Tics o movimientos raros que se repiten…¿a qué se deben?
Parpadeos, inclinar la cabeza, arrugar la nariz, abrir la boca, pequeños saltos al caminar, movimiento de hombros… sonidos como un carraspeo, una tos, la repetición de sílabas o de palabras e incluso algún insulto…
Todos ellos son algunos ejemplos de movimientos o sonidos simples o complejos, que aparecen de forma rápida, inesperada, repetitiva y no rítmica, a los que llamamos tics.
La característica principal de los tics es que son involuntarios. Suelen aparecer en torno a los seis años de edad. Tienen un curso oscilante, pudiendo aumentar en situaciones de estrés y disminuir cuando el niño está concentrado o dormido. Cambian en tipo e intensidad a lo largo del tiempo. Son más frecuentes en hombres que en mujeres, en una relación 4:1.
Los tics en la infancia son frecuentes. Según estudios, es el trastorno del movimiento más frecuente en la etapa infantil pero sólo una pequeña parte de los niños, tendrá tics que duren más de un año. En estos casos, podemos contemplar un posible diagnóstico de trastorno de tics crónico o síndrome de Tourette.
¿Qué diferencias hay entre el trastorno de tics crónico y el síndrome de Tourette?
La diferencia entre ambos es la simultaneidad en la aparición de los tics motores y fónicos. En el trastorno de tics crónicos, no se presentan a la vez mientras que en el síndrome de Tourette, pueden presentarse juntos (aunque no necesariamente). En ambos, la persistencia de los tics tiene que ser superior a un año, comenzar antes de los dieciocho años y que el trastorno no se pueda atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o a otra afección médica.
¿Malinterpretamos los tics?
A menudo, el desconocimiento conduce a una mala praxis. No tenemos demasiada información sobre los tics. Por este motivo, en muchas ocasiones, no actuamos de manera adecuada ante ellos.
Cuando un niño empieza a hacer los primeros tics, se siente “diferente, raro y tonto” porque repite una serie de movimientos o realiza unos sonidos una y otra vez sin su control. Durante los primeros meses, los niños no suelen compartir esta experiencia, por vergüenza, dudas y miedo. ¿El resultado? Tienden a disimular los tics o justificar sus movimientos o vocalizaciones con diversas excusas (ejemplo, me pican los ojos, estoy resfriado etc.). A veces, realizan conductas poco adecuadas para “camuflar” los tics como por ejemplo, tirar el estuche en clase (aprovechan el ruido para hacer un tic fónico y se levantan para hacer algún tic motor), levantarse continuamente, correr, entregar un examen en blanco para salir rápido de la clase, pedir repetidamente ir al baño…
¿Qué podemos hacer?
Ignorar los tics.
Informar al colegio y/o monitores extraescolares sobre los tics.
Mantener rutinas.
Permitir pequeños descansos en las tareas escolares.
No evitar actividades lúdicas por los tics.
Buscar actividades físicas en las que el niño disfrute.
Limitar el tiempo con pantallas.
Tener información es importante, pero es imprescindible comprender el trastorno y, por consiguiente, al niño. Tenemos que aprender a observar, escuchar y comprender qué hacen los niños y por qué lo hacen.
Ante cualquier duda os recomendamos consultar al especialista.
Acceso a las fuentes de consulta:
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 5th Edition. American Psychiatric Association (APA). Washington. 2013.
El trastorno de Tourette a lo largo de la historia. C. Carmona Fernández; J. Artigas Pallarés. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. 2016; 36(130):347-362
Prevalence of tic disorders: a systematic review and meta-analysis. Knight T, Steeves T, Day L, Lowerison M, Jette N, Pringsheim T. Pediatr Neurol 2012; 47: 77-90
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Cuando un niño se traga accidentalmente un objeto, es importante actuar con precaución. La ingesta de cuerpos extraños es común en niños pequeños. En la mayoría de los casos, estos objetos pasan naturalmente a través del sistema digestivo.