Efecto de los antibióticos en la flora intestinal de los niños
Cada uno de nosotros convivimos con 100.000 millones de microorganismos de 400 especies, en su mayoría bacterianas, de las cuales más del 95% viven en el intestino. Es la llamada flora intestinal, (también conocida como microbiota intestinal), que nos ayuda a digerir y absorber los alimentos que comemos, entre otras funciones beneficiosas.
Existen tres tipos principales de flora que viven en el intestino:
La flora benéfica, que nos ayuda a digerir alimentos y mantener nuestra salud intestinal,
La flora oportunista, que puede causar enfermedades según ciertas condiciones,
Y la flora de transición, que se encuentra en todo lo que comemos y bebemos.
Hay muchas maneras de dañar o disminuir la cantidad de flora en nuestros intestinos. Los métodos comunes incluyen los alimentos que comemos y las medicinas que tomamos. Los antibióticos son conocidos por tener un efecto en las bacterias que causan infecciones, sin embargo, también pueden reducir la flora bacteriana beneficiosa para el organismo. Cuando esto tiene lugar, las bacterias perjudiciales empiezan a proliferar y es cuando la salud del niño se puede resentir.
En los recién nacidos, la flora es prácticamente inexistente pero comienza a formarse inmediatamente después del parto y sigue desarrollándose a través del contacto con el exterior, mediante los alimentos, el contacto con los objetos y respirando. A partir de la introducción de alimentos semisólidos, la flora empieza a tener una composición más compleja, y entre los dos y cuatro años de edad la flora se asemeja a la de los adultos.
Los principales condicionantes de la flora del lactante son el tipo de parto y de lactancia: el parto vaginal es el que proporciona más microorganismos en el tubo digestivo del niño y la lactancia materna también ayuda a que las bacterias que aportan beneficios se instalen en el sistema digestivo: las bífidobacterias y los lactobacilos tienen una acción protectora frente a las enfermedades como la diarrea aguda, una de las más peligrosas en esta edad, pero también frente a infecciones respiratorias y urinarias.
Estas bacterias beneficiosas necesitan una estabilidad para poder realizar su función y algunas enfermedades o el estrés hacen que cambie el delicado equilibrio de la flora intestinal.
El biberón provoca una maduración precoz de la flora intestinal presentando una composición parecida a la del adulto con menos lactobacilos y bifidobacterias que en los bebés que reciben leche materna, mucho más rica en oligosacáridos.
Las funciones que desarrolla la flora intestinal son esenciales para que nuestro cuerpo funcione bien y, durante los primeros años de vida, resulta de mucha relevancia para el óptimo desarrollo y crecimiento del niño.
La flora en los intestinos de nuestros hijos puede verse perjudicada por diarreas de diversa etiología, infecciones por contacto con nuevos virus y bacterias (sobre todo cuando empiezan a ir a la escuela), por una alimentación inadecuada y por algunos medicamentos, como es el caso de los antibióticos.
Debemos tener en cuenta que, además de alterar el equilibrio de las bacterias beneficiosas que componen la flora intestinal saludable, el abuso en el consumo de antibióticos hace que las bacterias se vayan acostumbrando cada vez más y adquieran resistencia, lo que causa problemas graves para tratar algunos casos de enfermedades frecuentes. Por lo tanto, es indispensable usar muy racionalmente los antibióticos, siempre recetados por profesionales médicos, ya que no todas las infecciones necesitan antibióticos para curarse.
Información muy importante sobre los antibióticos:
Como la mayoría de medicamentos, los antibióticos pueden producir reacciones adversas y ser tóxicos para algunos tejidos del organismo.
Nunca deben administrarse sin prescripción del pediatra.
La mayoría de episodios de fiebre de los niños pequeños no necesitan antibióticos para curarse.
Si a tu hijo le han recetado antibióticos, no dejes el tratamiento a medias aunque se encuentre bien. En caso de duda, consulta siempre al pediatra.
Recomendaciones para favorecer una buena flora intestinal en niños
La alimentación variada y saludable de la madre durante la gestación, el parto vaginal y la lactancia materna exclusiva durante los primeros meses de vida mejoran la cantidad y composición de flora intestinal beneficiosa para la salud de los niños.
Es imperativo limitar el uso de antibióticos a las situaciones en las que están recetados por el pediatra.
Tras una situación de disbiosis (alteración de la cantidad y composición de la flora debido al uso de antibióticos, infecciones intestinales u otras causas), los probióticos y prebióticos ayudan a recuperar el equilibrio de una manera más rápida.
Los alimentos probióticos son aquellos que contienen bacterias vivas. Los podemos encontrar en los lácteos fermentados, el chucrut y la sopa de miso. Ayudan a prevenir las diarreas asociadas a los antibióticos y refuerzan las defensas. Los alimentos prebióticos son vegetales ricos en fibras no digeribles. Algunos de los más comunes son el ajo, la cebolla, la zanahoria, el puerro, la alcachofa, la endibia, la papaya, el membrillo, la manzana y el plátano. Estos alimentos mejoran el aprovechamiento del calcio, combaten el estreñimiento y previenen el cáncer de colon en la edad adulta.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
La microbiota intestinal es el nombre que recibe la población de 100 billones de microorganismos que habitan en nuestros intestinos y que los expertos ya consideran como un órgano más. Su importancia reside en una serie de funciones que realiza indispensables para nuestro organismo.
La microbiota intestinal juega un papel vital en nuestra salud. Factores como la dieta, el estrés y el sueño afectan su equilibrio. Una dieta rica en fibra, con variedad de alimentos vegetales, promueve la diversidad bacteriana. Prioriza grasas saludables como el aceite de oliva y consume alimentos fermentados como el yogur natural para mejorar la salud intestinal. Estos consejos ayudan a mantener una microbiota equilibrada, crucial para la salud general.
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