Salmonelosis
La salmonelosis, causada por bacterias del género Salmonella, se transmite a través de alimentos y agua contaminados, provocando vómitos, diarrea y fiebre. El diagnóstico se confirma mediante cultivo de heces, y el tratamiento suele ser sintomático, centrándose en aliviar los síntomas y mantener la hidratación. Los antibióticos se reservan para casos graves, ya que su uso en casos leves puede convertir a la persona en portadora de la bacteria.
¿Qué es la salmonelosis?
Las salmonelas son una familia de bacterias que producen enfermedades en humanos. Se transmiten por vía fecal-oral, a través de alimentos, agua u objetos contaminados. Producen infecciones intestinales y, en algunos casos, de otros órganos. Las más frecuentes en nuestro medio son la Salmonella enteritidis y la Salmonella typhimurium. La Salmonella typhi y la Salmonella paratyphi son responsables de la fiebre tifoidea, enfermedad más grave pero poco frecuente en países desarrollados.
Las salmonelas son bacilos que afectan exclusivamente a humanos, si bien hay muchos animales que actúan como reservorios de la bacteria: aves, animales domésticos como perros y gatos, reptiles… Los reservorios no padecen la enfermedad pero transmiten la bacteria a través de sus heces, contaminando el ambiente o los alimentos, como los huevos en el caso de las aves de corral.
Síntomas de la salmonelosis
Las primeras manifestaciones aparecen entre las primeras 12 y 24 horas después de la ingesta de agua o alimentos contaminados con la bacteria. Dado que el jugo ácido del estómago constituye una defensa frente a la misma, no todas las personas expuestas padecen la enfermedad. Por ese motivo, las personas que tienen un jugo gástrico menos ácido, ya sea de forma natural, por su edad (lactantes y ancianos) o por un tratamiento con antiácidos (omeprazol, ranitidina…) tienen un mayor riesgo de padecer la infección. También son personas de riesgo, igual que en el resto de enfermedades infecciosas, aquellas que tienen una inmunodeficiencia o con enfermedades crónicas, sobre todo descompensadas. En estos grupos, además, son más frecuentes las complicaciones de la infección.
La bacteriemia, que consiste en el paso de la bacteria a la sangre, ocurre entre un 1 y un 5% de los niños que la padecen, y puede preceder a la infección de otros órganos: huesos (osteomielitis, artritis), corazón (endocarditis), riñón (pielonefritis)…
Los síntomas son los de cualquier gastroenteritis aguda. Los lactantes generalmente presentan vómitos, diarrea y fiebre. Los niños mayores, además, suelen referir dolor de cabeza, dolor abdominal y náuseas. El aspecto de las deposiciones tampoco es siempre característico y es variable: desde deposiciones acuosas hasta otras con moco y sangre y muy malolientes (olor a huevo podrido).
Su diagnóstico se realiza mediante el cultivo de heces, cuyo resultado definitivo suele tardar entre 48 y 72 horas.
Por tanto, dado que sus manifestaciones no son específicas y que no existe una prueba rápida de detección de la bacteria en heces, es difícil establecer su sospecha, salvo en casos en que varios comensales manifiestan síntomas similares entre 12 y 24 horas después de una comida.
Tratamiento de la salmonelosis
Por otra parte, el tratamiento de la salmonelosis en la mayoría de los enfermos es sintomático, pues se trata de una infección generalmente autolimitada, con remisión de la fiebre en 72 horas y mejoría posterior de la diarrea hasta su curación espontánea en unos días. Es importante, por tanto, el tratamiento de la fiebre, el malestar y el dolor con analgésicos y mantener el mejor estado de nutrición y de hidratación posible mediante sueros de rehidratación oral.
Solo en pacientes que estén en algún grupo de riesgo de los anteriormente citados, en casos de infección grave o en pacientes con diarrea crónica por salmonela, está indicado el tratamiento con antibiótico. En personas sanas y con resolución espontánea de la infección el tratamiento antibiótico puede aumentar el riesgo de que esta persona quede como portadora de la bacteria y, por tanto, de transmisión de la enfermedad.