Promover entornos saludables:¿por dónde empezar?
El número de niños y adolescentes que presentan sobrepeso/obesidad ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. En 2017 se presentó un nuevo estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicando que, a pesar del grave problema de desnutrición de algunos países sub-desarrollados, si se mantienen las tendencias actuales, en 2022 habrá más población infantil y adolescente con obesidad que desnutridos.
¿Cómo hemos llegado a esta situación? ¿Tanto han cambiado nuestros hábitos?
La respuesta es que no solo cambian nuestros hábitos, todo el entorno y nuestro alrededor también: cada vez nos movemos menos, hacemos actividades más sedentarias e ingerimos más calorías que antes, a veces de menor calidad. Para referirnos a este tipo de entorno que favorece el desarrollo del sobrepeso y la obesidad se ha creado el término “entorno obesogénico”.
Actualmente se están creando muchas iniciativas para revertir esta situación, por ejemplo, des de la OMS se están impulsando programas basados en entornos saludables (no obesogénicos): ciudades saludables, escuelas promotoras de salud, hospitales promotores de salud, dejando la puerta abierta a nuevas iniciativas más originales y menos obvias, pero también interesantes como supermercados saludables, peluquerías promotoras de salud, etc.
Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que cada uno de nosotros podemos marcar la diferencia en nuestro propio entorno: en el hogar, en el trabajo, en la escuela… A continuación, os mostramos algunos ejemplos.
Cambios que podemos introducir en nuestro día a día para crear un entorno más saludable
Cambios para la promoción de la actividad física:
- Sube y baja las escaleras en cualquier sitio donde tengas oportunidad.
- Desplázate andando o en bicicleta a los sitios.
- Evita pasar largas horas sentado: en el trabajo, en el sofá de casa...
- Intenta introducir a lo largo de la semana un par de días de actividad física.
- Intenta hacer actividades de ocio activo: ir a pasear con la familia, con amigos, participar en caminatas populares.
Cambios para la promoción de la alimentación saludable:
- Dar buen ejemplo. El mejor elemento de predicción de un estilo de vida saludable en los niños son los padres que hacen elecciones inteligentes sobre su alimentación hacen actividad física regularmente.
- Deja que tu hijo participe en la planificación de las comidas. Leed juntos libros de recetas. Que sean tus hijos los que redacten la lista de la compra y hacedla juntos.
- Intenta realizar cinco comidas al día. Desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. Más o menos a la misma hora todos los días.
- Evita tener en casa o a la vista aquellos alimentos que no formen parte de la ingesta diaria y mantén a la vista aquellos que sí lo sean. Por ejemplo, tener a la vista en la mesa un bol con frutas y verduras o una jarra con agua ayudará a fomentar su consumo diario.
- Programa una comida en familia al día por lo menos. Comer regularmente en familia tiene efectos positivos en el desarrollo de los niños. El tiempo que paséis comiendo juntos puede ser divertido y unir más a los miembros de la familia.
- Avisa a tus hijos que es hora de comer con cinco minutos de antelación. Les dará tiempo para tranquilizarse, lavarse las manos y estar listos.
- Establece reglas para la hora de comer. Aquellos niños ansiosos, agitados o cansados quizá tengan problemas para calmarse y sentarse a comer. A veces, una simple hoja con una tabla de "reglas para la comida" pegada en el refrigerador ayuda a mantener las cosas en orden. Por ejemplo: llegar a la mesa con las manos limpias, ayudar cuando se necesite o no hacer comentarios negativos sobre la comida que se sirve ni sobre lo que comen los demás.
- Involucra a los niños en la preparación y elaboración de la comida. Si se implican en todo el proceso seguramente aprecien más la comida servida y la acepten más.
- Comed, en la medida de lo posible, el mismo menú toda la familia. Sin hacer diferencias entre comensales para fomentar el consumo de todo tipo de alimentos.
- No uses los alimentos como recompensa ni como castigo. A la larga, esta actitud resulta contraproducente.
- Recuerda apagar el televisor u otras pantallas (tabletas, smartphones) durante las comidas. Es una distracción que impide la comunicación familiar e interfiere para disfrutar de la comida y estar atentos a las cantidades que ingerimos.
- Ten paciencia. Es posible que debas intentar varias veces antes que un niño esté listo para probar un nuevo alimento...Empieza con porciones pequeñas y ve incrementando progresivamente hasta su total aceptación.
- Basa la alimentación de tus hijos en alimentos frescos y poco procesados. Evita todos aquellos alimentos que contengan una lista infinita de ingredientes, un exceso de sal, azúcar o grasas.
- Sirve la cantidad justa respetando su apetito. Es preferible servir las cantidades de comida adecuadas a cada persona. Un truco para evitar repeticiones innecesarias es dejar la olla o la cazuela con la comida sobrante en la cocina.
- Asegúrate que el agua sea fácilmente disponible y no se limite su consumo. A parte de estar bien nutridos también tenemos que promover una buena hidratación.
- Facilita un tiempo adecuado para disfrutar de la comida con tranquilidad. Es trascendental para hacer de la comida un momento relajado y agradable, a la vez que facilita la ingesta y la aceptación de los alimentos.
Artículo elaborado por:
Fundació Alicia
Escrito por:
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:
18/07/2023
Última modificación:
18/07/2023