Beneficios del contacto con la naturaleza en la infancia
Son muchos los ingredientes activos en la naturaleza que generan salud, muchos de ellos todavía por conocer y comprender. Establecer una relación de ternura con la naturaleza permitirá establecer una hibridación social y natural más recombinante y enriquecedora. Son múltiples los beneficios que nos aporta estar en la naturaleza. Actualmente, avanzamos hacia un nuevo modelo de salud, la planetaria, en el que sociedad y naturaleza son solo uno.
Las formas de conexión con el resto de la naturaleza son diversas, y pueden tener lugar tanto en el entorno urbano o construido como en el mundo natural. En la ciudad o en los pueblos. Abarca también variaciones en una dimensión espacial y temporal. Se refiere al contacto con los animales, las plantas e inmersiones en entornos naturales (paisaje del amanecer o la visión de una isla o montañas…). No hay una única definición y varía con los tipos de estudios realizados y las experiencias de las personas.
A continuación, se listan algunos ejemplos de experiencias de contacto con la naturaleza:
Jugar en una calle peatonal con árboles.
Pasear o jugar en un parque urbano.
Actividades por la playa o junto al mar.
Actividades en espacios naturales como montañas, bosques, playas…
Actividades de jardinería, actividades marinas, campamentos de verano, excursiones a entornos naturales.
Jugar o pasear con los animales.
Senderismo y actividades deportivas en espacios naturales.
Plantar plantas en macetas.
Vistas a través de la ventana de entornos o paisajes naturales.
Magnitud, frecuencia, duración y periodo de la exposición
Medir la exposición (dosis) nos permitirá explorar una relación causal entre el contacto con la naturaleza y el efecto observado. Y en la etapa infantojuvenil el periodo de exposición también parece importante.
De la misma forma que existen unos periodos críticos a lo largo del desarrollo fetal e infantojuvenil donde la exposición a tóxicos medioambientales genera determinados efectos deletéreos en la salud, existen unos periodos del desarrollo durante los cuales el contacto y respeto con la naturaleza llena necesidades importantes para un adecuado desarrollo y completa maduración.
Niños y niñas deberían pasar al menos una o dos horas diarias en el entorno verde o azul natural o urbano más cercano para satisfacer las necesidades de salud óptimas.
Beneficios del contacto con la naturaleza
Las evidencias científicas son cada vez más numerosas y diversas, e incluyen experiencias de contacto con los animales, las plantas e inmersiones en la naturaleza. La mayoría de los estudios que analizan el impacto del contacto con la naturaleza en la salud infantojuvenil se refieren más a viajes estructurados o programados de campamentos de verano, que al concepto general del contacto con la naturaleza. A pesar de las limitaciones metodológicas, numerosas investigaciones sugieren beneficios en la salud asociados al contacto con la naturaleza.
Disminuye la mortalidad global.
Aumenta la felicidad y sensación de bienestar.
Aumenta la sociabilidad.
Reduce las conductas agresivas, la hiperactividad y mejora la atención.
Reduce la ansiedad y depresión.
Reduce el estrés y marcadores de inflamación.
Mejora el sueño.
Mejora el neurodesarrollo motor (coordinación / equilibrio) y cognitivo.
Mejora el rendimiento escolar.
Disminuye el consumo de alcohol y otras drogas.
Mejora los resultados reproductivos y el peso del recién nacido.
Disminuye la obesidad.
Disminuye el riesgo de diabetes.
Mejora las habilidades motoras, sociales y de conectividad en los niños con trastornos del neurodesarrollo: trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF), TEA, etc.
Mejora la calidad de vida relacionada con la salud en los supervivientes de cáncer infantojuvenil.
Disminuye el riesgo y aumenta la supervivencia global de algunos tipos de cáncer.
Mejora el sistema inmune (aumenta la actividad de las células NK12, expresión de proteínas anticáncer e inmunoglobulina A en mucosas).
Disminuye el riesgo cardiovascular (disminuye la tensión arterial, obesidad, aumenta la actividad física, riesgo de fallo cardiaco…).
Aumenta los niveles de vitamina D.
Mejora el control del dolor agudo y crónico.
Recuperación quirúrgica más rápida.
Reduce las visitas al médico y el consumo de fármacos.
La falta de contacto con la naturaleza impulsa el sedentarismo y es tan antinatural que actúa como un factor clave en el incremento de la obesidad, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, trastornos de la conducta, comportamiento, atención, empeoramiento de las enfermedades crónicas, disminuye los niveles de vitamina D, pérdida de audición y agudeza visual, mayor exposición a carcinógenos e incremento del estrés.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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