El sueño en la infancia y la adolescencia y su impacto en la salud. Claves para un descanso reparador
Junio 10, 2025
El 15º Informe FAROS se centra en la importancia del sueño durante las primeras etapas de la vida, desde el embarazo hasta la adolescencia. El sueño es un proceso biológico esencial que influye en nuestra salud física, mental y emocional incluso antes de nacer.
¿Por qué es necesario hablar del sueño?
Mientras dormimos, el cuerpo no sólo descansa; también es el momento en que el cerebro consolida los aprendizajes y experiencias, el sistema inmunitario se refuerza y el organismo se regenera.
Durante el embarazo, el sueño tiene un impacto directo en la salud de la madre y la del bebé. Una buena calidad de sueño durante la gestación puede reducir riesgos como la preeclampsia o la diabetes gestacional, así como otros problemas que pueden afectar a la salud de ambos.
En los primeros años de vida, el sueño es crucial para el crecimiento y desarrollo cognitivo de los niños. Los bebés y los niños necesitan un sueño profundo y reparador para procesar lo aprendido durante el día, consolidar la memoria y desarrollar sus habilidades motoras y emocionales. A medida que crecen, el sueño sigue jugando un papel fundamental en el bienestar físico y mental.
En la adolescencia, los cambios hormonales y el ritmo circadiano pueden hacer que tengan dificultades para mantener horarios de sueño adecuados, lo que puede afectar a su estado de ánimo, así como a su rendimiento académico.
La falta de sueño incide en el aprendizaje y el rendimiento escolar de niños y adolescentes
De hecho, la falta de descanso dificulta el aprendizaje. Varios estudios muestran que dormir menos de diez horas hasta los tres años y medio conlleva un riesgo tres veces mayor de tener una función cognitiva baja a la edad de seis años.
Según los datos que se comparten en el Informe FAROS, un 17% de los niños españoles acuden con sueño a la escuela y un 4% se duermen en clase. En el caso de los adolescentes, alrededor del 52% confiesa que va a clase habiendo dormido menos de ocho horas, y el 84% tiene dificultades para levantarse. El resultado es que el 24% de los adolescentes tienen un peor rendimiento escolar.
Hábitos saludables para una buena higiene del sueño
El Informe FAROS, dirigido a padres, madres, cuidadores, maestros y otros profesionales de la educación, recoge a modo de decálogo una serie de recomendaciones para promover un descanso reparador en niños y adolescentes, y prevenir alteraciones a largo plazo. Unos buenos hábitos alimenticios, la práctica diaria de actividad física, la regularidad de horarios para levantarse e acostarse, o el establecimiento de rutinas relajantes previas al sueño ayudan significativamente a tener un descanso reparador.
Escrito por:
Escola de Salut SJD