Pie plano en niños, ¿qué podemos hacer para corregirlo?
Es muy habitual que los niños y niñas pequeños tengan el pie plano. Se entiende por pie plano aquel que muestra una disminución o ausencia del “puente”. Lo que, técnicamente, se denomina disminución o ausencia del arco longitudinal plantar. Esta disminución o ausencia de arco plantar puede ser causada por diferentes factores.
En la mayoría de los casos no necesitan seguimiento por el especialista y es una situación que mejora por sí sola. Aún así, es habitual que las familias consulten con los profesionales de traumatología y ortopedia para descartar problemas en la unión y disposición de los huesos, tendones y/o músculos.
Tipos de pie plano
Generalmente, podemos dividir el pie plano en:
Pie plano flexible: Se caracteriza por tener una estructura esquelética normal, pero con mucha flexibilidad de las articulaciones. Esta condición hace que, cuando los niños y niñas empiezan a caminar y a sostenerse de pie, el puente se hunda y el talón se desvíe hacia fuera (llamado valgo). Se considera una variante no patológica. De hecho, hasta los 4 o 5 años, la mayoría de los niños tienen el pie plano flexible. Solo en aquellos casos en que el pie plano se acompaña de dolor, limitación funcional (problemas para andar con normalidad) o en casos muy severos, se realizará un seguimiento más específico, acompañado de otras pruebas como radiografías o TAC, si fuera necesario.
Pie plano rígido: Está asociado a la existencia de anomalías en la unión de los huesos del pie. En este caso, la deformidad del arco y la desviación del talón están relacionadas con la disposición y unión de los huesos del pie y no con la flexibilidad. Se trata de una situación definitiva, que no va a modificarse con la edad. Los pasos a seguir en esta situación pueden variar desde la indicación de plantillas para aliviar el dolor (las plantillas no van a formar el “puente”, sino que ayudarán a aliviar el dolor), fisioterapia, inmovilizadores, analgesia o, en algunos casos muy específicos, cirugía.
¿Cómo sabemos si nuestro hijo o hija tiene pie plano?
En niños y niñas que aún no han empezado a andar, es difícil valorar si tienen un pie plano patológico o no.
Cuando empiecen a andar y sostenerse de pie por sí solos, podremos valorar diferentes aspectos:
Forma que adquiere el pie al caminar y en reposo.
Si hay molestias o dolor en la planta del pie y pantorrillas.
Si se cansa con facilidad.
Adquisición del equilibrio, según edad.
En la consulta, se valoran estos aspectos y se realizan algunas exploraciones indoloras para ver si se trata de un pie plano flexible, por ejemplo:
Postura en puntillas:
Pie flexible: veremos cómo se forma el arco, el talón se desvía hacia dentro (varo).
Pie rígido: la forma del pie no cambia, el talón se mantiene hacia fuera (valgo).
Jack-test, flexión dorsal de tobillo:
Con el pie apoyado levantamos el primer dedo del pie:
Pie flexible: hay aparición de puente al levantarlo.
Pie rígido: no aparece arco plantar, se mantiene en la misma posición. Puesto que se trata de una deformidad ósea, la movilidad está bloqueada por la unión de los huesos.
Flexión dorsal de tobillo:
En ocasiones, el pie plano puede acompañarse de un acortamiento del tendón de Aquiles, lo que produce una dificultad para hacer una flexión dorsal del tobillo.
Esta condición podría provocar dolor o fatiga muscular ante sobre esfuerzos o durante la práctica de deporte.
En estos casos se recomendarán una serie de ejercicios para realizar en domicilio o con un/a fisioterapeuta y seguimiento por parte del especialista, a partir de los 4 años de edad, si no ha mejorado.
También existe la posibilidad de corrección quirúrgica, pero está se plantearía cómo última opción, en casos muy severos, con mucho dolor o un tendón muy corto que impide la funcionalidad de la marcha.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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