Alimentación en la pérdida parcial o total del gusto y/o del olfato
Aunque los trastornos en el gusto y/o en el olfato pueden existir en algunas personas desde que nacen, la mayoría se desarrollan debido al propio proceso de envejecimiento (deterioro progresivo de todos los sentidos) o en cualquier edad después de una lesión o enfermedad: tratamientos oncológicos, lesiones de cabeza, cirugías de oído, nariz y garganta, tratamientos farmacológicos, infecciones respiratorias y del oído... su prevalencia es elevada en la población, pero no ha sido hasta el aparición de la COVID-19 que se han hecho más evidentes y conocidas, ya que han sido uno de los síntomas más comunes.
El efecto que tienen estas alteraciones a la hora de comer es significativo, ya que condicionan la percepción y la posterior aceptación de los platos. Por lo tanto, para mantener un buen estado de salud o hacer frente a cualquier enfermedad, habrá que saber cómo poder contrarrestar estas alteraciones. A continuación, os detallamos algunas recomendaciones culinarias interesantes a aplicar según el grado de afectación de estos sentidos:
Recomendaciones en la pérdida parcial del olfato y/o del gusto
Aumenta la condimentación de los alimentos con especias y/o hierbas aromáticas (menta, albahaca, orégano, romero, tomillo, laurel, hinojo...), ajo, zumos y pieles de cítricos.
Elige alimentos que tengan sabores fuertes, como el queso curado o el jamón, y mezclálos con cremas o verduras para potenciar su sabor.
Potencia el consumo de alimentos en formatos líquidos o jugosos, ya que esto favorecerá la entrada y recepción del gusto por parte de nuestras papilas gustativas.
Opta por alimentos templados o calientes. Algunos estudios concluyen que aquellos alimentos con sabor dulce, amargo o umami se potencian si se consumen en caliente.
¡Hazlo bonito! Sé cuidadoso con la presentación de los platos, la forma, el color y la textura de las elaboraciones. Trabajar los sentidos que no se ven afectados, como el visual, el auditivo y el tacto, será de gran importancia.
Procura seguir manteniendo una alimentación saludable y equilibrada, cuidando la presentación, el ambiente, las elaboraciones conocidas donde el recuerdo de su sabor pueda ayudar a imaginar...
Fíjate bien en las fechas de caducidad y en el aspecto visual de los alimentos, ya que al no poder oler ni percibir su sabor no se podrán detectar aquellos aromas y sabores que nos alerten de si un alimento está en mal estado.
Ten cuidado cuando cocines: que no se te queme la comida, te pases con la sal o te dejes el fuego encendido sin percibirlo.
¡Hazlo bonito! Sé cuidadoso con la presentación de los platos, la forma, el color y la textura de las elaboraciones. Trabajar los sentidos que no se ven afectados, como el visual, el auditivo y el tacto, será de gran importancia.
A continuación os dejamos una receta como ejemplo. Se trata de una crema tibia de calabaza y zanahoria, con naranja y jengibre. Una elaboración líquida, de temporada invierno, bien condimentada gracias a la naranja como cítrico y el jengibre, ideal para tomar bien caliente y potenciar al máximo los sabores en caso de sufrir disminución del gusto o del olfato:
Crema tibia de calabaza y zanahoria con naranja y jengibre
Ingredientes para una ración
100 g de calabaza
100 g de zanahoria
1 naranja
35 g de puerro
Un trozo de un dedo de grosor de jengibre
1 c/s de aceite de oliva virgen
Sal *
*En caso de no estar contraindicada
Elaboración
Pelar el jengibre y cortarlo en láminas. Reservar una lámina para la presentación.
Cortar la naranja y separar los gajos de una mitad y preparar zumo con la otra mitad. Reservar.
Cortar el puerro y sofreír a fuego lento en una cazuela con un chorro de aceite durante 10 minutos.
Pelar la calabaza y la zanahoria. Cortarlas en trozos.
Añadir a la cazuela junto con el jengibre. Cubrir de agua y dejar cocer lentamente.
Una vez las verduras están cocidas, añadir el zumo de naranja y triturar todo.
Añadir un chorro de aceite, poner en el punto de sal y volver a triturar para que quede una crema fina. Colar y reservar.
Emplatar la crema tibia y decorar con los gajos de naranja y un chorro de aceite de oliva por encima.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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