Es una de las principales fuentes de vitamina C de la dieta, ya que junto con algunos vegetales, es el único alimento que podemos consumir fresco, sin manipular ni cocinar.
Es una fuente de agua, y, por lo tanto, permite hidratarse de una forma fácil y al mismo tiempo dulce.
Es una buena fuente de fibra y minerales, sobre todo si la comemos con piel.
En esta ocasión, para hablar de la fruta, os presentamos un vídeo donde Jaume, que tiene 5 años, y Laura, preparan unas brochetas de fruta con macedonia, acompañadas de una salsa de yogur. Lo más destacable de esta receta no es la elaboración en sí, sino el hecho de introducir a los niños en la cocina desde muy pequeños. Habitualmente es muy común que las primeras elaboraciones que se hacen con los niños sean pasteles, bollería, repostería, etc.
En este caso utilizamos la fruta, no solo porque es una opción más saludable y que educa para adquirir buenos hábitos alimenticios, sino también porque permite elaboraciones divertidas, coloridas y muy buenas, al tiempo requieren poca habilidad culinaria. Por tanto, es muy útil para iniciar a los más pequeños en los primeros pasos en la cocina.
Para empezar a cocinar, lo primero que hay que aprender son normas de higiene y orden. La importancia de lavarse bien las manos antes de empezar, lavar bien los ingredientes que lo requieran (sobre todo en este caso, porque nos los comeremos crudos) y ser ordenado a la hora de hacer la elaboración es lo primero que hay que enseñar. También lo es recordar que cocinar no se acaba al finalizar el plato, sino cuando se han limpiado los utensilios y la cocina queda bien limpia y ordenada. Tener un delantal para cada uno no solo nos ayudará a no ensuciarnos, también puede servir para hacer el proceso más divertido. Si además añadimos un sombrero de cocinero, podemos motivar a los niños convirtiéndolos en "cocineros por un día".
Para hacer esta elaboración, los niños colaboran solo en algunas partes del proceso, ya que por ejemplo, a estas edades, el hecho de cortar fruta es mejor dejarlo para los adultos, aunque hay alimentos como el plátano, u otras frutas blandas, que sí podrían cortar los niños, porque no necesitan cuchillos afilados. De todos modos, pueden lavarlas, planificar cómo las quieren cortar para tener formas variadas y, finalmente, decidir el montaje y la decoración que más les guste. Así, verán que lo que han preparado ellos se comparte entre toda la familia y todo el mundo disfruta.
Pedir a los niños que laven las fresas y los albaricoques.
Cortar los albaricoques por la mitad.
Pedir a los niños saquen los huesos con la ayuda de una cuchara.
Volver a cortar las mitades de albaricoques en cuartos.
Retirar las hojas de las fresas y cortarlas por la mitad. Reserva dos fresas para la salsa.
Hacer que los niños pelen los plátanos y cortarlos en rodajas.
Cortar la base del melón. Con la ayuda de un utensilio para hacer bolas de helado, pedir a los niños que hagan bolas de melón.
Retirar las semillas, acabar de vaciar el melón y reservar la pulpa resultante.
Utilizando la piel del melón como recipiente, pedir a los niños que la rellenen con una parte de la fruta cortada.
Hacer que los niños monten los pinchos clavando los cortes de fruta que han quedado. Clavar las brochetas al melón para decorarlo.
Tomar la pulpa de melón y las dos fresas que ha reservado y triturar.
Agregar una cucharada de azúcar al yogur y mezclar. Añadir la fruta triturada para obtener la salsa.
Servir las brochetas y la macedonia acompañadas de la salsa.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Alícia es un centro que investiga productos y procesos gastronómicos; innovando y trabajando para mejorar la alimentación de las personas, poniendo especial atención a las que tienen restricciones alimentarias y otros problemas de salud.
Las nuevas recomendaciones establecen que los zumos de frutas fresca, o reconstituidos al cien por cien, pueden ser una parte saludable en la dieta de los niños/as mayores de un año cuando se consumen dentro de una dieta equilibrada. El consumo, sin embargo, debería ser limitado en función de la edad del niño/a.
