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Los hábitos saludables, un asunto de familia

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El refranero popular lleva siglos predicando el mismo consejo: más vale prevenir que curar. Sin embargo, parece ser ahora el momento adecuado para que, tras más de tres años de pandemia mundial, la sociedad se tome en serio esta advertencia. 

Introducción

El cuidado de la salud, entendido de forma integral, es el motor de la vida. En pleno siglo XXI, la percepción del bienestar humano ha evolucionado en algo más que la simple ausencia de enfermedad. En cambio, refiere un ideal más amplio y complejo, reflejo de las preocupaciones y necesidades de la sociedad actual. Es una compleja combinación de factores relacionados con la salud física, mental, emocional y social de una persona. El bienestar está estrechamente relacionado con la felicidad y la satisfacción vital. En pocas palabras, el bienestar podría describirse como lo que uno siente por sí mismo y por su vida.

Los datos científicos también llevan años alertando del peso que los hábitos de vida ejercen sobre nuestra salud. En las últimas décadas, las mejoras en la nutrición, higiene, vivienda, suministro de agua y seguridad alimentaria han propiciado un aumento de la supervivencia. 

Al mismo tiempo han incrementado su presencia las denominadas enfermedades no transmisibles, aquellas con consecuencias a largo plazo para la salud y en cuya aparición juegan un papel importante factores de riesgo evitables, como el tabaco, el alcohol, el sedentarismo o las dietas poco equilibradas. Entre ellas figuran el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y las enfermedades pulmonares crónicas.

Este fenómeno no es ajeno a la población infantil y ha ido aumentando progresivamente. El primer Informe FAROS, Los problemas de salud infantil. Tendencias en los países desarrollados (2008) constató que, mientras que algunos indicadores habían mejorado, otros reflejaban severos problemas a nivel social, como el aumento de la obesidad, la diabetes o los trastornos de salud mental, entre otros, que hoy en día suponen grandes retos para la salud pública.

Concepto de salud 360°

El Observatorio FAROS lleva más de una década estudiando las tendencias en salud maternoinfantil. De acuerdo con la definición establecida por la OMS de que “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”, FAROS conceptualiza la salud como un aspecto global, integral y holístico en el que influyen diversas variables. 

Estas variables han sido agrupadas bajo el concepto que se ha denominado Salud 360°:

Salud 360

El equilibrio de estas seis áreas, relacionadas entre sí, depende, en buena medida, de nuestro estilo de vida y los hábitos diarios que practicamos. Explicar la importancia de adquirir hábitos saludables debe ser un objetivo primordial para cualquier familia.

El papel de las familias: predicar con el ejemplo

La infancia es la mejor edad para adquirir buenas costumbres y hábitos saludables, y las familias deben ser conscientes de ello. La práctica de un estilo de vida saludable desde una edad temprana es crucial para la prevención de enfermedades en edad adulta y mejorar la salud de la comunidad en su conjunto.

En muchas ocasiones, conseguir que niños y adolescentes pongan en práctica los hábitos más recomendables no es una tarea sencilla. Comer fruta o pescado, dormir las horas recomendadas, lavarse bien los dientes o no abusar de las pantallas puede convertirse en una misión casi imposible. 

Para no desistir en el intento, las familias debemos recordar que predicar con el ejemplo es la forma más eficaz de conseguir que nuestros hijos e hijas adquieran unos hábitos de vida saludables. No debemos olvidar que una gran parte del aprendizaje durante la infancia se adquiere mediante la imitación. 

A pesar del ritmo frenético del día a día familiar, debemos procurar exigir a nuestros hijos e hijas aquello que nosotros mismos hacemos. Los niños y adolescentes también nos observan y detectan las incongruencias entre nuestro discurso y nuestras acciones.

En cuestión de hábitos, cada pequeño gesto cuenta. Repetir un mismo discurso una y otra vez no garantiza que el mensaje consiga calar en nuestros hijos e hijas. Las familias debemos actuar, demostrar y dar ejemplo. Compartir momentos en familia que permitan promover hábitos saludables, así como implicarles en las tareas y rutinas diarias de la vida familiar favorecerá la adquisición de un estilo de vida saludable, capaz de perdurar en el tiempo.

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  05/04/2024 Última modificación:  05/04/2024
familiar · hábitos saludables · salud infantil
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