¿Tienen los niños más conciencia ambiental que los adultos?
Muchos niños tienen una conexión inherente e intuitiva con la naturaleza y el medio ambiente. Desde la más tierna infancia, los niños suelen mostrar curiosidad, asombro y empatía por los animales, las plantas y el mundo que les rodea. Esta conciencia ambiental puede tener sus raíces en nuestra historia evolutiva, ya que los humanos hemos dependido de los recursos y la relación con la naturaleza para nuestra supervivencia como especie animal.
Para la mayor parte de los 118 escolares que participaron en el estudio, el cuidado del medio ambiente resulta igual o más importante que cumplir determinadas normas sociales entre iguales. De acuerdo con los resultados, esta conciencia está relacionada con las emociones, simpatía e intuición previamente bien establecidas hacia los demás, incluidos los seres vivos no humanos.
La biofilia, amor por la naturaleza
El término biofilia fue acuñado por el biólogo especializado Edward O. Wilson en los años 80 y describe el vínculo innato que tenemos los seres humanos con las plantas y los animales. Estar rodeado de naturaleza supone un impacto positivo en nuestra salud física y mental, en nuestras emociones y estado de ánimo.
Las evidencias científicas de los beneficios del contacto con la naturaleza son cada vez más numerosas. A pesar de las limitaciones metodológicas, las investigaciones sugieren que el contacto con la naturaleza en la salud humana favorece la reducción de la ansiedad y depresión, mejora el sueño y el rendimiento escolar e incluso, puede llegar a disminuir la mortalidad global.
¿Es posible que los niños tengan más conciencia ambiental que los adultos? Los niños suelen mostrar esta tendencia biofílica a través de su fascinación por los animales, las plantas y el juego al aire libre. Pero, aunque puede existir una sensibilidad innata por el medio ambiente, la educación medioambiental, los valores familiares y las influencias sociales pueden influir significativamente en la empatía medioambiental.
La vida urbana y el ritmo de las sociedades actuales ha ido deteriorando progresivamente nuestra conexión con la naturaleza, especialmente en las generaciones más jóvenes, dando lugar a lo que se conoce como biofobia: indiferencia y aversión al entorno natural. Cada vez son más los niños y niñas con miedo a los animales, a los que les desagrada jugar en el campo o se aburren en entornos naturales.
Educación ambiental en el entorno escolar
Se trata de un comportamiento adquirido en el que las familias, cuidadores y educadores desempeñan un papel crucial a la hora de fomentar y potenciar la empatía medioambiental del niño.
Exponer a los niños a la naturaleza, hablar sobre temas y noticias medioambientales, inculcando comportamientos respetuosos con el medio ambiente e incorporando la educación medioambiental a sus experiencias y aprendizajes.
Los niños que tienen experiencias positivas en entornos naturales como salidas al parque, excursiones o la observación de la flora y fauna, serán capaces de desarrollar una mayor empatía y conciencia ambiental a lo largo de su vida.
En el ámbito escolar, la educación ambiental constituye uno de los desafíos más importantes de esta década. Se deben implementar modelos de educación que favorezcan la conexión con la naturaleza, desde ir caminando a la escuela, tener un huerto escolar, realizar actividades al aire libre o impartir conocimientos sobre salud medioambiental.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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