Infección del oído: otitis media aguda. ¿Antibióticos siempre?
La otitis es una inflamación del oído. Media se refiere a la localización en el oído medio (detrás del tímpano, membrana que separa el conducto auditivo del resto del oído) y aguda porque los síntomas aparecen con rapidez, en pocas horas. Es una de las enfermedades más comunes que afectan a bebés y niños pequeños: al cumplir los tres años, tres de cada cuatro niños habrán tenido algún episodio de otitis media.
Las infecciones de oído se deben a bacterias o virus que entran en el cuerpo a través de la nariz y la boca. Los lugares donde hay muchos niños juntos (guarderías, por ejemplo) ayudan a los gérmenes a propagarse más fácilmente.
Las infecciones respiratorias, las alergias y los contaminantes aéreos (como el humo del tabaco) también pueden provocar inflamaciones de oído.
Síntomas de la otitis media
El escenario más típico es cuando tenemos un niño con mocos (infección de vías altas), con abundante mucosidad nasal (normalmente causada por una infección vírica), y que después de unos días, puede aparecer sensación de ocupación del oído, dolor (otalgia), y/o fiebre.
Los más pequeños no sabrán localizar el dolor. Tendremos que descartar una otitis media cuando lloran más de lo normal, se frotan o se tiran de las orejas o no duermen bien. A veces pueden asociar vómitos y/o diarreas o se encuentran muy irritables. Si ya hablan nos dirán que les duele el oído.
En muchos casos pueden tener fiebre y a veces presentar otorrea (secreción en una o ambas orejas). No siempre un dolor de oídos es debido a una infección del oído medio, también puede ser causado por otras afecciones.
Diagnóstico de la otitis media
El médico realizará un examen exhaustivo, obtendrá un historial de síntomas y hará unas pruebas sencillas. Mediante el otoscopio (lupa con luz que se introduce en el conducto auditivo) intentará visualizar el tímpano.
A veces no es posible visualizarlo porque el conducto está obstruido con cerumen, y quizás es necesario realizar una limpieza previa. Deseará averiguar si la membrana timpánica está correcta o de lo contrario muy roja y sin reflejo luminoso, si se ve alguna pequeña perforación, si hay fluido (moco) dentro del oído medio y se ve el tímpano abombado, o si se ha producido alguna pérdida auditiva.
Tratamiento de la otitis media
Clásicamente, la mayoría de otitis medias siempre se habían tratado con antibióticos. Actualmente, la prescripción varía en función de los países y culturas. En los países nórdicos, tienen una prescripción del 56%, mientras que en los Estados Unidos, Canadá y Australia, puede llegar a ser del 95%. En las últimas décadas, existen estudios y recomendaciones fiables (ver bibliografía) de que no hay que tratar con antibióticos todas las otitis.
Esto solo lo puede decidir el médico, que evaluará la gravedad de la sintomatología que presenta (grado de afectación), la asociación o no de complicaciones, la edad y el estado de salud del niño (si tiene enfermedades previas que pueden hacer condicionar una peor evolución) y el seguimiento en el tiempo. En función de todo ello, el médico puede elegir:
Conducta expectante: otitis media simple (síntomas leves, unilateral, sin supuración) solo con antitérmicos/analgésicos (paracetamol, ibuprofeno) y observar la evolución en dos o tres días. En la mayoría de los casos los síntomas desaparecen solos sin secuelas posteriores (es la evolución "natural" y más habitual, estudios reflejan tasas de curación espontáneas de hasta el 80%).
Iniciar antibiótico: en todos los menores de seis meses, en los menores de dos años con otitis media supurada u otitis bilateral, si el niño se ve afectado, si los síntomas persisten después de dos o tres días de tratamiento conservador, si existe empeoramiento diario, si existe supuración del tímpano, o existe alguna condición de salud que pueda favorecer complicaciones.
El médico prescribirá el antibiótico más adecuado en función de la edad, la epidemiología del germen más frecuente (neumococo, Haemophilus influenzae, Moraxella catharralis), las enfermedades de base o riesgos que pueda tener el niño.
Es importante calcular bien la cantidad de medicamento en función del peso actual y el tipo de antibiótico que se utiliza. Los pediatras tienen varias opciones terapéuticas y disponen de diferentes jarabes que tienen el medicamento a diferentes concentraciones, y que tienen "horarios" de administración diferente (cada ocho horas, cada doce horas, cada veinticuatro horas). Cuando vuestro médico recomienda iniciar antibiótico y os da el principio activo, dosis y frecuencias, ya ha tenido en cuenta lo anteriormente comentado.
¿Puedo hacer alguna cosa más?
Aplicar calor seco sobre el oído puede ayudar a reducir el dolor. También cuidar la higiene nasal. Evitad la entrada de agua en el oído si tiene otorrea.
Los cambios bruscos de presión atmosférica aumentarán el dolor: evitar los viajes en avión o subir puertos de montaña.
Existe evidencia de que los siguientes factores ayudan a prevenir la otitis:
La lactancia materna disminuye el riesgo de infecciones del oído.
Mantener las vías respiratorias superiores "limpias" (lavados nasales).
Si toman el biberón, que no lo hagan en postura extendida.
La inhalación pasiva del humo de tabaco produce una inflamación crónica de las vías aéreas y predispone a esta enfermedad (entre otras).
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.
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