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Ganglios en niños. ¿Cuáles son los signos de alarma?

Ganglio marcado en el cuello de una niña

Los ganglios son estructuras naturales que forman parte del sistema linfático. Si bien hay muchas causas que producen un incremento del volumen de los ganglios, en algunas ocasiones puede ser un signo de alarma para patologías más graves. ¿Cuáles son los signos de alerta?

¿Qué son los ganglios?

Los ganglios son estructuras normales que forman parte del sistema linfático. El sistema linfático es una red de vasos, más pequeños que las arterias y las venas, con unas estaciones intermedias en su recorrido, llamadas ganglios.

Los ganglios contienen, entre otros componentes, células del sistema inmune, encargado de las defensas de nuestro organismo. Están distribuidos por casi la totalidad del cuerpo, si bien se agrupan más en algunos lugares, tales como las ingles, las axilas o el cuello. 

En condiciones normales son fácilmente palpables en niños, sobre todo en el cuello. Son pequeños, habitualmente de menos de un centímetro de diámetro y con mucha frecuencia del tamaño de una lenteja, de consistencia blanda y son móviles. 

¿Es lo mismo un ganglio que una adenopatía?

Cuando debido a alguna enfermedad, un ganglio aumenta anormalmente de tamaño, se llama adenopatía. Existen muchas enfermedades que producen un incremento del volumen de los ganglios. 

Las infecciones, tanto víricas como bacterianas, son la causa más frecuente en niños. Si bien en este caso las adenopatías son transitorias, dado que los niños padecen numerosos episodios de infecciones respiratorias superiores (catarros, faringitis, amigdalitis, otitis, sinusitis) durante los primeros años, es frecuente que presenten de forma continua, en ocasiones durante varios meses o años, adenopatías en la regiones laterales del cuello.

Las infecciones por hongos o por parásitos también pueden producir adenopatías, si bien estas infecciones son mucho menos frecuentes en niños.

El resto de causas son mucho menos frecuentes: enfermedades inmunes, endocrinológicas (hipotiroidismo, déficit de corticoides…), enfermedades reumatológicas (lupus eritematoso, artritis reumatoide), vasculitis (enfermedad de Kawasaki), tumorales (linfomas, leucemias, metástasis tumorales) o algunos fármacos.

¿Cuáles son los signos de alarma?

Si bien la mayoría de las enfermedades que producen adenopatías son benignas, han de tenerse en cuenta una serie de características que han de alertarnos sobre la posibilidad de que se trate de la manifestación de alguna enfermedad grave.

Las más importantes son: 

  • Cuando la consistencia del ganglio es muy dura, como la de una piedra.
  • Cuando no son móviles.
  • Un tamaño grande, mayor de tres centímetros y progresivamente creciente.
  • Si aparecen de forma generalizada, por todo el cuerpo.
  • Pérdida de peso, fiebre prolongada, dolores generalizados o palidez.
  • Crecimiento del hígado o del bazo, que pueden producir distensión del abdomen del niño.

Ante cualquier duda se recomienda visitar al pediatra para que pueda realizar un diagnóstico y prescribir el tratamiento más adecuado.

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  29/03/2016 Última modificación:  26/03/2024
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Escola de Salut SJD
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