Respuestas a los temores y dudas habituales sobre el TDAH y la medicación
Cuando el médico de un niño diagnosticado de TDAH cree que es necesario añadir un tratamiento farmacológico suelen aparecer la incertidumbre y los miedos. En este artículo tratamos de resolver las principales dudas respecto a la medicación en TDAH.
Escrito por:
Conchita Fernández Zurita
¿Por qué los padres de los niños diagnosticados de TDAH tienen miedo al tratamiento farmacológico? ¿Cómo “mejorar” esta situación?
Cuando el médico de un niño diagnosticado de TDAH cree que es necesario añadir un tratamiento farmacológico suelen aparecer la incertidumbre y los miedos.
La reacción primera, más frecuente, ante la propuesta de tomar un fármaco es la ambivalencia entre el deseo de hacer lo mejor para sus hijos y el no querer medicarlos.
Como neuropediatras hemos estado implicados durante muchos años en el tratamiento de los niños y niñas con TDAH y he podido observar que la mayoría de los miedos que tienen los padres al tratamiento farmacológico son fruto del desconocimiento, como es natural, de las bases neurobiológicas del TDAH y de los tabúes sociales que existen sobre tomar medicación para el sistema nervioso.
Por lo tanto creo que los profesionales que estudiamos y tratamos este trastorno tenemos la obligación de informar de una forma rigurosa y lo más sencilla posible no sólo a los padres con hijos que padecen este trastorno sino a toda la sociedad.
Ante los miedos injustificados e irracionales no hay nada mejor que la divulgación de información científica de forma rigurosa y sencilla.
¿Cuándo es necesario iniciar un tratamiento farmacológico?
Como ya habréis observado no todos los niños con diagnóstico de TDAH son iguales; de hecho son muy diferentes.
En contra de los rumores sociales se puede afirmar que no todos los niños diagnosticados de TDAH necesitan ni se les pauta tratamiento farmacológico de forma sistemática. El médico especialista que conoce a vuestro hijo sabe valorar esa individualidad y por lo tanto en qué momento además de las adaptaciones escolares, el tratamiento psicológico personalizado y la reeducación es necesario introducir un fármaco como una ayuda más para mejorar su calidad de vida.
¿Por qué un fármaco nos puede ayudar?
El TDAH es debido a un defecto de los neurotransmisores (dopamina y noradrenalina) que necesitamos para que funcionen de forma adecuada los circuitos cerebrales responsables de que podamos estar atentos, nos autocontrolemos y planifiquemos nuestras acciones.
De una forma sencilla podemos decir que los medicamentos para el TDAH regulan los niveles de estos neurotransmisores y por lo tanto mejoran el funcionamiento de estas áreas cerebrales que se encuentran implicadas en el TDAH. Es decir, nos ayudan a que el niño pueda estar más atento y menos impulsivo cuando esté haciendo el esfuerzo de estudiar, de aprender técnicas de estudio en reeducación, de llevar a cabo técnicas de autocontrol que esté trabajando etc…según el caso. En definitiva le ayuda a “rentabilizar” todo el esfuerzo que está haciendo cada día en superar sus dificultades y además mejora el pronóstico a largo plazo.
¿Estos fármacos son seguros para los niños?
Los especialistas que indicamos estos tratamientos tenemos una amplia experiencia en el uso de los mismos desde hace 60 años y a nivel mundial; por lo que ya hemos podido comprobar que su uso de una forma adecuada en la infancia no sólo es seguro sino que mejora el pronóstico del trastorno en la edad adulta.
Ha de hacerse una pauta individualizada por el especialista de tal forma que según las características del niño se decide qué fármaco y pauta de administración (dosis, tomas al día…) son adecuados y los controles posteriores que han de realizarse. Es importante una fácil accesibilidad al médico ante cualquier duda y/o incidencia.
¿Estos fármacos son drogas que generan dependencia?
Estos fármacos lejos de “alterar” nuestro funcionamiento cerebral, intentan “normalizar” los niveles deficitarios de dopamina y noradrenalina en las áreas cerebrales implicadas en el TDAH. Y rotundamente “no”, no generan ningún tipo de dependencia.
Cuando el niño no se toma el tratamiento simplemente el cerebro vuelve a estar deficitario de estos neurotransmisores y volvemos a observar las mismas dificultades que presentaba sin tratamiento.
¿Cambian la forma de ser del niño?
El niño va a seguir siendo él; le sigue encantando el fútbol o la música o el baile o salir con sus amigos etc…es decir sigue siendo él mismo, con sus preferencias y aversiones, pero se notará, según el caso, que se mueve menos, no habla tan rápido y/o que está menos impulsivo. Esto se puede confundir con que el niño deja de ser él y lo que ocurre es que ha mejorado su inatención y su impulsividad.
Algunas veces sí que se puede observar un cambio no adecuado y ellos mismos dicen que están apáticos o “aplanados”, es en estas ocasiones que se debe comunicar con su médico para valorar realizar un posible cambio de dosis o medicación.
Por lo tanto, es necesario en esos momentos de miedo depositar la confianza en aquellos profesionales que intentamos mediante el rigor científico y nuestra experiencia ofrecer lo mejor para vuestros hijos.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:
08/08/2023
Última modificación:
08/08/2023