Juegos de mesa solidarios, para cooperar y no competir
¿Quieres que tu hijo aprenda a cooperar con sus compañeros en lugar de competir? Estos juegos de mesa contribuyen a desarrollar el valor de la ayuda mutua y la solidaridad. Es decir hay un único adversario común para todos los jugadores a los que hay que vencer.
Edad: Indicado para jugar en familia con niños a partir de 2 años y medio y hasta los 5
Nº jugadores: de 2 a 4, incluyendo siempre un adulto
Tiempo de Juego: alrededor de 15 minutos
Los juegos cooperativos tienen el atractivo de proponer un reto común a todos los jugadores, imposible de resolver sin la colaboración de todos, y por tanto, hay que colaborar, ayudar y animar a todo el equipo para lograr el objetivo.
Todos los juegos que se presentan a continuación tienen una dinámica muy similar regulada a partir de un dado con dibujos en cada cara. El jugador tira el dado y el azar determina la acción a realizar en cada jugada. Siempre hay un reto a alcanzar colectivamente antes de que "el peligro o el adversario" nos gane la partida.
Little Coopération: los animales deben recuperar el iglú antes de que se derrumbe el paso de hielo.
Hop! Hop! Hop!: Hay que llevar la pastora, el ganado y el perro en el cobertizo antes de que el viento se lleve el puente.
Wolfy: los 3 cerditos deben construir la casa de ladrillos antes de que el lobo los atrape.
El Frutal: es necesario cosechar las cerezas del árbol antes de que llegue el cuervo y se las coma.
Valores educativos y de salud
En esta primera etapa los niños recién ensayan sus primeros juegos con otros. Hasta hace poco jugaban uno al lado del otro y poco a poco, van siendo capaces de esforzarse para jugar juntos y lo que es aún más difícil: aceptar y someterse a unas reglas.
Los juegos colaborativos les permiten disfrutar ayudando y cooperando con un objetivo común donde hace falta la atención y destreza de todos para superar el reto. De esta manera aprenden a empatizar con los demás, experimentan el valor de la ayuda mutua y el poder del grupo donde, todos juntos, consiguen cosas que para uno solo serían muy difíciles o incluso imposibles.
Más adelante ya introduciremos juegos donde aprender a competir de manera sana, pero será mucho más fácil y efectivo si antes han vivido el gozo para cooperar juntos.
El otro aspecto a destacar de este tipo de juegos de azar es el despliegue de emociones que se ponen en juego cuando se tira un dado: incertidumbre, expectación, emoción, magia, sorpresa, éxito y también enfado y decepción. Emociones todas ellas que habrá que aprender a gestionar e interiorizar de manera positiva y que, sin duda, les ayudarán a crecer de manera sana.
Más allá de los valores, este juegos facilitan aspectos como la observación, la atención, la imaginación, el lenguaje y algunos de ellos incluso el cálculo, cono es el caso del Frutal.
Cuándo jugar: cualquier momento es bueno, aunque los espacios de interior facilitarán la atención de los niños.
Cómo compartir: en este juegos será muy importante nuestra presencia y acompañamiento, pues nos necesitarán para aprender a respetar las reglas de juego, recordarlas y aceptarlas. Es un aprendizaje difícil el que necesitará de nuestra paciencia y comprensión. No desesperemos si a medio juego, comienzan a jugar con los pingüinos o quieren llevar a pastar las ovejitas. Recordemos que están en plena etapa de juego simbólico y que apenas están descubriendo los juegos de mesa (reglas).
Dónde y cómo guardarlo: todos los juegos se presentan en una caja de cartón y por lo tanto son fáciles de guardar y mantenerlos ordenados. No necesitan ningún mantenimiento especial.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
El juego es un aspecto esencial del desarrollo infantil. Los juguetes son recursos muy útiles para estimular el juego de los niños, pero en el momento de escogerlos debe protegerse la salud y la seguridad de los más pequeños siguiendo unas sencillas recomendaciones.
Durante el primer año de vida, el niño juega explorando e interactúa con el mundo que le rodea con los cinco sentidos para comprenderlo. La mayor parte de su juego consiste en coger objetos y ponérselos en la boca, agitarlos, golpearlos o tirarlos.
Si cuando tu hijo era un bebé ya lo veías como un pequeño científico utilizando sus cinco sentidos y descubriendo el mundo que le rodea, ahora que tiene entre 1 y 3 años es verdaderamente un gran ingeniero y trata de entender cómo funcionan estos objetos.