Diez acciones para promover el bienestar emocional en la infancia y la adolescencia
El bienestar emocional y la resiliencia no son cualidades innatas que aparecen de forma espontánea: son procesos que se construyen a lo largo del desarrollo, gracias al acompañamiento afectivo, la presencia de vínculos seguros y la posibilidad de habitar entornos que ofrezcan estabilidad, sentido y confianza. En el 16º Informe FAROS, titulado Navegando las adversidades: claves para una infancia y adolescencia resilientes, hemos querido ofrecer una mirada transversal y rigurosa sobre los diversos factores que intervienen en este proceso, desde la primera infancia hasta la adolescencia.
El conocimiento que hoy tenemos desde la neurociencia, la psicología, la pedagogía y las ciencias sociales nos permite afirmar que la promoción del bienestar emocional debe ser una prioridad compartida. Esto implica generar entornos familiares, escolares, sociales y comunitarios que sean a la vez promotores, protectores y estimulantes, en los que niños y adolescentes puedan desarrollar su autonomía, autoestima y capacidad para afrontar situaciones adversas.
Sin embargo, este compromiso no puede recaer sólo en las familias o centros educativos. Las políticas públicas, la organización de los espacios urbanos, la cultura del ocio y los medios de comunicación tienen una responsabilidad ineludible a la hora de generar las condiciones estructurales para una infancia y adolescencia emocionalmente saludables. Reforzar los activos de salud mental y emocional desde el inicio de la vida es invertir en una sociedad más justa, más empática y cohesionada.
Este nuevo Informe FAROS concluye con una serie de acciones, resumiendo los principales aprendizajes y mensajes clave que pueden guiar a las familias, los profesionales y las administraciones.
Diez acciones para promover el bienestar emocional y la resiliencia en niños y jóvenes
Acción 1 - Escuchar y validar las emociones: Dar espacio a todas las emociones, sin juzgarlas ni querer eliminarlas, es la base para construir una buena regulación emocional.
Acción 2 - Generar vínculos seguros y estables: Los niños y adolescentes necesitan sentirse queridos, acompañados e importantes para sus figuras de referencia.
Acción 3: Fomentar la autonomía y la participación: Ofrecer oportunidades para decidir, cometer errores y repararlos ayuda a desarrollar la autoestima y la confianza.
Acción 4 - Evitar la sobreprotección y la presión excesiva: Es necesario encontrar un equilibrio entre el acompañamiento afectivo y la exigencia realista, adaptada a cada etapa.
Acción 5 - Dar ejemplo: lo que hacemos y cómo gestionamos las dificultades tiene un impacto mucho mayor que lo que decimos.
Acción 6 - Incluir la educación emocional en todos los entornos: Tanto en casa como en la escuela y en el ocio, se deben promover habilidades como la conciencia emocional, la empatía y la resiliencia.
Acción 7 - Construir comunidades educativas: El bienestar emocional también se construye colectivamente, con redes de apoyo y adultos de referencia, presentes y de confianza.
Acción 8 - Tener en cuenta la diversidad y la vulnerabilidad: Se deben garantizar entornos inclusivos, seguros y sensibles a las necesidades específicas de cada niño o adolescente.
Acción 9 - Diseñar entornos saludables: El espacio físico, el acceso a la naturaleza, la cultura y el ocio desempeñan un papel importante en el bienestar emocional.
Acción 10 - Promover políticas públicas comprometidas con la salud mental: Se necesitan marcos normativos que garanticen el derecho al bienestar emocional de los niños y adolescentes.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
El enfado es una emoción básica que sentimos todos. Sin embargo, cuando se pierde el control, el enojo se vuelve destructivo. ¿Cómo ayudar a los más pequeños a gestionar esta emoción?
La empatía, capacidad de situarse en la emoción que experimenta la otra persona, es un valor y una competencia que conviene educar ya que favorece el contagio emocional.
Durante el crecimiento, los niños pasan por diversas etapas, y también lo hacen sus dibujos, que nos pueden dar pistas sobre su comportamiento y personalidad.
Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades. ¿Cómo podemos hacer que nuestros hijos sean optimistas?
Visualiza el acto de presentación del 12º Informe FAROS: Una mirada a la salud mental de los adolescentes; donde encontrareis pautas de actuación preventivas que pueden frenar o retrasar la aparición de problemas de salud mental.
Grabación del webinar sobre los efectos emocionales que ha tenido la crisis del coronavirus sobre el bienestar emocional y la salud mental de los menores.
Grabación del webinar sobre cómo podemos fomentar la resiliencia en la adolescencia, una competencia esencial para prevenir problemas de salud mental y promover el bienestar emocional en los jóvenes; y presentación del programa Henka del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.