Altas Capacidades
A veces, para un padre o una madre, es difícil distinguir si la trayectoria y desarrollo de su hijo/a es diferente a lo esperado.
Esto le sucede a muchos padres y madres cuando contemplan maravillados la evolución cognitiva de sus hijos/as. A menudo les sorprende como pueden ser capaces de hacer razonamientos complejos, atar cabos e incluso llegar a conclusiones brillantes por sí solos sin que nadie se los haya enseñado. También les puede resultar sorprendente su capacidad de retención y recuerdo, con pocas exposiciones, como por ejemplo cuando conocen a la perfección como son los cromos de su colección favorita.
Sin duda, estos razonamientos y situaciones evidencian que esos niños/as son personas inteligentes, con buenas habilidades cognitivas. Lo que no está tan claro es si esas elaboraciones se dan también en otros niños/as de la misma edad o bien si son más inteligentes de lo esperado. Si esto, además, se acompaña de buen rendimiento académico o facilidad para el deporte y la música, es habitual que algunos padres se planteen si la capacidad de aprendizaje del niño/a es excepcional y si, por tanto, el niño/a tiene altas capacidades (AACC).
La preocupación principal de las familias gira entorno si se está ofreciendo al niño/a todo lo que necesita para desarrollar al máximo su potencial y si sus habilidades superiores le van a generar un problema en un futuro.
El objetivo de este artículo es proporcionar a las familias algunas herramientas para identificar signos de AACC en sus hijo/as. Para ello, en primer lugar, es necesario tener en cuenta que los signos de AACC varían sustancialmente en función del perfil de AACC (superdotación o talento). Cuando hablamos de personas con AACC hablamos de dos perfiles diferenciados, las personas superdotadas y las personas talentosas.
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Las personas superdotadas: destacan tanto en pensamiento convergente (inteligencia lógico-deductiva) como pensamiento divergente (creatividad). Además, poseen una serie de recursos personales que hacen que puedan aplicar de manera efectiva dichos recursos. Se estima que solamente el 1% de la población podría tener un perfil de superdotación (Sastre-Riba, 2008).
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Las personas talentosas: destacan en un área específica mientras que su rendimiento es normal (o en ocasiones deficitario) en las demás áreas cognitivas. Se calcula que un 6% de la población tiene un talento (Sastre-Riba, 2008). Existen diferentes tipos de talentos y estos pueden ser simples o complejos (personas hábiles en varias áreas cognitivas relacionadas entre sí).
Por ejemplo, si el niño/a destaca en inteligencia lógica pero también es creativo/a, podemos sospechar que se trata de un niño / a superdotado. Algunos de los aspectos en los que nos podemos fijar para detectar signos de superdotación son los siguientes:
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Estilo de aprendizaje: destacan en su facilidad por aprender tanto conceptos como procedimientos, así como por mostrar curiosidad e interés por el conocimiento.
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Resolución de tareas: se enfrentan a las tareas como un reto. Son capaces de ofrecer múltiples soluciones a los problemas y estas suelen ser novedosas.
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Actitud ante el trabajo: suelen ser perseverantes, no desisten con facilidad cuando la tarea supone esfuerzo cognitivo; además presentan capacidad de trabajo y aprendizaje independiente.
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Habilidades comunicativas: son niños y niñas con buen nivel de comunicación tanto verbal como no verbal.
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Desarrollo socioemocional: presentan madurez emocional superior a la esperada por edad y además buena capacidad de juicio crítico y sensibilidad por temas sociales; tienen un buen sentido del humor de modo que comprenden y expresan situaciones cómicas complejas. Además, pueden interpretar correctamente el estado mental propio y de los demás.
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Pensamiento divergente (creatividad): aportan soluciones novedosas a las situaciones y se sienten cómodos ante tareas creativas y ambiguas, no solamente en las tareas de tipo lógico.
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Flexibilidad y adaptación: son capaces de adaptarse tanto a los cambios como a diferentes contextos y situaciones; por otro lado, incorporan los conocimientos nuevos a la información previa cambiando, si es necesario, sus creencias iniciales.
En cambio, si lo que observamos es que el niño/a no destaca de manera tan homogénea, pero le vemos especialmente hábil en algunos aspectos específicos, podemos pensar que es un niño talentoso.
Desde la perspectiva neuropsicológica se distinguen los siguientes talentos:
1. Como talentos simples:
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Verbal
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Visoespacial
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Lógico
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Matemático
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Memorístico
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Social
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Creativo
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Musical
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Plástico
2. Como talentos complejos:
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Académico
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Artístico
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Deportivo-motriz
Existen algunos cuestionarios que, lejos de ser herramientas diagnósticas por sí solas, pueden ayudar a registrar y objetivar mejor las habilidades que familiares y maestros ven en los niños/as. Los más utilizados son los cuestionarios de Luz Pérez y de Karen Rogers.
En consecuencia, para determinar la existencia de AACC puede ser necesario valorar la capacidad cognitiva y la creatividad, así como otras áreas específicas. Además, también es necesario que de algún modo se reflejen esas habilidades en su día a día, puesto que el diagnostico de AACC no se emite por la obtención de una puntuación elevada en un test. A través de la exploración clínica y neuropsicológica es posible describir un perfil de puntos fuertes y débiles del niño/a y determinar si sus habilidades son excepcionales.
La mente de los niños y las niñas es maravillosa y tiene un potencial extraordinario, pero solamente a partir de una valoración por parte de un experto podremos determinar si esas cualidades y habilidades que vemos en nuestros hijos/as son realmente superiores a lo esperado por edad o si por el contrario son buenas habilidades, pero esperables en un porcentaje elevado de niños/as.