¿Cómo afecta el uso de pantallas en la salud ocular y visual?
El ritmo de vida actual y las actividades diarias hacen que la mayoría de niños y niñas pasen bastantes horas delante de alguna pantalla, ya sea en el centro escolar con el ordenador, o en su tiempo libre con smartphones o tabletas, lo que también provoca la exposición a la luz azul de estos dispositivos. ¿Cómo afecta la exposición a pantallas a la salud visual?
Escrito por:
Enric Puigventós Rosanas
La luz azul y las pantallas digitales
El espectro de la luz solar se compone, por un lado, de longitudes de onda cortas y de alta energía, desde la radiación ultravioleta (UV, 280-400 nanómetros) hasta cuya luz visible forma parte la azul (VIS, 400-700 nm).
Por otro lado, están las longitudes de onda largas y de baja energía: la radiación infrarroja (700 nm).
La luz visible puede clasificarse según la longitud de onda de emisión en azul (la más cercana a la radiación ultravioleta), verde y roja.
Cualquier pantalla, sea de móvil, televisión, tableta o reloj inteligente, genera luz visible. También irradian los flashes de las cámaras, los fluorescentes y los LED.
La radiación solar también contiene luz azul y es necesario estar expuesto a ella. Por ejemplo, permite que el cerebro sincronice el reloj biológico del cuerpo con los ciclos naturales a través de los ritmos circadianos.
Una buena parte de nuestra vida gira en torno a las pantallas. No sólo a nivel educativo y laboral, también el ocio está marcado por el uso de aparatos como teléfonos, ordenadores o televisores que, entre otras cosas, desprenden luz de longitud de onda corta, la llamada luz azul.
¿Qué papel juega la luz azul en la salud ocular y visual?
Los ojos humanos no están diseñados para enfocar tantas horas a distancias tan cercanas como cuando leemos o miramos las pantallas de nuestros móviles.
Esto solo ya puede acabar provocando el síndrome visual informático (SVI), con síntomas como cansancio ocular, picor de ojos, visión borrosa, problemas de enfoque, ojo seco e hipersensibilidad a la luz, entre otros, ya que durante éste proceso la frecuencia de parpadeo disminuye de forma importante.
La luz azul o luz de onda corta emitida por estos dispositivos no tendría afectaciones graves en la retina, pero sí algunas leves. Hay evidencias, pero sin unanimidad.
Existen distintos estudios científicos que concluyen que la exposición a la luz azul traspasa la córnea y llega a la retina, lo que puede provocar ojo seco, cataratas y degeneración macular.
Los autores remarcan que también influye en la producción hormonal y afecta negativamente a la calidad del sueño.
La luz azul afecta directamente al ciclo circadiano del cuerpo. Durante el día nos despierta y estimula, pero la excesiva exposición de este tipo de luz que proviene de la televisión, ordenador o teléfono móvil durante la noche puede dificultar la conciliación del sueño. Por este motivo es recomendable limitar las horas delante de una pantalla durante las dos horas previas a acostarse.
No se ha estudiado lo suficiente si la luz azul puede provocar otros problemas graves, como pérdidas de visión. Hay pruebas que sugieren que, con exposición crónica, puede haber estrés oxidativo e incluso muerte de células de la retina especializadas en la fotorrecepción.
¿Qué podemos hacer para evitar molestias con el uso de las pantallas digitales?
Podemos aplicar la norma de los 20-20-20. Se trata de apartar la mirada de cualquier pantalla cada 20 minutos y mirar a un objeto situado a 20 pies de distancia (unos 6 metros) durante al menos 20 segundos.
Controlar muy bien la distancia en la que trabajamos frente a estos dispositivos. Respetar los 40-50 cm frente al ordenador y nunca utilizar el teléfono móvil o la tableta a menos de 30 cm.
Muy importante también es el tiempo que pasamos al aire libre, no sólo por utilizar menos la visión cercana, sino que también nos beneficia la exposición a la luz solar.
Cuando enfocamos de cerca, estamos estimulando la acomodación del ojo para poder enfocar en distancias cercanas y no relajamos la musculatura y el ojo intenta adaptarse. El globo ocular se alarga y se hace más miope. Lo mismo ocurre con los niños lectores compulsivos: en este sentido, no está demostrado que las pantallas sean peores, pero lo que sí generan es más adicción.
¿Es necesario utilizar cristales con filtros para la luz azul?
Recientemente, se ha hecho más visible la necesidad de utilizar este tipo de cristales para filtrar la cantidad de radiación de luz azul durante el uso de los dispositivos electrónicos, pero parece ser, hasta el día de hoy que se podría tratar tan sólo de una maniobra comercial.
La eficacia de estas lentes está todavía en cuestión entre los científicos, aunque las pruebas de laboratorio indican que pueden ser beneficiosas.
Por tanto, parece que de momento el mejor tratamiento es la prevención. Se recomienda restringir la exposición a las pantallas y reducir el tiempo que pasamos por delante.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:
12/03/2024
Última modificación:
12/03/2024