En el caso de los niños los efectos negativos del confinamiento pueden ser superiores debido a una serie de elementos como pueden ser:
Los niños están en proceso de desarrollo y dependen en mayor grado del entorno para regular sus emociones y sus conductas. Cuando este entorno cambia, como es en el caso del confinamiento, se podrá detectar con mayor probabilidad dificultades en la regulación emocional y conductual.
La necesidad de hábitos y rutinas: las rutinas y los hábitos ayudan a los niños a regularse, siendo especialmente sensibles a los cambios en los mismos. Por tanto, el confinamiento, el cual conlleva un cambio significativo en las rutinas y los hábitos, tendrá, con una elevada probabilidad, un impacto superior en los niños.
La necesidad de actividad motriz al aire libre: el movimiento es imprescindible para el desarrollo de los niños y les ayuda a regular sus emociones. La situación de confinamiento, sobre todo en entornos urbanos, limitará de forma significativa la posibilidad de los niños de moverse en espacios abiertos.
La necesidad de interactuar con iguales: la relación con otros niños es un elemento central en el día a día de estos, y este aspecto puede quedar claramente limitado durante el confinamiento.
La necesidad de situaciones de estabilidad y certeza. Para el desarrollo saludable de los niños es importante limitar las situaciones de inestabilidad y de incertidumbre, ya que les genera intranquilidad y desconfianza. La situación de confinamiento tiene estos componentes de incertidumbre que pueden provocar malestar en los niños.
¿Qué dificultades puede generar el confinamiento?
En este contexto pueden aparecer con facilidad quejas de aburrimiento, aumento de las dificultades para regular las emociones, episodios de enfado (aumento de la irritabilidad), labilidad emocional (con tendencia al llanto), conducta hipermotriz, dificultades para seguir indicaciones y conductas de oposición, aumento de los miedos y dificultades en la alimentación y el sueño.
Cómo afecta el confinamiento en niños de 0 a 3 años
A esta edad los niños son especialmente sensibles a los cambios en los horarios de sus necesidades básicas asociadas a sus ritmos biológicos (sobre todo sueño y alimentación). Por lo que, en la situación de confinamiento, será importante, en la medida de lo posible, mantener sus horarios.
En cuanto a las actividades, en esta franja de edad los juegos sensoriales serán un recurso importante durante los días de confinamiento. A esta edad de descubrimiento del propio cuerpo, disfrutan especialmente de las actividades sensoriales y a través de ellas se favorece la interacción y comunicación con nosotros a la vez que les ayudará a regular las emociones en momentos de tensión.
Las actividades sensoriales se pueden hacer con materiales que tengamos en casa como: libros sensoriales, arena moldeable, sacos con texturas, crema de afeitar, pintura de dedos, burbujas, juegos de trasvases de material como comida y líquidos. Podemos contar especialmente con la música como recurso sensorial, con la que los niños de estas edades disfrutan especialmente. La música se puede utilizar como recurso en momentos muy diferentes, algunos para actividades activas e interactivas y otros momentos para favorecer la relajación.
Evitar el uso de pantallas en niños en esta franja de edad ya que ésta puede tener impactos no positivos en el desarrollo del niño si se utiliza de forma habitual. Esta recomendación será un reto estos días de confinamiento en el que el día a día con los pequeños se puede hacer muy largo y en el que pueden estar conviviendo con hermanos mayores que querrán ver la televisión o hacer uso de otros recursos como la tableta, el ordenador o los videojuegos.
¿Cómo prevenir las dificultades y actuar ante estas?
1. Tener en cuenta los aspectos positivos del confinamiento que se pueden utilizar para compensar los efectos negativos y prevenir posibles alteraciones. Algunos de estos cambios positivos serán:
La disminución del ritmo diario de los niños.
El aumento del tiempo de ocio.
El aumento del tiempo que los hijos pasan con los padres y los hermanos.
Habrá que aprovechar la situación de confinamiento para aumentar el tiempo que pasamos con los niños y la cantidad y calidad de la comunicación que establecemos con ellos.
2. Mantener la estabilidad en los hábitos básicos, asegurando las necesidades en el sueño y la alimentación.
3. Establecer un horario y rutinas diarias que permitan a los niños mantener el ritmo del día a día con los menores cambios posibles respecto a lo que hacían antes del confinamiento. Organizar el horario con actividades diversas pudiendo intercalar actividades de ocio con otras de hábitos de autonomía y actividades de colaboración familiar ajustadas a la edad:
Puede ser útil realizar un horario visual donde aparezcan las actividades que realizarán a lo largo del día. Esto les puede motivar, implicar y poder consultar el horario con facilidad sin necesidad de que sea el adulto quien esté indicando e insistiendo en cada momento que es lo que toca hacer.
Ejemplos de actividades de ocio: recetas, manualidades, rompecabezas, construcciones, mirar y leer cuentos, escuchar música y bailar, juegos de mesa, juego simbólico e imaginario.
Ejemplos de actividades de autonomía: higiene personal, vestirse, recoger la habitación.
Ejemplos de actividades de colaboración familiar: poner y quitar la mesa, ayudar a cocinar, poner la ropa en la lavadora y tender, limpieza, etc.
4. Evitar el uso excesivo de pantallas (televisión, tabletas, móviles...) y ajustarlo a la edad del niño.
5. Favorecer actividades organizadas que impliquen movimiento (regulado por el adulto y ajustado a las posibilidades de cada hogar).
6. Intentar mantener el contacto con otros familiares y con los amigos. Lo podemos hacer a través de llamadas o de videoconferencia, lo que nos permitirá mitigar la situación de aislamiento social.
7. La situación de confinamiento tiene un efecto claro sobre las emociones de los padres o los adultos que están a cargo de los niños. En este contexto será importante cuidar nuestras reacciones ante los niños en momentos de tensión o de desánimo, evitando episodios de comunicación negativa.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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