El ruido, un enemigo silencioso para el aprendizaje infantil
El oído infantil es especialmente sensible al ruido. Algunos sonidos cotidianos pueden resultar más molestos para bebés y niños pequeños de lo que pensamos. El ruido de fondo de nuestro día a día se camufla en el ritmo frenético de la vida urbana, pero la exposición prolongada a la contaminación acústica ha demostrado tener efectos nocivos sobre la salud y el aprendizaje infantil.
Actualmente, la contaminación acústica es un problema mundial. De acuerdo con la Agencia Europea del Medioambiente, al menos uno de cada cinco ciudadanos europeos vive expuesto a niveles de contaminación acústica perjudiciales para su salud y, junto con la polución del aire, es uno de los contaminantes ambientales más perjudiciales para la salud humana.
El silencio no existe en nuestro planeta. Los sonidos aparecen continuamente y en todas partes y, por lo tanto, estos tan solo adquieren un significado desde la perspectiva del oyente. Cuando los sonidos son indeseados, se convierten en ruido; y cuando además son persistentes en el tiempo, se considera la existencia de contaminación acústica.
El límite establecido por la OMS a partir del cual un sonido se convierte en un ruido corresponde a los 65 decibelios durante el día y 55 decibelios durante la noche. Aunque la intensidad del ruido es importante, la frecuencia con la que suena también afecta significativamente el bienestar físico y mental. La pérdida de audición comienza tras una exposición continuada a niveles elevados de ruido, superiores a los 85 decibelios.
En nuestra vida diaria nos exponemos a una gran variedad de ruidos derivados de la actividad económica, y no solo en las ciudades, también en zonas rurales y del extrarradio donde se localiza la industria, ganadería y agricultura.
Efectos del tráfico urbano en el rendimiento escolar
A nivel europeo, al menos un 20% de los ciudadanos viven expuestos al ruido del tráfico de manera perjudicial para su salud. Es uno de los contaminantes ambientales más perjudiciales para la salud humana junto con la polución del aire.
El ruido ambiental provocado por el tráfico en las zonas próximas a carreteras, vías ferroviarias y aeropuertos, puede influir negativamente en salud de los niños y niñas, provocando alteraciones en los patrones de sueño y el sistema metabólico, problemas cardiovasculares, además de un posible deterioro cognitivo que afecta a la capacidad de aprendizaje. En Barcelona, un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) analizó la muestra de un total de 2.680 niños y niñas de entre 7 y 10 años pertenecientes a 38 escuelas de la ciudad con el objetivo de evaluar el impacto del ruido sobre el desarrollo cognitivo. Los investigadores analizaron la capacidad de atención y la memoria de trabajo, dos parámetros esenciales en el aprendizaje escolar. Al mismo tiempo, se realizaron mediciones de los niveles de ruido procedente del tráfico cercano, tanto en el interior de las aulas como en exterior de los centros educativos.
Los resultados del análisis muestran la influencia del ruido procedente del tráfico urbano con un peor desarrollo cognitivo asociado a una progresión más lenta de la memoria de trabajo, de la memoria de trabajo compleja y de la capacidad de atención de los alumnos.
Dentro del aula, los resultados de la investigación mostraron que las fluctuaciones repentinas de ruido del tráfico de la calle, como bocinas, sirenas de ambulancia o los motores, actúan como elementos distractores para los alumnos que dificultan el seguimiento de las clases y la retención de información importante del temario.
La capacidad de retener información está directamente relacionada con la atención. Los estudiantes con una mayor capacidad de prestar atención son más propensos a recordar lo aprendido y a aplicarlo en contextos futuros. Pero para que la información se transfiera de la memoria de corto plazo a la memoria de largo plazo, es necesario que el niño preste la atención necesaria a la materia en cuestión y en este sentido, las interferencias ocasionadas por la contaminación acústica afectan a la memoria a corto plazo y la comprensión lectora.
En el caso de niños y adolescentes en edad escolar, un ruido excesivo aumenta los niveles de estrés y la fatiga mental, lo que disminuye la capacidad de atención y rendimiento académico. Del mismo modo, el aprendizaje escolar también puede verse afectado por un mal descanso derivado del exceso de ruido ambiental.
La crisis climática global afecta de manera desigual en la sociedad. La vivienda es uno de los determinantes sociales de la salud y las circunstancias socioeconómicas afectan el lugar y las condiciones donde puede permitirse vivir una familia. Como consecuencia, las poblaciones con un nivel socioeconómico más bajo suelen habitar en zonas más contaminadas, también por el ruido y el tráfico urbano.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
La mayoría de niños desearía no tener que hacer nunca más los deberes de la escuela, pero ya que esto difícilmente lo podrán evitar, ayudémosles a hacer los deberes con estos consejos prácticos.
Durante el primer año de vida, el niño juega explorando e interactúa con el mundo que le rodea con los cinco sentidos para comprenderlo. La mayor parte de su juego consiste en coger objetos y ponérselos en la boca, agitarlos, golpearlos o tirarlos.
Si cuando tu hijo era un bebé ya lo veías como un pequeño científico utilizando sus cinco sentidos y descubriendo el mundo que le rodea, ahora que tiene entre 1 y 3 años es verdaderamente un gran ingeniero y trata de entender cómo funcionan estos objetos.