¿Qué es el humo de tercera mano? Estrategias para reducir sus efectos en la salud infantil
Cuando hablamos de tercera mano, nos referimos a la exposición involuntaria de las personas no fumadoras, como pueden ser los niños y adolescentes, al humo del tabaco debido al tabaquismo de otros individuos. Cerca de más de mil millones de adultos a nivel mundial son fumadores, con estas cifras, está garantizado que existen riesgos tanto en los niños como los adultos que no fuman.
¿Qué es el humo de tercera mano?
La exposición al humo de tercera mano se define como la exposición a los componentes del humo y sus subproductos metabólicos cuando estos tienen contacto con superficies que han absorbido humo. El humo deja un residuo de nicotina y otras sustancias tóxicas en el polvo doméstico y en las superficies.
Los niños pequeños tienen un mayor contacto con materiales contaminados en el hogar, como alfombras y moquetas. Estas toxinas del humo del tabaco se depositan en las superficies y pueden llegar a ser peligrosos para la salud infantil cuando existe exposición crónica. Los olores y las sustancias químicas tóxicas del humo del tabaco pueden permanecer en los hogares durante meses o incluso años después de que terminan los hábitos de fumar.
Para reducir estos riesgos, se puede volver a pintar o reemplazar los paneles de yeso, alfombras, aunque, con estas medidas, se desconoce su eficacia a largo plazo.
Los cigarrillos electrónicos exponen a los transeúntes también a concentraciones significativas de nicotina.
Las prohibiciones completas que indiquen a los padres dejar de fumar en el lugar de trabajo, son realmente efectivas, tener dos espacios de fumadores y no fumadores, reducen la exposición, pero no las logra eliminar.
Riesgos del tabaco para la salud infantil
Los riesgos en los niños se ven reflejados en la calidad de vida, el aumento de la prematuridad y mortalidad perinatal.
La exposición al humo del tabaco puede llegar a producir:
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Retraso en el crecimiento
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La aparición de malformaciones congénitas no cromosómicas
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Puede estar asociado al síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
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Aumento del riesgo de padecer enfermedades de las vías respiratorias bajas y una mayor gravedad en los pacientes con asma
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Función pulmonar reducida
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Aterogénesis
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Enfermedad del oído medio
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Caries dental
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El tabaquismo materno está asociado a un aumento del riesgo de cáncer infantil
En el caso de los adolescentes, los lugares públicos y entornos sociales son el principal lugar de exposición.
Estrategias para reducir la exposición al humo
Existen algunas estrategias que nos pueden ayudar a reducir está exposición de nuestros hijos al humo de tabaco, ya sea en el hogar, en el trabajo o en el transporte.
El hogar sigue siendo el principal lugar de exposición al humo del tabaco para los niños y adolescentes que no son fumadores. Es muy recomendable que las familias siempre eviten fumar en el hogar, en cualquier caso, incluso cuando no haya niños o adolescentes delante.
Otras estrategias, como la creación de áreas libres de humo, restringir el humo del tabaco a los espacios exteriores o fumar solo cuando no hay menores presentes, deben estar presentes en nuestro día a día, aunque son menos efectivas.
Aunque en los últimos años han aparecido en el mercado múltiples dispositivos para purificar el aire, pero ninguno es lo suficientemente efectivo para eliminar el humo en un ambiente con fumadores habituales.
¿Qué pueden hacer los profesionales médicos?
En la consulta pediátrica se debe intentar detectar a los niños y niñas más vulnerables al humo del tabaco.
Es fundamental asesorar e incentivar a las familias y proporcionar información y remitirlos a un programa de deshabituación tabáquica. Se debe incentivar a los progenitores a que opten por dejar de fumar en momento tan importantes como el embarazo, el nacimiento de un hijo o hija, la primera infancia o si sus hijos padecen alguna enfermedad.
El personal de Obstetricia debe abordar la exposición fetal al tabaco y sus consecuencias en el embarazo y la salud del bebé de forma temprana.
Los padres deben sentirse siempre acompañados y asesorados en todo momento, especialmente cuando tomen la decisión de dejar de fumar.
Tanto las políticas de salud pública, la reducción de exposición al humo de tabaco en los centros de trabajo, lugares públicos y transporte van a contribuir en la reducción de riesgos para la salud infantil derivados del humo de segunda y tercera mano.