Hacerlos partícipes en la compra
Una buena forma de que los niños entiendan y reconozcan el origen de los alimentos es también hacerles partícipes a la hora de hacer la compra, explicándoles cómo cada alimento ha llegado hasta cada comercio en particular, incentivando a que hablen y pregunten a los vendedores expertos las dudas que tengan, que experimenten con el producto: tocándolo y oliéndolo (con las medidas desinfección necesarias), reconociendo su color y, finalmente, pensando de qué forma o en qué receta lo podrían cocinar y comer.
Por ejemplo…
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Enseñarles en qué horno el panadero hace el pan, cómo se hace la masa o qué aspecto tiene antes de cocerse.
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Que pregunten en la frutería qué alimentos tienen de temporada y de proximidad, que generalmente serán los que tenga más cantidad de producto y más barato.
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Explicarles que los lunes la mayoría de las pescaderías no abren porque los pescadores el día anterior no salen a la mar.
Como ya hemos puesto como ejemplo, sobre todo, es interesante aprovechar el momento de la compra para que entiendan e identifiquen la temporalidad de los alimentos. Aunque no es difícil encontrar en los supermercados melones, sandías o fresas en los meses de invierno o coles en verano es importante argumentar las ventajas de comprar alimentos de temporada.
Hacerles conscientes de que unos años atrás esto hubiera sido impensable, pero que con los nuevos modelos de producción (invernaderos) y distribución (aviones, barcos, trenes…) podemos encontrar muchos de estos alimentos en cualquier época del año.
Abusar de este modelo de producción es poco sostenible, además que repercute en las cualidades organolépticas del producto, principalmente en el sabor y en la textura. Estos dos atributos son básicos para la aceptación de nuevos alimentos por parte de los niños (combatir la neofobia). Por lo tanto, será difícil educar a un niño para que acepte y varíe su alimentación en cuanto a verduras y frutas si le ofrecemos alimentos que no están en su estado óptimo.
En definitiva, es preferible optar por alimentos de temporada y educar de esta manera, enseñando valores de responsabilidad medioambiental, que pueden determinar su conducta al convertirse en futuros consumidores.