Jet lag escolar: ¿cómo impacta el déficit de sueño en la adolescencia?
Alrededor del 52 % de los adolescentes acude a clase habiendo dormido menos de ocho horas; el 78 % termina el día frente a una pantalla y el 84 % tiene dificultades para levantarse por la mañana. Estos datos, publicados en el 15º Informe FAROS dedicado al impacto del sueño en la infancia y la adolescencia, evidencian que una gran parte de los jóvenes presenta un déficit de sueño durante el curso: padecen el llamado jet lag escolar.
El jet lag escolar es un fenómeno común en la adolescencia y hace referencia al desfase entre los horarios de sueño de los días lectivos y los del fin de semana. Los adolescentes se acuestan mucho más tarde los viernes y sábados, y el lunes les cuesta mucho volver a adaptarse al horario escolar. Este cambio en el reloj biológico tiene consecuencias en su salud física y emocional, así como en sus resultados académicos. De hecho, el 24 % de los adolescentes tiene un peor rendimiento escolar debido a la somnolencia diurna.
¿Por qué se produce el jet lag escolar?
Durante la adolescencia, el reloj biológico interno que regula la relación con el entorno se desplaza hacia un horario más tardío. Esto dificulta tanto el inicio del sueño (cuando la temperatura corporal es más elevada) como el hecho de levantarse temprano (cuando la temperatura corporal es más baja). Este ritmo puede adelantarse de forma natural una vez superada la adolescencia o mediante una intervención profesional, que requiere una conducta constante durante varias semanas.
Este desfase biológico favorece la aparición de un círculo vicioso de déficit de sueño, que se ha relacionado con dificultades académicas y alteraciones en el estado de ánimo. Los adolescentes que duermen habitualmente seis horas y quince minutos o menos presentan una mayor tendencia a la depresión que aquellos que duermen ocho horas y cuarenta y cinco minutos o más.
El tiempo dedicado al sueño es fundamental, pero también lo es la regularidad de los horarios. La falta de regularidad se ha asociado con un peor rendimiento escolar, alteraciones en la atención, la concentración, el razonamiento y las habilidades psicomotoras, así como con un aumento de la irritabilidad, la ansiedad y la depresión, incluso en adolescentes que duermen ocho horas de forma regular.
Relación entre el jet lag escolar, el déficit de sueño y la conducta del adolescente
En la relación entre el déficit de sueño, el rendimiento y la conducta del adolescente, se sabe que:
Un 24 % de los adolescentes presenta un peor rendimiento escolar debido a la excesiva somnolencia diurna.
Los estudiantes con peores calificaciones duermen entre 25 y 30 minutos menos durante los días lectivos que sus compañeros con mejores resultados académicos.
El sexo no tiene una influencia significativa sobre las notas. En cambio, el número de horas de sueño sí es estadísticamente significativo e influye en el rendimiento escolar de los alumnos encuestados: a menos horas de sueño, peor rendimiento académico.
Un 18 % de los adolescentes manifiesta haber reducido sus actividades extraescolares debido a la somnolencia.
Un 6 % padece algún trastorno del sueño no diagnosticado.
El déficit crónico de sueño puede ser un precursor de la depresión.
Este déficit también afecta la memoria, la conducta, el rendimiento académico y la sociabilidad de los adolescentes, e incrementa el riesgo de consumo de estimulantes para combatir la somnolencia diurna (hasta un 76 % en el caso de abuso de cafeína).
Desde el punto de vista metabólico, el déficit crónico de sueño en la adolescencia se ha asociado con un aumento de la resistencia a la insulina, por lo que educar para mejorar los hábitos de sueño en esta etapa podría ayudar a reducir el riesgo de diabetes.
En el caso de los adolescentes deportistas, aún es más importante cumplir diariamente con el horario de sueño necesario para poder recuperarse del cansancio. El sueño influye en muchas tareas deportivas que requieren un estado de alerta máximo y una atención sostenida, afectando a la recuperación de la fatiga.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Pediatra especialista en Medicina del Sueño. Jefe de Servicio Unidad de Pediatría Integral- Unidad de Sueño. Hospital Quirón Salud. Responsable del Servicio de la Unidad de Sueño CLINEVA (Valencia). Coordinador del Grupo de Sueño y Cronobiología de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Grupo de Sueño de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP). Vocal de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES).
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