Ya hace un tiempo que se comercializan productos sin lactosa, pero ha sido en los últimos años cuando se ha ampliado su oferta. Inicialmente eran utilizados por las personas diagnosticadas de intolerancia a la lactosa, pero en la actualidad se han hecho más populares entre la población. Esto ha generalizado su consumo en personas sin un diagnóstico claro de intolerancia a la lactosa, y en consecuencia en los niños. Pero, ¿por qué comprar productos sin lactosa cuando no hay una intolerancia?
La lactosa es el azúcar característico de la leche y sus derivados. Se trata de un disacárido formado por la unión de una molécula de glucosa y una molécula de galactosa.
De forma natural, se encuentra en la leche y sus derivados, en cantidad variable. Así pues, aquellos productos lácteos basados en leche fermentada, como el yogur y los quesos, tienen una menor concentración de lactosa. De modo que, un vaso de leche aporta unos 12 g de lactosa, un yogur (125 g) aporta unos 4 g de lactosa y una ración típica de queso semicurado (30 g) aporta entre 0,1 y 0,8 g de lactosa, y cuanto más curado está el queso, menos lactosa contiene, hasta ser prácticamente indetectable.
La siguiente tabla muestra las cantidades de lactosa de varios lácteos.
Alimento
Contenido en (lactosa g / 100 g alimento)
Leche en polvo*
38 - 52
Leche condensada
9,5
Chocolate con leche
9,5
Helado de leche
7
Leche entera
5
Yogur natural
4,7
Crema de leche
4,5
Leche de cabra
4,1
Queso fresco
3,5
Queso seco
1 - 3,5
Mantequilla
0,7
Queso feta
0,6 - 4,2
Queso mozarella
0,1 - 3
Queso emmental
0,1
Queso camembert
0,1 - 1,8
*La leche en polvo reconstituida con agua una cantidad de lactosa similar a la leche entera.
Modificada de: Termómetro Adilac.
Además, debemos tener en cuenta que la lactosa se usa como aditivo alimentario, por lo que puede estar presente en gran variedad de alimentos de origen no lácteo.
Intolerancia a la lactosa
Es la incapacidad de digerir cantidades significativas de lactosa debido a la carencia en mayor o menor grado de una enzima denominada lactasa, que se encuentra en el intestino delgado. La carencia de lactasa intestinal condiciona la imposibilidad de que se rompa la lactosa y se pueda absorber, produciendo un cuadro clínico característico de las intolerancias a los azúcares: flatulencia, dolor abdominal, distensión y diarrea.
El diagnóstico se realiza mediante el Test de hidrógeno espirado.
Déficit primario o racial de lactasa: en la cual se produce una pérdida de la capacidad enzimática de la lactasa a medida que el niño crece, especialmente en determinados países y grupos poblacionales con poca tradición ganadera (Australia, Sud-este Asiático, África tropical y América del Sur).
Déficit secundario de lactasa: la pérdida de la actividad enzimática se debe a un daño a nivel intestinal como en el caso de gastroenteritis agudas, diarreas crónicas o daño a nivel de la mucosa intestinal, entre otros.
Déficit congénito de lactasa (con herencia de carácter autosómico): cuadro muy raro que se manifiesta en el recién nacido en forma de diarrea intratable coincidiendo con el inicio de la lactancia materna o fórmula artificial.
Productos sin lactosa
Actualmente, se pueden encontrar gran cantidad y variedad de alimentos modificados denominados “sin lactosa”, como leche, yogures, quesos y una amplia gama de postres lácteos, siendo, estos productos, una alternativa para aquellas personas intolerantes a la lactosa.
No obstante, también debe tenerse en cuenta que la mayoría de personas intolerantes a la lactosa son capaces de digerirla en pequeñas cantidades repartidas a lo largo del día. Es decir, puede que una persona no tolere la leche, pero sí productos como yogures normales y quesos, ya que estos contienen menores aportes de lactosa. Así pues, conocer la tolerancia individual es clave para saber si se debe eliminar completamente o parcialmente la lactosa de la dieta. Puesto que la lactosa favorece la absorción del calcio de los lácteos, es importante que en la medida de lo posible, se sigan consumiendo aquellos lácteos que son bien tolerados.
Actualmente y cada vez más, personas sin un diagnóstico clínico eliminan de la dieta la lactosa. Este tipo de modificación de la dieta puede favorecer que a la larga se tenga menor tolerancia a esta y, en algunos casos, derivar en una dieta menos variada, especialmente si se eliminan por completo los lácteos sin más.
En este sentido, no es necesario eliminar la lactosa de la dieta si no se dispone de una indicación médica. Si, por cualquier motivo, se sospecha que pueda tener algún tipo de intolerancia es muy importante acudir al médico de referencia para confirmarlo.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Promoción y educación para la salud dirigidas a las futuras madres, los niños, los adolescentes y sus familias.Conócenos
Tarbal A. (Coord.) (2016) Guía para una alimentación infantil saludable y equilibrada. Resolviendo dudas, rompiendo mitos y aclarando conceptos. Barcelona: Hospital Sant Joan de Déu (ed.).
Gil Hernández A. Tratado de Nutrición. Tomo 2. Composición y Calidad Nutritiva de los Alimentos. 2ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2010.
Mataix J. Nutrición y alimentación humana. 2ª ed. Majadahonda: Ergon; 2009.
Salas-Salvadó J, Bonada A, Trallero R, Saló ME, Burgos R. Nutrición y dietética clínica. 3ª ed. Barcelona: Elsevier; 2014.
http://www.lactosa.org/images/term%F2metre%20lactosa%20100gr.pdf
http://www.elpuntavui.cat/article/8-articles/824061-llet-sense-lactosa.htm
Cada vez son más los alumnos que llevan tupper al centro escolar. Es importante planificar los menús y asegurarse de que el niño se alimente de forma sana.
¿Hasta qué punto influye la dieta en la prevención del acné? ¿El chocolate, la leche, el azúcar... favorecen la aparición del acné? Conoce qué mitos se esconden detrás de estos tópicos y cuál es la realidad que conocemos actualmente.
De qué se alimentan los pequeños es tan importante como la forma de hacerlo. Las investigaciones concluyen que comer despacio y cuatro veces al día es más saludable que hacerlo pocas veces y con prisa.
Para que los niños obtengan los nutrientes necesarios deben seguir una dieta equilibrada y sana. En ella no deben faltar las verduras, si son crudas mejor.
La “regla de los 5 segundos” afirma que está bien comerse un alimento que se acaba de caer al suelo si se recoge en 5 segundos o menos. Pero sentimos informarte de que no es cierta. Lee en el artículo los porqués.
Grabación del webinar realizado por la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición del Hospital SJD con las claves para seguir un dieta vegetariana saludable y nutritiva.
Grabación del webinar sobre cómo mantener una alimentación saludable, equilibrada y variada que, además, sea respetuosa con el medio ambiente y económica. De la mano de Mireia Termes Escalé, dietista - nutricionista especializada en nutrición pediátrica del Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.