¿Qué significa esta etiqueta? Certificados y sellos de calidad para una compra responsable
La adquisición de unos hábitos de consumo responsable en la infancia es fundamental para garantizar una sociedad más sostenible e igualitaria. Para conseguirlo, las familias tienen un papel clave como consumidores, realizando compras más inteligentes y con un impacto reducido en el medio ambiente y las comunidades.
Los jóvenes se han convertido en grandes embajadores de la sostenibilidad y la economía circular. Los últimos informes de tendencias de consumo muestran que la generación Z castiga las malas prácticas de grandes corporaciones, como el fast fashion, ropa de baja calidad producida, en grandes volúmenes y bajo precio, por una mano de obra en condiciones precarias. El confinamiento durante la pandemia global ha intensificado su vínculo con los medios digitales y, actualmente, como jóvenes adultos, centran su atención en aspectos relacionados con su bienestar, los problemas sociales y la sostenibilidad.
También los millenials, ahora adultos de mediana edad, y principal generación al frente de las familias actuales, eligen establecimientos y marcas que fomentan la producción responsable. No obstante, aunque los consumidores buscan alternativas sostenibles, la gran diversidad de oferta y sobre todo, el diseño del empaquetado y las etiquetas, pueden resultar engañosos a ojos de las familias.
¿Cómo identificar greeenwashing?
Cada vez encontramos con mayor frecuencia el término el greenwashing, o "lavado verde", nombrado en medios de comunicación. Se trata de una estrategia de marketing utilizada por algunas empresas para presentarse como ambientalmente responsables sin llegar a implementar realmente dichas prácticas sostenibles. Esta técnica busca aprovechar la creciente preocupación por el medio ambiente para atraer consumidores, a menudo mediante el uso de etiquetas, mensajes o diseños que evocan sostenibilidad. Sin embargo, en estos casos la información de las etiquetas resulta ambigua o incluso falsa, lo que dificulta a los consumidores distinguir entre marcas realmente comprometidas de aquellas que simplemente pretenden serlo.
Identificar el greenwashing requiere prestar atención a los mensajes y enunciados que encontramos en establecimientos y envases. Las promesas como "100% natural”, "eco-friendly" o “bio”, sin evidencia o certificaciones verificables, suelen ser motivo para desconfiar. Lo mismo ocurre con la falta de transparencia sobre los procesos de producción, el uso de materiales o los impactos ambientales de una marca puede indicar prácticas poco responsables.
Para estar seguros, los consumidores pueden protegerse investigando más allá de los anuncios, revisando certificaciones reconocidas, consultando informes de sostenibilidad o eligiendo marcas que demuestren un compromiso claro y medible con el medio ambiente y las comunidades.
Etiquetas y sellos de calidad más frecuentes
Una de las cualidades que comparten los millennials y la generación Z es su inclinación por alternativas de consumo que prioricen el respeto al medio ambiente. Optan por productos que no solo destacan por su diseño e innovación, sino que también reflejan responsabilidad hacia el planeta.
Además de las tendencias de consumo adoptadas por las generaciones más jóvenes, las políticas públicas avanzan hacia regulaciones más estrictas en la producción y comercialización de bienes de consumo. La Unión Europea (UE) ha implementado diversas políticas y regulaciones para promover una producción sostenible y responsable entre las empresas, alineadas con los objetivos de neutralidad climática y economía circular.
También en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se destaca la necesidad de garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, con el fomento de certificaciones y sellos de calidad que impulsan el uso eficiente de recursos naturales, la minimización de desechos, el diseño de productos duraderos y reparables, y la implementación de procesos de reciclaje efectivos.
Algunas de las etiquetas y certificaciones más frecuentes en productos de alimentación, moda o juguetes son:
Fair Trade (Comercio Justo): Asegura que los productores en países en desarrollo reciban un pago justo, trabajen en condiciones dignas y respetuosas, sin empleo infantil, y con prácticas sostenibles. Este sello se puede encontrar en productos como cafés e infusiones, chocolates y frutas tropicales.
FSC (Forest Stewardship Council): Garantiza que los productos derivados de la madera provengan de bosques gestionados de forma responsable, protegiendo el medio ambiente y las comunidades locales. Productos derivados del papel, como libretas, tetrabriks o envoltorios de comida rápida.
Rainforest Alliance Certified: Este sello asegura que los productos provienen de explotaciones agrícolas que respetan los derechos de los trabajadores y promueven la biodiversidad. Se encuentra en productos como café, cacao o algunas frutas.
B Corp: Certifica a empresas que cumplen con altos estándares de responsabilidad social y ambiental, comprometidas con el bienestar social y ecológico, además de su rentabilidad.
Ecolabel UE: Este distintivo de la Unión Europea que identifica productos con menor impacto ambiental, y se puede identificar en detergentes, papel o cosméticos, que cumplen con criterios ecológicos estrictos.
Carbon Trust: Este sello verifica que una marca o empresa trabaja para medir y reducir las emisiones de carbono de su producto y mayor eficiencia energética. Puede encontrarse en una amplia diversidad, desde envases, como refrescos, cápsulas de café y yogures, hasta aparatos tecnológicos.
OEKO-TEX: Garantiza que los productos textiles, como ropa y telas, están libres de sustancias químicas dañinas para la salud humana y el medio ambiente. Se encuentra en productos textiles como prendas de ropa, compresas, tampones o pañales.
CE (Conformidad Europea): El marcado CE es obligatorio en todos los juguetes vendidos en la Unión Europea. Demuestra que el fabricante ha evaluado el producto y se considera que este cumple los requisitos de seguridad, sanidad y protección del medio ambiente exigidos.
EN71 (Norma Europea de Seguridad de Juguetes): Garantiza que los juguetes cumplen con las normas de seguridad establecidas por la Unión Europea, como la ausencia de químicos y tóxicos, inflamabilidad controlada y un diseño seguro. Se encuentra en productos infantiles como peluches, juegos de construcción, muñecas, figuras de acción y juguetes electrónicos.
Bienestar animal The Welfair® certificado: Identifica productos de origen animal para la alimentación que han sido monitorizados en bienestar animal tanto en la granja o superficie de producción como en el lugar de sacrificio, obteniendo la puntuación mínima requerida en todos los indicadores analizados por la Comunidad Europea.
EU Organic (Orgánico de la UE): Certifica que el producto, sobre todo alimenticios, está hecho con ingredientes orgánicos, libre de químicos y pesticidas sintéticos.
Sin Crueldad Animal (Cruelty-Free): Asegura que el producto no ha sido probado en animales. Esta etiqueta es frecuente en productos cosméticos.
Compra inteligente: menos consumo y más calidad
Cuando se buscan los precios no siempre son accesibles a su bolsillo, algo que no siempre garantiza la garantía. Sin embargo, en general, consumimos demasiado.
Es importante hacer partícipes a niños y niñas de esta consigna y servir de ejemplo con nuestros hábitos familiares minimizando los residuos, prolongando la vida útil de los productos y fomentando la reutilización y el reciclaje. Pero lo más importante que debemos recordar es que el producto más sostenible es el que no se compra.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Hacer la compra en familia es una buena forma de que los niños conozcan el origen de los alimentos, explicándoles cómo llegan los alimentos a cada comercio.
Se trata de una buena herramienta para ayudar a los niños a coger el lápiz correctamente para el aprendizaje posterior de la escritura. ¿No te lo crees? ¡Pruébalo!
Navidad puede ser una buena ocasión para empezar a instaurar pequeños grandes cambios en nuestros hábitos, que después acaben formando parte de nuestra cotidianidad familiar.