El síndrome de ovario poliquístico es una patología de origen endocrinológico con una prevalencia elevada entre la población femenina a nivel mundial que suele diagnosticarse en la etapa de la adolescencia.
Se caracteriza por un desequilibrio hormonal y disfunción de los ovarios que conlleva alteraciones del ciclo menstrual, anovulación e hiperandrogenismo (cifras elevadas de hormonas androgénicas, como la testosterona).
Las mujeres que sufren este síndrome presentan afectación de diferentes esferas desde la psicológica (ansiedad o depresión), reproductora (menstruaciones irregulares, hirsutismo - exceso de vello en cara, brazos o abdomen -, infertilidad) y/o metabólica (resistencia a la insulina, obesidad, diabetes tipo 2 o mayor riesgo cardiovascular).
Todos estos factores afectan de manera negativa a la calidad de vida y a la salud de las mujeres diagnosticadas de síndrome de ovario poliquístico. Seguir hábitos saludables tanto a nivel de alimentación como de ejercicio es una de las opciones terapéuticas junto con la farmacológica que se recomiendan en la actualidad.
La práctica de ejercicio físico o de deporte debería ser parte del día a día de las pacientes con síndrome de ovario poliquístico. Los beneficios que aporta mantenerse activa incidiría tanto a nivel antropométrico, cardiovascular, metabólico y psicológico. ¿Cuáles son los beneficios del ejercicio y el deporte en adolescentes con síndrome de ovario poliquístico?
Los estudios científicos realizados con este grupo poblacional, reportan múltiples beneficios:
Composición corporal: reduce grasa corporal total y aumento de la masa muscular.
Resistencia a la insulina: aumenta su sensibilidad por medio de múltiples adaptaciones en el transporte de la glucosa y su metabolismo.
Riesgo cardiovascular: reduce los niveles de tejido adiposo, LDL y triglicéridos
Inflamación: disminuye la sintomatología asociada
Psicológico: mejora el estado de ánimo, la autoestima y el descanso.
Tiene especial relevancia que el programa que se recomiende sea aquel en el que se incluya tanto ejercicio de tipo aeróbico, HIIT (High Intensity Interval Training, es decir: entrenamiento por intervalos de alta intensidad) y trabajo de fuerza, ya que todos ofrecen beneficios a diferentes niveles.
Ejercicio de tipo aeróbico. Existe un abanico amplio de posibilidades encuadradas en este ámbito: andar, bailar, nadar, ciclismo o actividades dirigidas en el gimnasio son opciones, entre otras, muy válidas. El objetivo es mejorar la capacidad cardiorrespiratoria, la pérdida de peso y el aumento del metabolismo.
HITT- High Intensity Interval Training. Estas rutinas se basan en una combinación de periodos cortos de ejercicios de elevada intensidad con periodos también cortos de recuperación activa. Los estudios indican que esta práctica aporta mejora en el perfil metabólico, parámetros a nivel reproductor, composición corporal y psicológico y bienestar.
Fuerza. Trabajando la musculatura no solo se beneficia el propio tejido muscular que aumenta sus niveles de fuerza, sino que se mejoran los niveles de glucosa en sangre, se reduce el tejido adiposo o se mejora la calidad ósea. Los ejercicios de fuerza pueden hacerse utilizando el propio cuerpo, por ejemplo con ejercicios como las sentadillas o con elementos como mancuernas o barras.
Conseguir mantener una rutina de manera regular va a favorecer que la sintomatología asociada al síndrome de ovario poliquístico se reduzca y aumenta la calidad de vida, sin olvidar que seguir una correcta alimentación además es esencial para obtener aún mayores beneficios.
El diagnóstico y el tratamiento precoz del síndrome de ovario poliquístico son fundamentales, porque esta afección expone a las afectadas al riesgo de desarrollar problemas a largo plazo.
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