referentes, adultos que ayuden a gestionar el proceso de incorporación de la tecnología y las dificultades que vayan surgiendo. 

 

El acceso a las TIC debe ser progresivo, guiado y supervisado respetando las edades recomendadas de uso y teniendo en cuenta la madurez del menor y las necesidades de cada caso (Comunicado de los profesionales de la psicología clínica especializados en adicciones comportamentales sobre el uso de pantallas, 2023). 

 

En este artículo intentaremos desglosar esta frase en puntos que nos sirvan para orientarnos sobre qué pautas seguir para introducir las pantallas y saber cuándo y de qué forma deben tener acceso a un móvil.

 

El acceso a las TIC debe ser progresivo

Para favorecer la adquisición de habilidades y comprensión del mundo digital y reducir los riesgos potenciales asociados a su uso, la introducción de las pantallas debe ser progresiva. Esto significa que el recorrido para llegar a comprar un móvil debe empezar mucho antes y requiere de pasos previos, la adquisición de estos pasos nos dará pistas de lo preparado que está nuestro hijo/a para ser más autónomo en el manejo de la tecnología. 

 

Repasamos a grandes rasgos cómo debería ser este recorrido:

 

  • Entre 0 - 3 años: en esta franja de edad se recomienda no exponer a los niños a las pantallas. Sin embargo, esto no significa que no se pueda iniciar la educación digital y la prevención de riesgos digitales. Desde el nacimiento podemos trabajar una serie de valores y capacidades que protegerán y darán herramientas a nuestros menores también en el entorno digital. Nos referimos a iniciar en hábitos saludables (especialmente ocio saludable), empezar a dar estrategias para relacionarse, gestión emocional (reconocer, nombrar y transitar emociones), hacer valer sus necesidades, límites y deseos con los demás. Además, se ha evidenciado que el uso que hacen del móvil los cuidadores tiene un efecto directo en los menores, por tanto, se recomienda observar y limitar el uso propio de pantallas.

 

  • Entre 4 - 6 años: en estas edades las pantallas no aportan beneficios y deben potenciarse las actividades que son vitales para el desarrollo de los menores, como la interacción con la familia, el juego libre y simbólico y el movimiento psicomotor. Por tanto, la exposición a pantallas si se da debe ser muy limitada en el tiempo (menos de media hora al día) y acompañada del adulto.

 

  • Entre 7 - 12 años: aunque en esta franja de edad se deben seguir preservando y potenciando las actividades libres de pantallas que son vitales para su desarrollo de los menores, se considera una edad apropiada para empezar a introducir pantallas dado que los niños se encuentran receptivos para interactuar con el adulto y dejarse guiar en la comprensión del mundo digital. Además, el cerebro de los niños de esta edad comienza a tener capacidad de abstracción más clara y son más capaces de sacar beneficios del uso de la tecnología en sus aprendizajes. Por ejemplo, pueden utilizar las pantallas de manera guiada y acompañada para buscar más información sobre un tema de interés, organizar una salida en familia, seguir una receta... Esto no significa que sea momento de que tengan su propio dispositivo, antes de llegar a tener un móvil es preferible empezar a hacer uso de los terminales de los adultos. Algunas recomendaciones para esta edad serían:
    • Mantener los 30 min/día máximo de pantalla. Entienden esta pauta con flexibilidad. Quizás nos interesa más no utilizar pantallas entre semana y ver una película juntos el fin de semana, por ejemplo. 

    • Evitar la multipantalla (utilizar más de una pantalla a la vez) y la multitarea (utilizar pantallas cuando estamos haciendo otra actividad o tener la televisión de fondo, por ejemplo).

    • Usarla en espacios comunes (comedor, sala de estar).

    • Respetar espacios del día libres de pantallas (en las comidas, al levantarse o acostarse).

    • Concretar momentos y actividades conjuntas libres de pantallas (por ejemplo, ir de excursión un sábado, jugar a algún juego de mesa un viernes por la noche...).

    • Evitar el uso de la pantalla como regulador emocional (no utilizarla en salas de espera, restaurantes, no darla cuando están nerviosos/enfadados o para evitar conflictos...).

 

  • Mayores de 12 años: además de continuar con las pautas anteriores, cuando el niño comienza a quedarse solo o tiene espacios de autonomía fuera de casa, y según las necesidades, puede ser el momento de incorporar un móvil. Esta incorporación debe mantener la idea de recorrido, yendo de menor autonomía y prestaciones a más. La edad puede ser un dato a tener en cuenta, pero no el único, por lo que para ir “subiendo escalones” en este recorrido la experiencia en cada etapa debe ser positiva y se debe poder ir superando. Puede ser que con algún niño alguna etapa concreta deba alargarse más por las dificultades de autorregulación de este o por alguna característica o situación concreta. Por eso es importante que como adultos vayamos revisando y valorando los progresos, recordad que no todo el mundo necesita lo mismo ni de la misma manera. A continuación, se exponen algunas recomendaciones sobre cómo se puede ordenar este recorrido y qué características podría tener cada etapa:
    • Primera etapa: empezar por un terminal de uso compartido que se utilice en momentos concretos y con el permiso del adulto.

      • Es preferible que en esta etapa el móvil tenga un contrato solo de servicio de voz, de modo que la conexión a internet se pueda realizar solo cuando haya conexión wifi.

      • Mantener limitaciones horarias de pantallas (30 min - 1 hora/día).

      • Es momento de volver a revisar el uso de pantallas de toda la familia e incorporar un pacto o contrato de uso de móvil con nuestro hijo/a. 

      • Explicar para qué se quiere utilizar el móvil en cada ocasión.

      • Las APP que tenga este móvil también deben ser de uso compartido o con el perfil de usuario de los progenitores.

    • Segunda etapa: terminal de uso personal. Primera ocasión en que el menor siente que el terminal es su responsabilidad.
      • Mantener el contrato de servicio de voz.

      • Mantener limitaciones horarias con un aumento respecto a la etapa anterior (1 hora /día, flexibilizar el fin de semana).

      • Aumentar la autonomía, dejando pequeños espacios de uso en espacio no compartido, informando de cuál será su uso. 

      • Trabajar los aspectos de cuidado del aparato (evitar pérdidas, robos, estropearlo, cargarlo adecuadamente, hacer un buen uso...), por eso se recomienda utilizar un aparato reacondicionado o sencillo, podemos utilizar un móvil que no sea un smartphone.

    • Tercera etapa: terminal de uso personal con datos contratados.

      • En esta etapa el objetivo es aprender a manejar el uso de los datos, a racionarlos y saber qué están consumiendo.

      • Aumentar el tiempo, manteniendo limitaciones horarias, pactando los tiempos con el adolescente.     

      • No dormir con el móvil.

      • En esta etapa podemos añadir un terminal nuevo o de mejor calidad.

    • Cuarta etapa: terminal de uso personal con datos ilimitados.

      • Aunque se mantienen algunas limitaciones horarias y de espacios de uso, es momento de poner a prueba la autonomía y autorregulación del joven.

    • Quinta etapa: Una vez alcanzadas las etapas anteriores, quizá coincidiendo con la mayoría de edad, una opción interesante es realizar un cambio de titular de la línea, que representa una oportunidad para transmitir con claridad las implicaciones de la responsabilidad que ello conlleva. Además, conviene que el nuevo titular reciba la factura en su correo electrónico para que tome conciencia de la carga económica que supone y pueda realizar un seguimiento de los consumos, así como decidir si el servicio necesita algún ajuste de tarifa, etc. (Guía para familias crueles y malvadas, Somos conexión).

 

El acceso a las TIC debe ser guiado y supervisado

Según la Encuesta FRESC (Factores de Riesgo en Estudiantes de Secundaria 2021) tres de cada cuatro adolescentes declara no tener ningún límite de tiempo en el uso del móvil en casa, sin diferencias por género, nivel socioeconómico ni por país de nacimiento de los y las adolescentes. Algo alarmante cuando sabemos que la supervisión y acompañamiento son imprescindibles para la educación digital saludable. 

 

Algunas pautas en este sentido son:

 

  • Modelar: significa mostrar coherencia entre lo que hacemos y lo que decimos. Educar a través de nuestros eventos es más útil que a través de nuestras palabras. Por tanto, vale la pena revisar qué uso hacemos de las pantallas y qué entendemos nosotros por una digitalización saludable.

  • Limitar: acotar tiempo de uso, espacios de uso, aplicaciones o usos… ayuda a minimizar riesgos y se hace necesario muchas veces aunque nuestros hijos e hijas sean adolescentes. Los límites ayudan a transmitir lo que como familia consideramos aceptable, son una forma de transmitir “las reglas del juego” y éstas son necesarias para jugar. Dan cierta seguridad y ayudan a hacer entender al menor lo que se espera de él. 

  • Supervisar también significa estar atento a los cambios de la propia criatura que nos pueden preocupar, lo que llamamos señales de alarma. Cambios importantes en las rutinas (alimentación, sueño, amistades), más aislamiento y menos comunicación familiar, bajón en el rendimiento académico, cambios de humor significativos especialmente irritabilidad elevada, pérdida de interés por las actividades que se realizaban...

  • Gestionar progresivamente la intimidad: la autonomía sobre los sitios donde utilizan la pantalla y sobre la privacidad del contenido y las APP también debe ser progresiva y supervisada. Evidentemente, con el conocimiento del niño/a. 

  • Disponer de un sistema que aporte información accesible sobre el uso del móvil, puede facilitar ciertas tareas, aunque no se recomienda que sea la única vía de supervisión del proceso.

 

Edades recomendadas, madurez y necesidades

Con este artículo esperamos que se entienda la necesidad de reflexión que requiere la capacitación digital, todos los factores que incluye y que por eso no tenemos una “receta” exacta sobre cómo y cuándo es el mejor momento de comprar el móvil. 

 

Sin embargo, a continuación, exponemos algunos recordatorios a tener en cuenta:

 

  • Las líneas telefónicas, las APP, los videojuegos, incluso las películas, tienen recomendaciones de edad o mínimo de edad legal de uso. Es importante conocer estas recomendaciones de uso y seguir disminuyendo los riesgos asociados. 

  • Analizar la necesidad: muchos son los factores que pueden influir en esa necesidad. La estructura y funcionamiento familiar, el lugar de residencia y estudio, características de salud, analicemos qué necesidad quiere cubrir este móvil y también si existen otras formas de cubrirla.

  • Por último, recordar que el recorrido puede ser más rápido o menos, puede conllevar algún paso atrás, o incluso algún paso más de lo que hemos descrito aquí... todo dependerá también de la madurez de nuestro hijo/a. Debemos procurar que así lo entienda, cada uno tiene su ritmo y éste debe ser respetado.

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  24/05/2024 Última modificación:  24/05/2024
móvil · nuevas tecnologías
Elena Flores Marquéz
Elena Flores Marquéz
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Psicóloga clínica. Unidad de Conductas Adictivas del Adolescente. Área de Salud Mental

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