Gafas y lentes de contacto en niños: ¿qué debemos tener en cuenta?
Descubre qué debes considerar al elegir gafas y lentes de contacto para niños. Desde la montura ideal hasta el tipo de lente, conozca las características clave para garantizar una visión óptima y comodidad. Además, explore diferentes tipos de lentes de contacto y sistemas de limpieza adecuados para cada caso. Confíe en un óptico optometrista para una adaptación segura y revisiones periódicas.
Características a tener en cuenta a la hora de elegir unas gafas
Cuando se prescriben gafas a un niño, siempre surge la duda a los padres de qué montura será mejor y qué tipo de lente. Vamos a dar unas pequeñas pautas para ello:
Montura: la montura se ha de adecuar a la anatomía del niño. Tiene especial relevancia, dentro de los diferentes parámetros de la gafa, el diseño y medida del puente. Los niños de corta edad tienen el tabique nasal muy poco desarrollado, esto dificulta que la gafa se mantenga de forma estable, dando lugar al común efecto de mirar por encima de ellas. Se deberá escoger tanto la forma y calibre (medida) ideal para el niño, como la forma de la propia gafa, para asegurar que el niño mirará a través de la lente y no por encima o por una zona alejada del centro óptico de la lente.
Ángulo pantoscópico: es el ángulo que guarda la gafa con la línea vertical de la cara, debe ser de unos 15º aproximadamente. Este ángulo es importante para que al rotar el ojo se guarde siempre la misma distancia a la lente de la gafa.
Lentes: las lentes serán de material orgánico. Las principales características de este material es que soporta muy bien los golpes, con lo cual es muy difícil que se rompa, pero es, a la vez, un material blando, con lo que será muy fácil que se raye. Para minimizar esto será muy importante añadir a la lente un tratamiento de endurecido y limpiarla siempre mojándola previamente, nunca en seco.
Otros tratamientos como el anti-reflejante, filtros de longitud de onda… se añadirán siempre que el niño lo requiera.
Las lentes se podrán reducir en espesor y ser más cómodas física y estéticamente de acorde a la graduación.
Lentes de contacto en edad infantil
Podríamos agrupar las lentes de contacto en tres grupos: blanda, rígidas (RPG) y especiales.
Blandas: actualmente las más adaptadas por su gran comodidad. El material más usado es el hidrogel-silicona (HiSi). Este material proporciona comodidad y un buen paso de oxígeno a córnea, aumentando la posibilidad de horas de uso al día respecto a otro material más convencional y en desuso como el hidrogel (Hi).
El formato comercializado más común es el desechable, encontrándolas como de un solo día, quincenales, mensuales y trimestrales. Nunca se deberá exceder ni las horas de uso por día, ni la vida útil de las lentes.
Rígidas permeables al gas (RPG): no tan comunes pese a que poseen mayor paso de oxígeno a córnea que cualquier blanda. Su mayor incomodidad es el porte, respecto de una blanda, por tratarse de un material poco flexible, y la mayor facilidad a “saltar” del ojo, hace que gran parte de los usuarios de lentes de contacto la descarten. La vida de estas lentes, siempre dependiendo del buen cuidado, puede alcanzar los dos años.
Lentes especiales: estas lentes son adaptadas cuando la córnea del paciente posee unas irregularidades que imposibilitan una adaptación convencional. Nos encontramos diferentes lentes de contacto:
Esclerales o semiesclerales: lentes rígidas permeables al gas cuyo diámetro puede variar entre 14mm hasta 22mm. La clasificación de escleral o semi, irá más en función de cómo queda adaptada al paciente que del diámetro en sí.
Híbridas: son aquellas lentes cuyo centro es una lente RPG y bordes blandos. Control de miopía: muy en auge en los últimos años en que la población mundial afectada de miopía ha aumentado de forma exponencial. Encontramos varias lentes, tanto rígidas (Orto-K) como blandas, todas ellas pensadas en mejorar un desenfoque periférico en retina que ayude a frenar (no parar) el incremento de la miopía.
Cosméticas: popularmente adaptadas para cambiar la apariencia del ojo. En otros casos se utilizan para dar una apariencia más real y simétrica de los ojos del paciente, como por ejemplo en opacificaciones corneales (lentes de contacto con pupila artificial), aniridias (falta total o parcial del iris),…
En todo caso, y muy importante, cualquier tipo de lente de contacto siempre deberá ser adaptado por un óptico optometrista que verifique tanto su correcta adaptación sin perjuicio de salud ocular, como un correcto nivel de visión. Así como realizar las revisiones de seguimiento correspondientes.
Sistemas de limpieza para lentes de contacto
A cada lente de contacto, dependiendo el uso y durabilidad, le corresponde un sistema de limpieza y mantenimiento.
Lentes blandas desechables (quincenales, mensuales o trimestrales): usarán soluciones únicas de mantenimiento. Se trata de líquidos inocuos para el ojo, con lo que se pueden aplicar directamente a las lentes de contacto y de éstas al ojo.
Lentes desechables trimestrales o anuales (convencionales): peróxidos para lentes de contacto. Se aplica a lentes blandas de durabilidad mayor al mes. En trimestrales se usa si el paciente acumula muchos depósitos en la lente de contacto y la limpieza con una solución única no es suficiente. Estas soluciones jamás deberán ser instiladas en el ojo sin previamente pasar el tiempo requerido por un catalizador (en formato pastilla o disco dentro del propio estuche de las lentes) que neutralizará al peróxido para que la lente pueda ser colocada en el ojo. Estas lentes de vida mayor al mes, en ocasiones también requieren una limpieza semanal con pastillas enzimáticas. Estas pastillas eliminan los acúmulos de depósitos de proteínas y bacterias.
Lentes rígidas permeables al gas (RPG): podríamos resumir en dos opciones los sistemas de limpieza y mantenimiento de estas lentes. Por un lado, los jabones específicos para estas lentes y las soluciones humectantes para su mantenimiento; y, por otro lado, sistemas similares a los peróxidos de las lentes blandas pero adaptados a los materiales de una RPG.
Nuevamente, el óptico optometrista que haya realizado la adaptación y/o realice los controles, aconsejará al paciente qué sistema de limpieza y mantenimiento es el idóneo teniendo en cuenta diferentes factores como: tipo de lente, sensibilidad corneal, características de la lágrima, ambiente en el que desarrolla sus actividades…… En ocasiones, incluso podrá recomendar el uso de algún tipo de lágrima artificial.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
La hipermetropía es un defecto refractivo común en niños, donde los objetos se enfocan detrás de la retina, causando visión borrosa. Puede ser causada por ojos pequeños o córneas planas. Los síntomas incluyen dificultad para enfocar objetos cercanos, fatiga ocular y dolores de cabeza. El tratamiento principal son las gafas, adaptadas según la edad y los síntomas del niño. La detección temprana es clave para prevenir complicaciones como el estrabismo o la ambliopía.
Cualquier pantalla, sea de móvil, televisión, tableta o reloj inteligente, genera luz visible. También irradian los flashes de las cámaras, los fluorescentes y los LED.
La miopía, referida en algunas ocasiones como visión corta, es un trastorno de la vista que impide ver con toda nitidez los objetos más alejados del campo visual.