Mi hijo me ha dicho que no es heterosexual: infinidad de opciones

Afortunadamente, la sociedad ha ido evolucionando y nuestros jóvenes se sienten cada vez más confiados y capaces de expresar su orientación sexual y su identidad de género, y el mayor avance, poderlo vivir de forma plena.

Ser padre o madre no viene con un manual de instrucciones

La mayoría de lo que hacemos para educar y relacionarnos con nuestros hijos es instintivo. Que un hijo nos comunique su orientación sexual o su identidad de género puede cogernos desprevenidos en el momento, pero probablemente hemos trabajado mucho para generar este clima en el que nuestro hijo se sienta suficientemente confiado como para compartir con nosotros su vida personal y privada.

Aunque la orientación sexual y la identidad de género son dos cosas distintas, muchas personas que son lesbianas, gais o bisexuales y las que son transgénero o no conformes de género pueden tener experiencias similares al crecer: un fuerte sentimiento que son diferentes de las personas que les rodean y temen el rechazo de sus familias y amigos.

Hay un montón de maneras en las que alguien puede hablarnos de su sexualidad o identidad de género; nos pueden pedir hablar, nos pueden escribir un mensaje, nos pueden hablar de que tienen un amigo “gay”... No importa cómo lo hagan, cómo respondemos y mostramos nuestro apoyo es lo más importante en este momento y necesitan oírnos en un hogar seguro, protegidos y apoyados.

“Salir del armario”

Es probable que la revelación, o “salir del armario” se la hayan estado pensando durante mucho tiempo, y también es probable que no seamos los primeros en saberlo. "Salir del armario" significa hacerse vulnerable y enfrentarte potencialmente al rechazo, significa ser honesto sobre cómo te sientes y no mantener una parte de tu vida escondida.

Quizá lo hayan explicado a sus amigos más cercanos e incluso a algún adulto de confianza, ya sea un familiar, un tutor o el padre/madre de algún amigo. ¿Por qué esto? Porque somos lo más importante, así que hay mucho en juego. Muchos adolescentes temen decepcionar a sus padres, o incluso pueden tener miedo a ser rechazados o expulsados. Los niños y adolescentes pueden sentirse muy solos, y pueden buscar aprobación en el entorno en el que necesitan sentirse integrados y habrán hecho pruebas de esta aceptación antes de encontrarse con nosotros, y de esta forma, también se habrán ido preparando para posibles preguntas o comentarios que puedan recibir por nuestra parte.
 

¿El mejor consejo?

Deja que hable y escucha. Escucha con respeto y no interrumpes o juzgues. Como hemos mencionado, es probable que le haya estado dando muchas vueltas para decírnoslo. Cuando se trata de orientación sexual o de identidad de género, intentad no suponer que la conocéis hasta que ellos mismos os lo cuenten. Ellos se conocen mejor a sí mismos, sus sentimientos y sus experiencias en su cuerpo. Aunque su experiencia sea muy diferente a la tuya y a tus creencias, lo mejor que puedes hacer es escuchar y validar sus vivencias y sus miedos.

Hay un montón de reacciones posibles, desde el siempre comentario negativo a evitar del “¿estás seguro?”, el “quizás es una fase”, el del “ya lo sabía”... a comentarios y gestos de validación como “me alegro de que lo hayas compartido conmigo”, “te quiero mucho”, “gracias” y abrazarlos. Lo importante es ayudarles a saber que te tomas en serio sus sentimientos y que respetas sus decisiones.
 

¿Qué hacer a partir de entonces?

El apoyo y amor incondicional es lo más importante que podemos ofrecer. No hace falta que preguntemos cada día “¿cómo estás?”, podemos mostrar nuestro apoyo y fortalecer nuestro vínculo con ellos haciendo un esfuerzo para informarnos y educarnos. Podemos aprender sobre sexualidad, identidades de género y expresiones.

Ser proactivo y aprender es una buena manera de mostrar nuestro interés y nuestro apoyo, hay mucho vocabulario y temas por explorar sin necesidad de convertirnos en expertos. Utilizad la misma palabra que utiliza vuestro hijo adolescente para describir su orientación sexual o su identidad de género, y si vuestro hijo adolescente no quiere utilizar una etiqueta para describirse, también está bien.

Podemos preguntar si les parece bien si lo podéis comunicar a otros amigos y familiares, podemos observar si los pasos que vamos dando les hace sentir bien y si necesitan algún apoyo de nuestra parte. Podemos aprender sobre sexualidad y género, es probable que nuestro hijo también esté aprendiendo. También podemos preguntar por pronombres preferidos ya que son los únicos que pueden respondernos, pero si preguntamos, respetaremos y utilizaremos sus preferencias.

Seguro que nos pasarán por la cabeza todo tipo de emociones y miedos. Miedo a que puedan sentirse discriminados, miedo a plantearnos otras opciones y modelos de familia: si querrán tener hijos, si querrán casarse... Todos estos sentimientos son válidos, lo que debemos intentar evitar es que estos interpongan en el proceso de apoyar a nuestros hijos. Probablemente sólo necesitaremos un poco de información y tiempo para ajustarnos a la realidad que nos acaban de comunicar y el hecho de que puedan continuar su camino con nuestro acompañamiento y aceptación les puede ayudar a desarrollar un sentido de autoestima y confianza para afrontar los retos futuros y llevar una vida más saludable y plena.